Sostenía en mi anterior comentario de la peligrosa deslegitimación de la democracia en el Ecuador, cuando hacía notar que las mayorías ciudadanas no cuentan electoralmente. En este comentario me permito enfatizar que para cualquier análisis de carácter político hay que ser objetivos, en otras palabras, no es lo que uno cree o piensa lo que debe ser analizado o priorizado, sino los hechos y realidades que en definitiva son los que nos posibilitan establecer qué es lo que ha sucedido; o, a qué se deben y responden determinados comportamientos ciudadanos que marcan una tendencia. Observar que existen momentos o circunstancias que influyen en la opinión ciudadana, sin perder de vista que en la conciencia colectiva habitan anhelos que le son comunes al conjunto de la sociedad.
Nadie puede discutir que el Ec. Rafael Correa ganó legalmente la Presidencia de la República en la última contienda electoral celebrada en Noviembre 26 del 2006. Ese triunfo electoral de ninguna manera desvirtúa el hecho que comentaba en mi anterior análisis: los dos candidatos finalistas no representan el 50% de los votantes que concurrieron a las urnas en la primera vuelta electoral, lo cual está muy lejos de ser democrático, si es que tenemos el atrevimiento de sostener que la democracia se fundamenta en el pronunciamiento coincidente de la mitad mas uno de los electores y/o ciudadanos, al contrario, la segunda vuelta electoral confirmó mi afirmación de que aproximadamente un 10% de electores no concurrió a sufragar en la primera, porque no le interesó la elección o no lo convenció ninguno de los candidatos. Esto prueba que sumadas las votaciones de los dos finalistas no representan la mayoría de votantes y eso deslegitima la democracia, aunque esta sea meramente electoralista o formal, como es el caso del Ecuador.
Perdió Álvaro Noboa
Igualmente afirmaba en mi anterior comentario (escrito antes de la segunda vuelta electoral) que existiría un perdedor antes que un ganador, por ello fue grato escuchar al Presidente electo sentirse conciente que un buen porcentaje de votos consignados a su favor eran contra el otro candidato, es decir, el electorado lo consideraba una mejor opción frente a la pretensión del autodenominado “el hombre más rico del Ecuador”, que en sus delirios de poder reivindicaba la triste posibilidad de haber superado a su padre, a quien efectivamente nadie ha discutido fue el hombre más adinerado del Ecuador, enfatizando el Ab. Álvaro Noboa, que su padre a su riqueza de empresario, no había unido ese poder político que él sí lo había logrado alcanzar, desconociendo o pretendiendo ignorar que su riqueza (cualquiera que sea) la heredó en gran medida a su padre, lo cual es fácil deducir y comprender si advertimos que el señor Luis Noboa Naranjo fue el más grande exportador de banano, que es sin duda el principal producto de exportación del Ecuador, consecuentemente fue el más grande exportador del país, así como también fue el principal importador de harina con la que se elabora “el pan nuestro de cada día”, es decir del producto de mayor consumo masivo de la población, de lo que se infiere que también fue el principal importador, y eso es lo que ha heredado Álvaro Noboa, incluyendo flota de barcos y muelles particulares para realizar negocios que a lo mejor no son tan conocidos o visibles. El hecho real es que el candidato Ab. Noboa ha perdido por tercera vez una final electoral, sus berrinches de ganador aunque se arrodille con Biblia católica o mormona, en nada desvirtúa su reincidencia de ser un infalible perdedor, aunque su campaña de repartir camisetas, fundas de quaker, dinero, sillas de ruedas, y otros obsequios transportados en furgones en los últimos días de un evento electoral, le hayan merecido el agradecimiento y/o solidaridad de la gente más pobre y con mayores necesidades del Ecuador, que “votó todo 7” como él se los pedía en su desenfrenado gasto publicitario.
Al final de cuentas en esta tercera derrota del candidato Álvaro Noboa, costosa para la democracia ecuatoriana, al “colarse” a base de dinero en las segundas vueltas electorales ha privado al país de escoger mejores opciones presidenciables, su inversión estimada en unos US$ 50’000.000 (Cincuenta millones de dólares), no le ha permitido satisfacer su vanidoso capricho de “comprar” la Presidencia de la República, es decir hasta como inversionista ha perdido y eso debe dolerle más que a su vanidad de tener poder. Lo único que sí ha logrado con su alta inversión es poner algunos personajes de escaso valor en el Congreso, quizás le queda como recompensa el ascenso político de su esposa y de contar con la colaboración también política de algunos, al parecer valiosos colaboradores de sus empresas.
Voto regional y de tendencia
Los resultados (hecho incuestionable) señalan que el Presidente electo Ec. Rafael Correa, obtuvo cerca de un 70% de votos en la región de la Sierra, del Austro y Oriental; en cambio en las provincias de la Costa, ganó el Ab. Álvaro Noboa con un 55% de votos (esto es un 10% más que su adversario) demostrando un comportamiento del elector que difiere entre Costa y Región Andina, poniendo en evidencia que existe un país profundo con comportamientos ciudadanos disímiles entre un costeño y un serrano. Para este caso aunque ambos candidatos Correa y Noboa son guayaquileños, existen formas de ser y pensar distintas, en efecto, el hombre de la Costa vive generalmente de un trabajo independiente y en el fondo lo único que pide y reclama de los gobiernos de turno es que se le permita trabajar tranquilamente, en la Sierra hay una tendencia a “protestar o reivindicar” ancestrales dependencias o subyugaciones heredadas de un colonialismo español. Habría que añadir que en Quito se concentran más de 200.000 empleados públicos que buscan defender un estatus que les permita supervivir, y sienten y perciben que aquello hay que protegerlo y se inclinan por el candidato que encuentran, les garantiza esa estabilidad en sus puestos.
No se puede ignorar o dejar de considerar otros hechos y realidades que influyeron en el último comportamiento electoral en la Costa, los partidos o agrupaciones políticas más significativos desde el punto de vista electoral han sido en los últimos 25 años el Partido Social Cristiano y el PRE (Partido Roldosista Ecuatoriano) y sin duda en estos últimos años ha ido creciendo el PRIAN, Partido fundado y de propiedad del Ab. Álvaro Noboa, esos partidos políticos estuvieron unidos en la segunda vuelta electoral favoreciendo a Noboa; en cambio en la Sierra, es indiscutible que las tesis del denominado “Obispo de los Indios”, con la preocupación que tuvo por este sector del país, Monseñor Leonidas Proaño, mantenidas y vigorizadas por otros líderes religiosos como Monseñor Alberto Luna Tobar, que ha optado por la tesis de Cristo junto a los pobres, contribuyeron sin lugar a dudas a la tendencia de un voto regional, que el Ec. Correa capitalizó muy bien, dado su antecedente de haber realizado labores de voluntariado en comunidades indígenas, obtuvo un triunfo arrollador en provincias con alta población indígena como lo son Chimborazo, Tungurahua, Cotopaxi, Imbabura; provincias que en la primera vuelta electoral le “agradecieron” al Coronel Lucio Gutiérrez, el reparto de picos, lampas, pequeños tractores y las múltiples visitas que les hizo durante su gobierno. Así el componente del voto regional es innegable y expresa una tendencia que no puede dejar de ser valorada y advertida si pensamos en un país unitario; tampoco admite dudas el voto del magisterio a favor de sus ex-dirigentes afiliados al MPD porque sienten y saben que han promovido aumentos salariales para los profesores. En resumen los pueblos no son ingratos como muchos dirigentes y comentaristas piensan.
Latinoamérica y su tendencia
Hacer un análisis de la situación política del Ecuador sin considerar realidades regionales de carácter continental e incluso mundial es hacer un diagnóstico diminuto de esta situación. Mucho se ha comentado sobre una tendencia izquierdista en América Latina, aquello genera un interrogante, se entiende por izquierda aquella corriente del pensamiento que está en contra de un sistema político imperante y lo quiere cambiar; o, se identifica por izquierda a quienes anhelan que una sociedad no se estanque en una determinada coyuntura histórica y busca modernizar las instituciones a tono con los retos y desafíos de la época presente o contemporánea; esa y no otra es la llamada posición de izquierda que patentaron los más radicales exponentes de la Revolución Francesa de fines del siglo XVIII.
En el análisis antes efectuado es indiscutible que América Latina vive un momento de radicalización de posiciones de orden político y económico, entre quienes piensan debe impulsarse una economía de libre mercado o monetarista que propugna dedicar todos los esfuerzos en buscar cómo ser competitivos a partir de hacer “negocios” que sean rentables, sin importar si eso beneficia a pocos. En oposición a esta tesis, hay quienes sostienen que una economía de libre mercado, desprovista de permanentes controles estatales, lo único que fomenta es pobreza y una lucha desigual entre pocos, que tienen demasiado y muchos que tienen muy poco o no tienen nada. Existe una tercera postura de una mayoría silenciosa que lo único que quiere, es que cualquiera sea el régimen de gobierno, tenga rostro humano; esto es, primero: qué es lo que la gente desea o necesita, después, qué es lo que piensan y creen los dirigentes, que deben aceptar que son mandatarios de los ciudadanos que los eligen o designan para una determinada función.
Ese escenario real del mundo actual ha provocado una radicalización de posiciones entre quienes quieren ver una especie de reedición del antiguo conflicto Este - Oeste o de lucha de las dos superpotencias USA Y URSS, lo cual en el mundo actual no existe; más bien la tendencia es hacia la búsqueda de integración a lo interno y a lo externo de los distintos países, en un ambiente de una abierta competencia donde el mercado (entiéndase demanda de bienes y servicios) es lo que prevalece, aquello explica por qué el país con el mayor número de consumidores a nivel mundial, la China (quinta parte de la población del mundo), haya optado por un sistema con administración socialista centralizada que lo controla todo, pero que otorga la más amplia libertad empresarial a sus representantes, lo que ha consolidando en la práctica la tesis de su ex Presidente Deng Xiaoping, quien afirmaba, “no importa el color del gato, lo importante es que cace ratones”; o, “un solo país con dos sistemas”, lo cual revela el entendimiento de la realidad del mundo actual y explica el sostenido crecimiento económico de China en cifras de aproximadamente el 10% anual. Para demostrar lo que afirmo conviene revisar la situación de Europa, actualmente integrada a través de la Unión Europea; es decir, están concientes que para ser competitivos hay que unirse, dividirse o confrontarse sería suicidarse social y económicamente, y Europa sabe por historia, experiencia y conocimientos de la realidad mundial, que no puede exponerse a luchas internas exageradas.
De otra parte el Medio Oriente con su poder petrolero y su unidad religiosa musulmana ha formado una Liga Árabe de Naciones que al final de cuentas procura no enredarse en conflictos sin destino no obstante lo explosivo de su idiosincrasia. Estados Unidos buscó en la unión con Canadá y México, el impulso del Tratado de Libre Comercio (TLC) para fortalecer su posición de potencia económica. África es demasiado pobre, no tiene tiempo para siquiera pensar en tener algún protagonismo, sólo aspira a la ayuda y solidaridad internacional.
A lo antes expresado deben destacarse los esfuerzos de Centro América y países Caribeños que no obstante sus grandes limitaciones, buscan superarse y abrirse espacio de supervivencia en este mundo globalizado, aquello explica el cambio del discurso del recientemente electo Presidente de Nicaragua Daniel Ortega. El poderío de Brasil que es poseedor de una de las más grandes economías a nivel mundial, le dan un sitial de alta jerarquía y respeto en el concierto de naciones del mundo entero. El natural poder de Argentina y México dueños de importantes recursos humanos y económicos, hace países con la suficiente importancia para ser tomados en cuenta en el mapa de la geografía mundial, lamentablemente algunos países latinoamericanos gastan su tiempo y esfuerzos en enfrentamientos internos que no les permiten desarrollarse consistentemente, su situación política no está a la altura con el desafío del mundo del Siglo XXI que busca grandes acuerdos y no confrontarse internamente. Esa forma de mirar el mundo explica el espacio político ganado por el Comandante Chávez de Venezuela, que busca erigirse en el “líder” que reivindica la tesis del anti-imperialismo norteamericano, de ser políticamente el que “enfrenta” a los Estados Unidos, tesis que tenía mucha validez cuando Cuba la promovía durante el auge de la URSS y sus países satélites, pero que actualmente carece de sustento político, sin que aquello signifique estar inconcientes de la presencia de una potencia imperialista como los Estados Unidos que busca fortalecer su posición aunque explote debilidades de países pequeños y empobrezca el resto del planeta.
El interrogante ante esa realidad es el llamado “populismo”, la tesis de mayor aceptación en la población de América Latina. Si aceptamos que el “populismo” es una vertiente política que se apoya en la efusividad de amplios sectores sociales empobrecidos, cuya idiosincrasia los lleva a ser amantes de la emotividad, de sentirse felices con las promesas de ofertas redentoras que les ofrecen la solución de sus problemas. O contrariamente lo que prevalece es el deseo de insertarse en un mundo del siglo XXI.
El siglo XXI, de grandes acuerdos integradores marcará la diferencia del Siglo XX, donde floreció la confrontación que produjo dos guerras mundiales, ahí radica el gran dilema a enfrentar. Sin pretender que América Latina sea Europa, Estados Unidos o China, se vuelve un imperativo comprender y aceptar como se desenvuelve el mundo en nuestros días, esa es la única manera de vencer la dura realidad social y las inequidades económicas, buscar unir esfuerzos para neutralizar la grave situación de empobrecimiento de una gran mayoría de latinoamericanos y caribeños, para que ello suceda es necesario pasar del discurso a la acción.
Esta es la tesis que la supieron liderar Ricardo Lagos en Chile y Fernando Henrique Cardoso en Brasil, académicos y estadistas de lustre que sentaron bases sólidas para que sus respectivos países sean merecedores del respeto y la atracción del mundo entero, ello explica que los sucesores mantengan sus programas, tesis y propuestas, sin cambios relevantes, como es el caso de Luis Ignacio Lula Da Silva en Brasil y Michelle Bachelet en Chile. Quedaría por verse el resultado de las políticas de Kishner de extracción peronista en Argentina; y Evo Morales de sólido ancestro indígena en Bolivia. No se incluye a Colombia por la fratricida e irreversible guerra interna y de México, hay que lamentar se encuentre actualmente sumergido en una extrema confrontación de posiciones donde existen virtualmente dos gobiernos (en Colombia, el Constitucional y las FARC; y en México, el del Presidente electoralmente ganador y el contradictor que no reconoce esa elección). Todo esto marca acentuadas y conflictivas divergencias en el mapa político de América Latina, y conspira contra sus posibilidades de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.
La geopolítica mundial y América Latina
No existen dudas que la geopolítica mundial cambió con la caída del Muro de Berlín y el fin de la llamada Guerra Fría entre el Este (URSS y aliados) y Occidente (Estados Unidos y aliados), actualmente existen bloques cuyo poder e influencia política y económica e incluso militar no pueden discutirse, discrepo con quienes quieren ver un mundo unipolar influenciando únicamente por los Estados Unidos, existe un mundo multipolar y esa es una realidad que no puede esconderse o desvirtuarse por falsas creencias o evidentes conveniencias. En el Asia, China y Japón impulsan cada uno por su lado un incuestionable poderío que rivaliza con Estados Unidos y Europa, la Unión Europea mantiene por tradición y capacidad un importante espacio de poder político, militar y económico. Estados Unidos sigue siendo la potencia mundial de mayor volumen de negocios, los países productores de petróleo del Medio Oriente con Arabia Saudita a la cabeza y la Liga Árabe de Naciones en lo político, tienen un indiscutible protagonismo si se considera que el petróleo es el negocio que mueve más dinero en la economía mundial, superando incluso al tradicional de la industria automotriz, ambos cercanamente seguidos por el gran movimiento de dinero que significan dos verdaderas industrias del auto genocidio mundial: el tráfico de drogas y el tráfico de armas.
En este escenario de juego de poderes, en el que no puede excluirse el poderío de Rusia e Irán, potencias petroleras y nucleares, cuya unión para presionar equilibrios en la lucha por el poder hegemónico en el mundo no puede dejar de ser seriamente considerada, al dejar de ser una incógnita. En este contexto debemos admitir que América Latina carece de un proyecto político propio y las posturas disímiles de los distintos países, está igualmente distante de unificar una tesis homogénea de real contenido subcontinental. Venezuela y México con su poder petrolero, importante pero no decisorio a nivel mundial, mantienen criterios diferentes en el manejo de este recurso, Venezuela se mantiene como parte de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP), México mantiene una independencia en el manejo de este fundamental insumo energético. Brasil es un gigante a nivel mundial y no tiene otra alternativa que procurar no debilitar su posición alcanzada, de ser la novena economía a escala mundial, Argentina como ya lo señalamos, tiene un peso especifico como país importante pero no está en posibilidad de influir en mayores niveles geopolíticos en el mundo, Chile tiene una ruta muy clara de lo que quiere ser como país y su inserción en la economía mundial es innegable, pero no tiene capacidad de liderar una postura latinoamericana.
En definitiva a nivel mundial América Latina exhibe esfuerzos aislados, pero su real poderío político y económico a escala mundial es limitado frente al avance de otros países cuya influencia a nivel político, económico y militar, nos reduce a una muy escasa influencia en el juego del ajedrez de poderes a nivel mundial.
En este análisis de la geopolítica mundial que quiere ubicar en su verdadero sitio a los países latinoamericanos y en forma individual al Ecuador, no puede dejar de mencionarse el acelerado crecimiento de la India y las estrategias de las dos Coreas, la del Sur buscando ser potencia económica y la del Norte por tener espacio de influencia militar, evidenciadas con sus últimas pruebas nucleares que inquietan principalmente a China, Japón y Estados Unidos.
Cuál es la situación del Ecuador en un contexto de irrefrenable internacionalización e interdependencia de los distintos países del mundo, y en ese ámbito debemos admitir que nuestro país no tiene ninguna postura que merezca ser resaltada, lo novedoso y el ensayo a lo incierto parecen ser la principal característica del país. La falta de identidad nacional es un factor que lo ha perjudicado, así como conspira contra una indispensable unidad. Sólo Perú se acerca a una situación semejante, pero tiene mejores niveles de competitividad por sus costos de producción, con una moneda que ha logrado estabilizarse frente al dólar, Bolivia fue siempre el país con más bajas potencialidades de desarrollo y ha optado por un proyecto político que al menos lo identifique, tiene un alto porcentaje de población indígena y su gobierno debe agotar esfuerzos por no dividir al conjunto de la población boliviana, los sectores más productivos (caso Santa Cruz) son étnica y culturalmente distintos a la postura del gobierno de ancestro y soporte indígena del Presidente Evo Morales, que tiene la ventaja de conocer y aceptar esta realidad, ojalá encuentre a través de un régimen de autonomías, un destino nacional que Bolivia lo necesita por el bien de su pueblo, régimen que es el camino que también le queda a Ecuador planteada como tesis de Estado como lo hizo Manabí a través de un Comité Cívico Interinstitucional presidido por el ex Prefecto Dr. Humberto Guillem, que me tocó coordinar y asesorar a nivel provincial y nacional. Paraguay se inserta en el MERCOSUR y su suerte futura está ligada a la de Brasil y Argentina cuyas potencialidades les permitirán supervivir con relativa estabilidad y bonanza en el mundo del presente. Uruguay tiene la capacidad intelectual y buen nombre para seguir siendo un país pequeño y respetable. Panamá seguirá siendo un importante nexo comercial del mundo, su situación geográfica lo coloca en esa favorable posición y se mantendrá al menos estable. República Dominicana busca abrirse paso en este mundo internacional exigente para poder competir. Cuba seguirá manteniendo su postura política por algún tiempo más con un régimen comunista, que lo vuelve un país especial, si se considera que la gravitante influencia de este sistema político perdió importancia e influencia en el mundo con la disolución de la Unión Soviética, las tesis marxistas de la antigua confrontación capital-trabajo que caracterizó la sociedad industrial de fines del siglo XIX y la mayor parte del siglo XX, ha sido desbordada por el creciente e indetenible desarrollo tecnológico que es el que marca el ritmo del mundo contemporáneo. Me permito una referencia final a Haití, sólo para afirmar que está en peor situación que Ecuador por lo que las comparaciones que se hacen no se justifican y son antojadizas.
Alfaro, “Che” Guevara, Salvador Allende, Zapata, Martí, Sandino
Sus nombres son verdaderos símbolos de los latinoamericanos, la simpatía y adhesión popular que generan es espontánea, sus nombres inspiran un sentimiento de justicia, de patriotismo, de honestidad, de idealismo, de identificación con los más elevados anhelos sociales, todos ellos desafiaron el “establishment”, se rebelaron contra todo tipo de convencionalismos, lucharon con firmeza y sin claudicaciones contra aquella política que sólo conoce de falsas promesas, de falta de seriedad, que sólo busca acomodos, de explotación de unos en perjuicio de otros. Insurgieron contra aquellos que creen que la política es el arte de mentir, de hacer creer a los pueblos lo contrario que los políticos realmente desean, piensan o creen, una frase extraordinaria del General francés Charles de Gaulle los define apropiadamente, “los políticos son como los perros que se pelean por un hueso cuando este tiene carne y cuando ya no tiene carne juegan con el hueso”, el ex Primer Ministro inglés Harold Wilson fue más sentencioso “Los políticos son expertos en decir mentiras y son los primeros en extrañarse de la facilidad con que la gente les cree sus falsas promesas”, sin duda los políticos se preparan para buscar por todos los medios como captar posiciones de poder, son muy duchos en manejar procesos electorales para conseguir la adhesión mediante el voto de los (as) ciudadanos (as), pero carecen de la suficiente seriedad y firmeza de principios e ideales para sostener lo que se debe decir y no lo que conviene decir, es la diferencia entre quien tiene convicciones (idealistas) y quienes sólo miran conveniencias (políticos), para ellos lo importante es conseguir algún cargo o función pública que les posibilite tener algún poder y en muchos casos enriquecerse, los medios de los que se valen no importan, por eso atropellan la razón, la verdad, no conocen de lealtades, buscan únicamente la ocasión para escalar posiciones, son oportunistas, se aprovechan de la buena fe ajena, se benefician de todo cuanto pueden hacerlo, pero el pecado ciudadano es seguirles creyendo sus falacias.
Alfaro, el “Che” Guevara, Martí, Allende, Zapata, Sandino, ofrendaron sus vidas por decidirse a enfrentar el cinismo, la falta de escrúpulos, la estulticia, la sinvergüencería, la farsa, la picardía que caracteriza a los seres humanos cuando sólo les interesa llegar a tener poder o dinero, para ello no tienen límites en utilizar toda clase de triquiñuelas, de argucias, de mentiras, de presentarse con posiciones a veces disímiles y a veces irreconciliables.
Los antes mencionados ídolos, de los más acariciados anhelos humanos, prefirieron ser víctimas de sus verdugos a transigir con sus ideales, sentían intensamente su anhelo de ver flamear la bandera de la justicia, el honor, la verdad. Sabían muy bien lo difícil que es obrar desinteresadamente, por eso Alfaro exclamó “en las contradicciones de la vida, los redentores terminan siendo los que cosechan lo que los mártires siembran con su sacrificio”, cuánta verdad en ese pensamiento, lamentablemente es así, los pueblos pierden la memoria histórica y se dejan seducir por la audacia, las frases truculentas, la estridencia y mañosería de los traficantes de mentiras, lamentablemente a eso contribuyen ciertos “historiadores” y “comunicadores” que cuentan su propia leyenda y terminan por desubicar los hechos, contribuyendo a que se olviden a los verdaderos lideres, a los auténticos dirigentes de una causa y del interés público, a que no dimensionen apropiadamente la labor social o humana de los que sí han realizado una tarea que ha beneficiado a la colectividad. Las convicciones de estos verdaderos líderes de América Latina, su apego a sus ideales, hizo que el ya casi mítico “Che” Guevara renunciara a su alta función de Ministro de Industrias en Cuba y volviera a la lucha armada en los campos bolivianos, estaba conciente que había luchado contra todo tipo de imperialismo, por el imperio de la libertad y dignidad de Cuba, estaba igualmente conciente que luego del triunfo de la revolución, el gobierno revolucionario de Cuba se uniría a la Unión Soviética para defender su revolución frente a un posible ataque de los Estados Unidos, pero el “Che” Guevara prefirió morir incomprendido, con sus ideales intactos, dejando como legado a la posteridad un ejemplo de vida que no tiene tacha, por eso su nombre se agigantó en la historia de América Latina. Caso parecido el de Salvador Allende, llegó al poder por la vía democrática a través de elecciones, en el ejercicio del poder conoció de halagos y desengaños, prefirió la muerte a transigir con lo que fueron sus convicciones de hombre profundamente democrático, su estatura humana fue siempre superior, quienes lo conocieron supieron que era un personaje elegante y culto, su recuerdo de hombre idealista y luchador por sus ideas socialistas y democráticas no la olvidan los chilenos (as). Zapata fue un revolucionario de extracción campesina, venía de las zonas periféricas de México, sabía el valor de las cosas, lo duro y difícil que es producir en el campo, conocía el drama del sector realmente más marginado, por eso dijo una frase que resume la diferencia que existe entre quienes viven del sudor de su frente y los que viven del sudor de la gente: “las tortillas no se hacen con palabras, se hacen con maíz”, para hacer notar a los mexicanos que no es bueno creer en las palabrerías de los expertos en hablar, de opinar de lo que oyen o llegan a saber y también de lo que no conocen, quiso poner en evidencia a quienes sólo saben de emitir opiniones o hacer afirmaciones sin haber tenido una vivencia, aquello explica aquel antiguo refrán “hay que saber con cuantas papas se hace un locro” o aquella inmensa lección de El Quijote “del dicho al hecho hay mucho trecho”. César Augusto Sandino fue un creyente de una Nicaragua grande como nación, digna, altiva, soberana, sin dependencias de imperialismos, con justicia social, que viva una democracia sin privilegios, sin monopolios, sin diferencias sociales, su irrenunciable lucha por los más altos intereses de Nicaragua y el imperio de los valores humanos le costó su asesinato, ese mismo camino fue el del luchador por la independencia de Cuba, José Martí, su legado de pensamientos y acciones a favor de la sociedad cubana, lo encumbran al más elevado pedestal, al que sólo puede aspirar un buen ciudadano y un gran líder, murió asesinado luchando por la libertad, por la justicia social, por una democracia real, contra imperialismos que abusan de su poderío económico y militar.
En definitiva estos verdaderos líderes con mayúsculas, se han convertido en íconos de las más ansiadas aspiraciones de la sociedad, eran auténticos, no conocían de disimulos, su pensamiento siempre fue frontal y sincero, sus ideas eran claras, fueron personas que poseían una enorme generosidad, su afán era el de servir a sus semejantes, ser útiles a los demás, preferían el bienestar de los demás a su propio bienestar, ahí radica su grandeza de alma y verdadero patriotismo.
Queda claro que los verdaderos idealistas no luchan por el poder, luchan por algo más impersonal y de interés colectivo, sueñan con la justicia, defienden sin concesiones la verdad, creen en la libertad, no están de acuerdo con los que usan el nombre de Dios en vano, son enemigos implacables de la corrupción, los irrita la mentira en la que se cobijan los ambiciosos de poder y dinero, no conocían de inconsecuencias y deslealtades, su gran capacidad y formación unida a su encendido patriotismo los convierten en verdaderos estadistas, entre esos líderes inmensos destaca el manabita Eloy Alfaro Delgado que tuvo la oportunidad y el privilegio de engrandecer al Ecuador desde el ejercicio de la jefatura del Estado, eso lo volvió un líder completo, no sólo luchaba por sus convicciones, sino que aceptó asumir el poder político, sus pensamientos son verdaderas sentencias de una enseñanza de vida honorable y digna, por eso su figura se encumbró a la eternidad. Estaba lejos de todos estos líderes latinoamericanos ser conflictivos, buscar la guerra, querían la paz, buscaban sin tregua la unión pero por objetivos de país y no por objetivos personales o de grupos. No sabían de vanidades y fatuidades, eran intolerantes cuando tenían que enfrentar a pícaros o mentirosos, a vivarachos, a seudos dirigentes mediocres que quieren pasar por inteligentes y que con sus acciones causan mucho daño a los demás, en estos seudos dirigentes prevalece el aprovechamiento de circunstancias, son en pocas palabras insolentes representantes de la mediocridad, de la deshonestidad y la “viveza criolla”.
Todos estos líderes ya mencionados fueron revolucionarios, no querían maquillar los complejos y hondos problemas sociales y económicos, buscaban un cambio radical, por eso cuando las circunstancias lo exigían y había que empuñar las armas para combatir a los farsantes y pícaros no vacilaron en hacerlo, no fueron revolucionarios de palabras, lo fueron de espíritu, ideales y acciones.
Hay un latinoamericano inmenso, Simón Bolívar, que no fue asesinado por sus adversarios, no hubo necesidad de ello, se consumió en su lucha que no conocía de treguas, de escollos, era capaz de desafiar hasta las impredecibles adversidades de la naturaleza, su gran romanticismo lo llevó a morir solo, abandonado por quienes él había favorecido, sintió la soledad del poder, es el típico caso de quien dio todo por los demás. Qué triste es esta realidad humana, por eso lleno de nostalgia , exclamó “he arado en el mar” o aquella otra frase “en el mundo hemos existido tres grandes majaderos: Jesucristo, El Quijote y Yo”. Bolívar estaba profundamente dolido por la falta de lealtad de las personas a quienes dio todo tipo de ayuda y los hizo compartir el poder, los engrandeció ciudadanamente, sin embargo y en sus delirios de tristeza no quiso morir sin dejar su último mensaje de esperanza “si mi muerte contribuye a que cesen las facciones y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”. Quería una Gran Colombia unida, que los pueblos liberados con su lucha no se desangraran en un enfrentamiento fratricida, que América Latina se unificara con una propuesta concertada para enfrentar el poder de los países del Norte. De una lucidez incomparable, cuánta actualidad tiene su pensamiento que ahora es utilizado por quienes están a mucha distancia para entender la hondura de su pensamiento, sus ideales, su grandeza de espíritu y la solidez de su doctrina política.
Existieron para fortuna de la humanidad dos personajes que no son latinoamericanos Ghandi (hindú) y Martín Luther King (estadounidense), que no pueden dejar de ser al menos mencionados por su lucha íntegra y decidida a favor de los más caros anhelos patrios, también fueron asesinados por sus ideales, los dos son símbolos de creencia sin condiciones por el imperio de la paz. “Me niego a creer que la aurora radiante de la paz no sea posible” exclamaba Martín Luther King, un apasionado defensor de los derechos civiles frente a la segregación racial y desigualdades sociales en los Estados Unidos. Ghandi creó una verdadera doctrina para la paz y la armonía social, “no quiero que me cuenten de los dolores del parto, quiero que me cuenten del nacimiento de la criatura” fue una de sus expresiones más cimeras, Ghandi creó una verdadera dinastía que siguió su ejemplo, sus sucesores también fueron víctimas de la incomprensión y agresividad humana, pero lo que no pudieron asesinar fue su ejemplo de hombría de bien, de hombre que prefería el sacrificio al abandono de su lucha por un mundo más pacifico y humano, menos conflictivo, sin guerras, con grandes acuerdos o pactos sociales.
El nuevo gobierno de Ecuador y sus perspectivas futuras
El Ecuador ha elegido un nuevo Presidente, como principal rasgo de sus antecedentes exhibe una sólida formación académica en Economía con Maestrías en Bélgica y Estados Unidos donde obtuvo un doctorado, por tanto es un profesional de sólidos conocimientos, demostrados en el corto desempeño como Ministro de Economía y Finanzas, anteriormente hizo labores de voluntariado entre los Scout, en comunidades indígenas, con las cuales sin duda ha forjado acercamientos consistentes. Estos antecedentes permiten ubicarlo según propias confesiones como un hombre cristiano, más cercano a la Teología de la Liberación y en el Ecuador al grupo que fue liderado por Leonidas Proaño el “Obispo de los Indios”.
Ese el perfil del nuevo Presidente del Ecuador Ec. Rafael Correa, que asume la Presidencia de la República en medio de un acumulado descontento de los (as) ecuatorianos (as) que han sufrido un ejercicio del poder político en el que han espectado con algo de asombro, repugnancia y mucho de resignación y permisividad, como muchos de los actores políticos (Ministros, Diputados, Consejeros, Concejales, funcionarios públicos de segundo, tercero, cuarto nivel y un largo etcétera) se han enriquecido injustificadamente sin ninguna sanción, hasta llegar a la gravísima situación del atraco bancario y la pérdida total del poder adquisitivo de nuestra moneda, que debió ser reemplazada por el dólar. Es justamente ese desencanto que conduce a la ciudadanía a votar por un Presidente joven, cuya campaña se fundamentó en la necesidad de sepultar un pasado oscuro en el que los principales sindicados son los partidos políticos y sus dirigentes, que lejos de preocuparse por el bienestar ciudadano, buscaron aprovecharse del poder y apropiarse de instituciones como la Función Judicial. Son quienes sabiéndose con poder, cometen toda clase de fechorías y abusos. Aquello explica porqué el Presidente electo basó su campaña en cuestionar el desprestigio de la partidocracia y de su más vigoroso líder de los últimos veinticinco años, el Ing. León Febres Cordero, proponiendo como alternativa la inmediata convocatoria de una Asamblea Constituyente que reorganice el Estado y renueve la dirigencia política.
La oferta de campaña de convocar a una Asamblea Constituyente se está convirtiendo en un asunto de evidente explosividad política, pero el Presidente electo no tiene otra alternativa que no sea la de cumplir su oferta, no hacerlo volvería mucho más tensa la reacción de sus propios partidarios, aparte de que engendraría una nueva frustración ciudadana, cuyas reacciones podrían ser de impredecible magnitud y alteración del orden público. El dilema es claro, existe una pugna de poderes entre una dirigencia política que ha dominado el pasado y se niega a resignar posiciones, con el nuevo Gobierno cuyo apoyo ciudadano no está cohesionado pero que aspira que el Presidente electo honre su palabra y provoque un cambio en la forma de hacer política en el país.
Últimamente han surgido opiniones que sugieren al Presidente electo adopte como proyecto de Reforma Política una propuesta de reformas constitucionales planteada durante el gobierno del ex Presidente Dr. Gustavo Noboa, pero aquello no tiene nada de parecido como planteamiento al que formuló el Ec. Correa en la campaña electoral, no se trata de remendar la Constitución, si bien algunas de las reformas planteadas en ese proyecto satisfacen pocas aspiraciones del sector ciudadano, tales como: el que no se sigan repartiendo los grupos políticos como propiedad horizontal el Tribunal Constitucional y los Tribunales Electorales. Se busca provocar una ruptura con el pasado político y esa ruptura que va a tener una encendida oposición sobre todo del Congreso donde formarán una trinchera los partidos o grupos políticos ahí representados y siendo esa la disyuntiva, no le queda otra opción al Presidente que concretar su planteamiento, para lo cual requiere tener el máximo cuidado político en la elaboración del texto de la Consulta para que no incurra en la posibilidad de plantear alguna reforma constitucional, lo cual le quitaría la potestad privativa de convocar la Consulta Popular de acuerdo al articulo 104 numeral 2 de la Constitución vigente, por ello el Decreto de convocatoria debe limitarse a dos preguntas claras: 1) Si el país está de acuerdo que se convoque a una Asamblea Constituyente para que instrumente una reforma política que modernice el Estado; 2) Si se faculta al Presidente de la República para que de acuerdo a sus atribuciones expida un Decreto Ejecutivo estableciendo la composición y normas de funcionamiento de la Asamblea.
Dejo en claro que nunca fui partidario de esta tesis que pudiera contribuir a radicalizar, posiciones políticas en el Ecuador, que más bien requiere de unidad para su recuperación moral, política, económica, administrativa, pero el análisis que efectúo lo hago en función del pronunciamiento electoral que llevó a la Presidencia al Ec. Rafael Correa, que debe tener el cuidado de no volver traumático este trascendental paso de orden político. Ya en anterior comentario señalé con toda amplitud y fundamentos democráticos el por qué se justifica la Reforma Política, que en mi opinión no puede tener otro sustento que no sea el proceso de deslegitimización que viene sufriendo el régimen democrático en el Ecuador, que incluye que los Diputados hayan sido electos por un porcentaje que no supera el 50% de electores si se suman votos nulos, blancos y quienes se abstuvieron de votar en la primera vuelta (10%) que sí lo hicieron en la segunda vuelta electoral, lo cual quita representatividad y genera el natural rechazo al Congreso Nacional.
No estoy para hacer premoniciones, pero no es difícil diagnosticar que el nuevo Gobierno buscará acentuar una política de manejo estatizado de los recursos naturales (petróleo, minerías) y de los servicios básicos en los que sobresalen electricidad con empresas eléctricas públicas quebradas y el área de telecomunicaciones donde los negociados la colocan como un sector de altísima corrupción, ojalá el nuevo Gobierno logre volver transparentes y eficientes a estos sectores con lo cual se habrá hecho un gran bien al país.
El Ec. Correa asume el poder con una cuantiosa bonanza petrolera que le permitirá cumplir promesas de campaña, como el aumento del bono solidario y del bono de la vivienda, la deuda externa está significativamente reducida frente al PIB (producto Interno Bruto), como desventaja tiene un Presupuesto del Estado con un alto crecimiento del gasto público corriente y una atomizada parcelación de supra organismos del Estado que se autofijan retribuciones para su personal, a lo que habría que agregar una acumulada cantidad de necesidades y aspiraciones insatisfechas a lo largo y ancho del país, que hace que en definitiva los problemas no sean difíciles de identificar, queda el reto para que demuestre que está capacitado para enfrentar y hacer realidad su slogan de campaña “Volver a tener Patria”.
Para finalizar el joven Presidente ecuatoriano tiene un desafío inmenso frente a sus ideas expresadas en campaña, si se advierte que las megaempresas o meganegocios siguen creciendo irreversiblemente; cómo lograr que la falta de empleos (principal problema del mundo actual que provoca indetenibles migraciones) sea reducido, cómo favorecer un crecimiento de la mediana, pequeña y microempresa y a la cual en campaña electoral el entonces candidato ofreció ayudar. Ese es su gran reto, hay que reducir la pobreza y para ello hay necesidad de obrar con mucha serenidad, inteligencia, honestidad, responsabilidad y firmeza de criterios, ojalá para ello cuente con un buen, leal y homogéneo equipo de trabajo. El éxito del nuevo Gobierno nos conviene a todos.
Nadie puede discutir que el Ec. Rafael Correa ganó legalmente la Presidencia de la República en la última contienda electoral celebrada en Noviembre 26 del 2006. Ese triunfo electoral de ninguna manera desvirtúa el hecho que comentaba en mi anterior análisis: los dos candidatos finalistas no representan el 50% de los votantes que concurrieron a las urnas en la primera vuelta electoral, lo cual está muy lejos de ser democrático, si es que tenemos el atrevimiento de sostener que la democracia se fundamenta en el pronunciamiento coincidente de la mitad mas uno de los electores y/o ciudadanos, al contrario, la segunda vuelta electoral confirmó mi afirmación de que aproximadamente un 10% de electores no concurrió a sufragar en la primera, porque no le interesó la elección o no lo convenció ninguno de los candidatos. Esto prueba que sumadas las votaciones de los dos finalistas no representan la mayoría de votantes y eso deslegitima la democracia, aunque esta sea meramente electoralista o formal, como es el caso del Ecuador.
Perdió Álvaro Noboa
Igualmente afirmaba en mi anterior comentario (escrito antes de la segunda vuelta electoral) que existiría un perdedor antes que un ganador, por ello fue grato escuchar al Presidente electo sentirse conciente que un buen porcentaje de votos consignados a su favor eran contra el otro candidato, es decir, el electorado lo consideraba una mejor opción frente a la pretensión del autodenominado “el hombre más rico del Ecuador”, que en sus delirios de poder reivindicaba la triste posibilidad de haber superado a su padre, a quien efectivamente nadie ha discutido fue el hombre más adinerado del Ecuador, enfatizando el Ab. Álvaro Noboa, que su padre a su riqueza de empresario, no había unido ese poder político que él sí lo había logrado alcanzar, desconociendo o pretendiendo ignorar que su riqueza (cualquiera que sea) la heredó en gran medida a su padre, lo cual es fácil deducir y comprender si advertimos que el señor Luis Noboa Naranjo fue el más grande exportador de banano, que es sin duda el principal producto de exportación del Ecuador, consecuentemente fue el más grande exportador del país, así como también fue el principal importador de harina con la que se elabora “el pan nuestro de cada día”, es decir del producto de mayor consumo masivo de la población, de lo que se infiere que también fue el principal importador, y eso es lo que ha heredado Álvaro Noboa, incluyendo flota de barcos y muelles particulares para realizar negocios que a lo mejor no son tan conocidos o visibles. El hecho real es que el candidato Ab. Noboa ha perdido por tercera vez una final electoral, sus berrinches de ganador aunque se arrodille con Biblia católica o mormona, en nada desvirtúa su reincidencia de ser un infalible perdedor, aunque su campaña de repartir camisetas, fundas de quaker, dinero, sillas de ruedas, y otros obsequios transportados en furgones en los últimos días de un evento electoral, le hayan merecido el agradecimiento y/o solidaridad de la gente más pobre y con mayores necesidades del Ecuador, que “votó todo 7” como él se los pedía en su desenfrenado gasto publicitario.
Al final de cuentas en esta tercera derrota del candidato Álvaro Noboa, costosa para la democracia ecuatoriana, al “colarse” a base de dinero en las segundas vueltas electorales ha privado al país de escoger mejores opciones presidenciables, su inversión estimada en unos US$ 50’000.000 (Cincuenta millones de dólares), no le ha permitido satisfacer su vanidoso capricho de “comprar” la Presidencia de la República, es decir hasta como inversionista ha perdido y eso debe dolerle más que a su vanidad de tener poder. Lo único que sí ha logrado con su alta inversión es poner algunos personajes de escaso valor en el Congreso, quizás le queda como recompensa el ascenso político de su esposa y de contar con la colaboración también política de algunos, al parecer valiosos colaboradores de sus empresas.
Voto regional y de tendencia
Los resultados (hecho incuestionable) señalan que el Presidente electo Ec. Rafael Correa, obtuvo cerca de un 70% de votos en la región de la Sierra, del Austro y Oriental; en cambio en las provincias de la Costa, ganó el Ab. Álvaro Noboa con un 55% de votos (esto es un 10% más que su adversario) demostrando un comportamiento del elector que difiere entre Costa y Región Andina, poniendo en evidencia que existe un país profundo con comportamientos ciudadanos disímiles entre un costeño y un serrano. Para este caso aunque ambos candidatos Correa y Noboa son guayaquileños, existen formas de ser y pensar distintas, en efecto, el hombre de la Costa vive generalmente de un trabajo independiente y en el fondo lo único que pide y reclama de los gobiernos de turno es que se le permita trabajar tranquilamente, en la Sierra hay una tendencia a “protestar o reivindicar” ancestrales dependencias o subyugaciones heredadas de un colonialismo español. Habría que añadir que en Quito se concentran más de 200.000 empleados públicos que buscan defender un estatus que les permita supervivir, y sienten y perciben que aquello hay que protegerlo y se inclinan por el candidato que encuentran, les garantiza esa estabilidad en sus puestos.
No se puede ignorar o dejar de considerar otros hechos y realidades que influyeron en el último comportamiento electoral en la Costa, los partidos o agrupaciones políticas más significativos desde el punto de vista electoral han sido en los últimos 25 años el Partido Social Cristiano y el PRE (Partido Roldosista Ecuatoriano) y sin duda en estos últimos años ha ido creciendo el PRIAN, Partido fundado y de propiedad del Ab. Álvaro Noboa, esos partidos políticos estuvieron unidos en la segunda vuelta electoral favoreciendo a Noboa; en cambio en la Sierra, es indiscutible que las tesis del denominado “Obispo de los Indios”, con la preocupación que tuvo por este sector del país, Monseñor Leonidas Proaño, mantenidas y vigorizadas por otros líderes religiosos como Monseñor Alberto Luna Tobar, que ha optado por la tesis de Cristo junto a los pobres, contribuyeron sin lugar a dudas a la tendencia de un voto regional, que el Ec. Correa capitalizó muy bien, dado su antecedente de haber realizado labores de voluntariado en comunidades indígenas, obtuvo un triunfo arrollador en provincias con alta población indígena como lo son Chimborazo, Tungurahua, Cotopaxi, Imbabura; provincias que en la primera vuelta electoral le “agradecieron” al Coronel Lucio Gutiérrez, el reparto de picos, lampas, pequeños tractores y las múltiples visitas que les hizo durante su gobierno. Así el componente del voto regional es innegable y expresa una tendencia que no puede dejar de ser valorada y advertida si pensamos en un país unitario; tampoco admite dudas el voto del magisterio a favor de sus ex-dirigentes afiliados al MPD porque sienten y saben que han promovido aumentos salariales para los profesores. En resumen los pueblos no son ingratos como muchos dirigentes y comentaristas piensan.
Latinoamérica y su tendencia
Hacer un análisis de la situación política del Ecuador sin considerar realidades regionales de carácter continental e incluso mundial es hacer un diagnóstico diminuto de esta situación. Mucho se ha comentado sobre una tendencia izquierdista en América Latina, aquello genera un interrogante, se entiende por izquierda aquella corriente del pensamiento que está en contra de un sistema político imperante y lo quiere cambiar; o, se identifica por izquierda a quienes anhelan que una sociedad no se estanque en una determinada coyuntura histórica y busca modernizar las instituciones a tono con los retos y desafíos de la época presente o contemporánea; esa y no otra es la llamada posición de izquierda que patentaron los más radicales exponentes de la Revolución Francesa de fines del siglo XVIII.
En el análisis antes efectuado es indiscutible que América Latina vive un momento de radicalización de posiciones de orden político y económico, entre quienes piensan debe impulsarse una economía de libre mercado o monetarista que propugna dedicar todos los esfuerzos en buscar cómo ser competitivos a partir de hacer “negocios” que sean rentables, sin importar si eso beneficia a pocos. En oposición a esta tesis, hay quienes sostienen que una economía de libre mercado, desprovista de permanentes controles estatales, lo único que fomenta es pobreza y una lucha desigual entre pocos, que tienen demasiado y muchos que tienen muy poco o no tienen nada. Existe una tercera postura de una mayoría silenciosa que lo único que quiere, es que cualquiera sea el régimen de gobierno, tenga rostro humano; esto es, primero: qué es lo que la gente desea o necesita, después, qué es lo que piensan y creen los dirigentes, que deben aceptar que son mandatarios de los ciudadanos que los eligen o designan para una determinada función.
Ese escenario real del mundo actual ha provocado una radicalización de posiciones entre quienes quieren ver una especie de reedición del antiguo conflicto Este - Oeste o de lucha de las dos superpotencias USA Y URSS, lo cual en el mundo actual no existe; más bien la tendencia es hacia la búsqueda de integración a lo interno y a lo externo de los distintos países, en un ambiente de una abierta competencia donde el mercado (entiéndase demanda de bienes y servicios) es lo que prevalece, aquello explica por qué el país con el mayor número de consumidores a nivel mundial, la China (quinta parte de la población del mundo), haya optado por un sistema con administración socialista centralizada que lo controla todo, pero que otorga la más amplia libertad empresarial a sus representantes, lo que ha consolidando en la práctica la tesis de su ex Presidente Deng Xiaoping, quien afirmaba, “no importa el color del gato, lo importante es que cace ratones”; o, “un solo país con dos sistemas”, lo cual revela el entendimiento de la realidad del mundo actual y explica el sostenido crecimiento económico de China en cifras de aproximadamente el 10% anual. Para demostrar lo que afirmo conviene revisar la situación de Europa, actualmente integrada a través de la Unión Europea; es decir, están concientes que para ser competitivos hay que unirse, dividirse o confrontarse sería suicidarse social y económicamente, y Europa sabe por historia, experiencia y conocimientos de la realidad mundial, que no puede exponerse a luchas internas exageradas.
De otra parte el Medio Oriente con su poder petrolero y su unidad religiosa musulmana ha formado una Liga Árabe de Naciones que al final de cuentas procura no enredarse en conflictos sin destino no obstante lo explosivo de su idiosincrasia. Estados Unidos buscó en la unión con Canadá y México, el impulso del Tratado de Libre Comercio (TLC) para fortalecer su posición de potencia económica. África es demasiado pobre, no tiene tiempo para siquiera pensar en tener algún protagonismo, sólo aspira a la ayuda y solidaridad internacional.
A lo antes expresado deben destacarse los esfuerzos de Centro América y países Caribeños que no obstante sus grandes limitaciones, buscan superarse y abrirse espacio de supervivencia en este mundo globalizado, aquello explica el cambio del discurso del recientemente electo Presidente de Nicaragua Daniel Ortega. El poderío de Brasil que es poseedor de una de las más grandes economías a nivel mundial, le dan un sitial de alta jerarquía y respeto en el concierto de naciones del mundo entero. El natural poder de Argentina y México dueños de importantes recursos humanos y económicos, hace países con la suficiente importancia para ser tomados en cuenta en el mapa de la geografía mundial, lamentablemente algunos países latinoamericanos gastan su tiempo y esfuerzos en enfrentamientos internos que no les permiten desarrollarse consistentemente, su situación política no está a la altura con el desafío del mundo del Siglo XXI que busca grandes acuerdos y no confrontarse internamente. Esa forma de mirar el mundo explica el espacio político ganado por el Comandante Chávez de Venezuela, que busca erigirse en el “líder” que reivindica la tesis del anti-imperialismo norteamericano, de ser políticamente el que “enfrenta” a los Estados Unidos, tesis que tenía mucha validez cuando Cuba la promovía durante el auge de la URSS y sus países satélites, pero que actualmente carece de sustento político, sin que aquello signifique estar inconcientes de la presencia de una potencia imperialista como los Estados Unidos que busca fortalecer su posición aunque explote debilidades de países pequeños y empobrezca el resto del planeta.
El interrogante ante esa realidad es el llamado “populismo”, la tesis de mayor aceptación en la población de América Latina. Si aceptamos que el “populismo” es una vertiente política que se apoya en la efusividad de amplios sectores sociales empobrecidos, cuya idiosincrasia los lleva a ser amantes de la emotividad, de sentirse felices con las promesas de ofertas redentoras que les ofrecen la solución de sus problemas. O contrariamente lo que prevalece es el deseo de insertarse en un mundo del siglo XXI.
El siglo XXI, de grandes acuerdos integradores marcará la diferencia del Siglo XX, donde floreció la confrontación que produjo dos guerras mundiales, ahí radica el gran dilema a enfrentar. Sin pretender que América Latina sea Europa, Estados Unidos o China, se vuelve un imperativo comprender y aceptar como se desenvuelve el mundo en nuestros días, esa es la única manera de vencer la dura realidad social y las inequidades económicas, buscar unir esfuerzos para neutralizar la grave situación de empobrecimiento de una gran mayoría de latinoamericanos y caribeños, para que ello suceda es necesario pasar del discurso a la acción.
Esta es la tesis que la supieron liderar Ricardo Lagos en Chile y Fernando Henrique Cardoso en Brasil, académicos y estadistas de lustre que sentaron bases sólidas para que sus respectivos países sean merecedores del respeto y la atracción del mundo entero, ello explica que los sucesores mantengan sus programas, tesis y propuestas, sin cambios relevantes, como es el caso de Luis Ignacio Lula Da Silva en Brasil y Michelle Bachelet en Chile. Quedaría por verse el resultado de las políticas de Kishner de extracción peronista en Argentina; y Evo Morales de sólido ancestro indígena en Bolivia. No se incluye a Colombia por la fratricida e irreversible guerra interna y de México, hay que lamentar se encuentre actualmente sumergido en una extrema confrontación de posiciones donde existen virtualmente dos gobiernos (en Colombia, el Constitucional y las FARC; y en México, el del Presidente electoralmente ganador y el contradictor que no reconoce esa elección). Todo esto marca acentuadas y conflictivas divergencias en el mapa político de América Latina, y conspira contra sus posibilidades de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.
La geopolítica mundial y América Latina
No existen dudas que la geopolítica mundial cambió con la caída del Muro de Berlín y el fin de la llamada Guerra Fría entre el Este (URSS y aliados) y Occidente (Estados Unidos y aliados), actualmente existen bloques cuyo poder e influencia política y económica e incluso militar no pueden discutirse, discrepo con quienes quieren ver un mundo unipolar influenciando únicamente por los Estados Unidos, existe un mundo multipolar y esa es una realidad que no puede esconderse o desvirtuarse por falsas creencias o evidentes conveniencias. En el Asia, China y Japón impulsan cada uno por su lado un incuestionable poderío que rivaliza con Estados Unidos y Europa, la Unión Europea mantiene por tradición y capacidad un importante espacio de poder político, militar y económico. Estados Unidos sigue siendo la potencia mundial de mayor volumen de negocios, los países productores de petróleo del Medio Oriente con Arabia Saudita a la cabeza y la Liga Árabe de Naciones en lo político, tienen un indiscutible protagonismo si se considera que el petróleo es el negocio que mueve más dinero en la economía mundial, superando incluso al tradicional de la industria automotriz, ambos cercanamente seguidos por el gran movimiento de dinero que significan dos verdaderas industrias del auto genocidio mundial: el tráfico de drogas y el tráfico de armas.
En este escenario de juego de poderes, en el que no puede excluirse el poderío de Rusia e Irán, potencias petroleras y nucleares, cuya unión para presionar equilibrios en la lucha por el poder hegemónico en el mundo no puede dejar de ser seriamente considerada, al dejar de ser una incógnita. En este contexto debemos admitir que América Latina carece de un proyecto político propio y las posturas disímiles de los distintos países, está igualmente distante de unificar una tesis homogénea de real contenido subcontinental. Venezuela y México con su poder petrolero, importante pero no decisorio a nivel mundial, mantienen criterios diferentes en el manejo de este recurso, Venezuela se mantiene como parte de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP), México mantiene una independencia en el manejo de este fundamental insumo energético. Brasil es un gigante a nivel mundial y no tiene otra alternativa que procurar no debilitar su posición alcanzada, de ser la novena economía a escala mundial, Argentina como ya lo señalamos, tiene un peso especifico como país importante pero no está en posibilidad de influir en mayores niveles geopolíticos en el mundo, Chile tiene una ruta muy clara de lo que quiere ser como país y su inserción en la economía mundial es innegable, pero no tiene capacidad de liderar una postura latinoamericana.
En definitiva a nivel mundial América Latina exhibe esfuerzos aislados, pero su real poderío político y económico a escala mundial es limitado frente al avance de otros países cuya influencia a nivel político, económico y militar, nos reduce a una muy escasa influencia en el juego del ajedrez de poderes a nivel mundial.
En este análisis de la geopolítica mundial que quiere ubicar en su verdadero sitio a los países latinoamericanos y en forma individual al Ecuador, no puede dejar de mencionarse el acelerado crecimiento de la India y las estrategias de las dos Coreas, la del Sur buscando ser potencia económica y la del Norte por tener espacio de influencia militar, evidenciadas con sus últimas pruebas nucleares que inquietan principalmente a China, Japón y Estados Unidos.
Cuál es la situación del Ecuador en un contexto de irrefrenable internacionalización e interdependencia de los distintos países del mundo, y en ese ámbito debemos admitir que nuestro país no tiene ninguna postura que merezca ser resaltada, lo novedoso y el ensayo a lo incierto parecen ser la principal característica del país. La falta de identidad nacional es un factor que lo ha perjudicado, así como conspira contra una indispensable unidad. Sólo Perú se acerca a una situación semejante, pero tiene mejores niveles de competitividad por sus costos de producción, con una moneda que ha logrado estabilizarse frente al dólar, Bolivia fue siempre el país con más bajas potencialidades de desarrollo y ha optado por un proyecto político que al menos lo identifique, tiene un alto porcentaje de población indígena y su gobierno debe agotar esfuerzos por no dividir al conjunto de la población boliviana, los sectores más productivos (caso Santa Cruz) son étnica y culturalmente distintos a la postura del gobierno de ancestro y soporte indígena del Presidente Evo Morales, que tiene la ventaja de conocer y aceptar esta realidad, ojalá encuentre a través de un régimen de autonomías, un destino nacional que Bolivia lo necesita por el bien de su pueblo, régimen que es el camino que también le queda a Ecuador planteada como tesis de Estado como lo hizo Manabí a través de un Comité Cívico Interinstitucional presidido por el ex Prefecto Dr. Humberto Guillem, que me tocó coordinar y asesorar a nivel provincial y nacional. Paraguay se inserta en el MERCOSUR y su suerte futura está ligada a la de Brasil y Argentina cuyas potencialidades les permitirán supervivir con relativa estabilidad y bonanza en el mundo del presente. Uruguay tiene la capacidad intelectual y buen nombre para seguir siendo un país pequeño y respetable. Panamá seguirá siendo un importante nexo comercial del mundo, su situación geográfica lo coloca en esa favorable posición y se mantendrá al menos estable. República Dominicana busca abrirse paso en este mundo internacional exigente para poder competir. Cuba seguirá manteniendo su postura política por algún tiempo más con un régimen comunista, que lo vuelve un país especial, si se considera que la gravitante influencia de este sistema político perdió importancia e influencia en el mundo con la disolución de la Unión Soviética, las tesis marxistas de la antigua confrontación capital-trabajo que caracterizó la sociedad industrial de fines del siglo XIX y la mayor parte del siglo XX, ha sido desbordada por el creciente e indetenible desarrollo tecnológico que es el que marca el ritmo del mundo contemporáneo. Me permito una referencia final a Haití, sólo para afirmar que está en peor situación que Ecuador por lo que las comparaciones que se hacen no se justifican y son antojadizas.
Alfaro, “Che” Guevara, Salvador Allende, Zapata, Martí, Sandino
Sus nombres son verdaderos símbolos de los latinoamericanos, la simpatía y adhesión popular que generan es espontánea, sus nombres inspiran un sentimiento de justicia, de patriotismo, de honestidad, de idealismo, de identificación con los más elevados anhelos sociales, todos ellos desafiaron el “establishment”, se rebelaron contra todo tipo de convencionalismos, lucharon con firmeza y sin claudicaciones contra aquella política que sólo conoce de falsas promesas, de falta de seriedad, que sólo busca acomodos, de explotación de unos en perjuicio de otros. Insurgieron contra aquellos que creen que la política es el arte de mentir, de hacer creer a los pueblos lo contrario que los políticos realmente desean, piensan o creen, una frase extraordinaria del General francés Charles de Gaulle los define apropiadamente, “los políticos son como los perros que se pelean por un hueso cuando este tiene carne y cuando ya no tiene carne juegan con el hueso”, el ex Primer Ministro inglés Harold Wilson fue más sentencioso “Los políticos son expertos en decir mentiras y son los primeros en extrañarse de la facilidad con que la gente les cree sus falsas promesas”, sin duda los políticos se preparan para buscar por todos los medios como captar posiciones de poder, son muy duchos en manejar procesos electorales para conseguir la adhesión mediante el voto de los (as) ciudadanos (as), pero carecen de la suficiente seriedad y firmeza de principios e ideales para sostener lo que se debe decir y no lo que conviene decir, es la diferencia entre quien tiene convicciones (idealistas) y quienes sólo miran conveniencias (políticos), para ellos lo importante es conseguir algún cargo o función pública que les posibilite tener algún poder y en muchos casos enriquecerse, los medios de los que se valen no importan, por eso atropellan la razón, la verdad, no conocen de lealtades, buscan únicamente la ocasión para escalar posiciones, son oportunistas, se aprovechan de la buena fe ajena, se benefician de todo cuanto pueden hacerlo, pero el pecado ciudadano es seguirles creyendo sus falacias.
Alfaro, el “Che” Guevara, Martí, Allende, Zapata, Sandino, ofrendaron sus vidas por decidirse a enfrentar el cinismo, la falta de escrúpulos, la estulticia, la sinvergüencería, la farsa, la picardía que caracteriza a los seres humanos cuando sólo les interesa llegar a tener poder o dinero, para ello no tienen límites en utilizar toda clase de triquiñuelas, de argucias, de mentiras, de presentarse con posiciones a veces disímiles y a veces irreconciliables.
Los antes mencionados ídolos, de los más acariciados anhelos humanos, prefirieron ser víctimas de sus verdugos a transigir con sus ideales, sentían intensamente su anhelo de ver flamear la bandera de la justicia, el honor, la verdad. Sabían muy bien lo difícil que es obrar desinteresadamente, por eso Alfaro exclamó “en las contradicciones de la vida, los redentores terminan siendo los que cosechan lo que los mártires siembran con su sacrificio”, cuánta verdad en ese pensamiento, lamentablemente es así, los pueblos pierden la memoria histórica y se dejan seducir por la audacia, las frases truculentas, la estridencia y mañosería de los traficantes de mentiras, lamentablemente a eso contribuyen ciertos “historiadores” y “comunicadores” que cuentan su propia leyenda y terminan por desubicar los hechos, contribuyendo a que se olviden a los verdaderos lideres, a los auténticos dirigentes de una causa y del interés público, a que no dimensionen apropiadamente la labor social o humana de los que sí han realizado una tarea que ha beneficiado a la colectividad. Las convicciones de estos verdaderos líderes de América Latina, su apego a sus ideales, hizo que el ya casi mítico “Che” Guevara renunciara a su alta función de Ministro de Industrias en Cuba y volviera a la lucha armada en los campos bolivianos, estaba conciente que había luchado contra todo tipo de imperialismo, por el imperio de la libertad y dignidad de Cuba, estaba igualmente conciente que luego del triunfo de la revolución, el gobierno revolucionario de Cuba se uniría a la Unión Soviética para defender su revolución frente a un posible ataque de los Estados Unidos, pero el “Che” Guevara prefirió morir incomprendido, con sus ideales intactos, dejando como legado a la posteridad un ejemplo de vida que no tiene tacha, por eso su nombre se agigantó en la historia de América Latina. Caso parecido el de Salvador Allende, llegó al poder por la vía democrática a través de elecciones, en el ejercicio del poder conoció de halagos y desengaños, prefirió la muerte a transigir con lo que fueron sus convicciones de hombre profundamente democrático, su estatura humana fue siempre superior, quienes lo conocieron supieron que era un personaje elegante y culto, su recuerdo de hombre idealista y luchador por sus ideas socialistas y democráticas no la olvidan los chilenos (as). Zapata fue un revolucionario de extracción campesina, venía de las zonas periféricas de México, sabía el valor de las cosas, lo duro y difícil que es producir en el campo, conocía el drama del sector realmente más marginado, por eso dijo una frase que resume la diferencia que existe entre quienes viven del sudor de su frente y los que viven del sudor de la gente: “las tortillas no se hacen con palabras, se hacen con maíz”, para hacer notar a los mexicanos que no es bueno creer en las palabrerías de los expertos en hablar, de opinar de lo que oyen o llegan a saber y también de lo que no conocen, quiso poner en evidencia a quienes sólo saben de emitir opiniones o hacer afirmaciones sin haber tenido una vivencia, aquello explica aquel antiguo refrán “hay que saber con cuantas papas se hace un locro” o aquella inmensa lección de El Quijote “del dicho al hecho hay mucho trecho”. César Augusto Sandino fue un creyente de una Nicaragua grande como nación, digna, altiva, soberana, sin dependencias de imperialismos, con justicia social, que viva una democracia sin privilegios, sin monopolios, sin diferencias sociales, su irrenunciable lucha por los más altos intereses de Nicaragua y el imperio de los valores humanos le costó su asesinato, ese mismo camino fue el del luchador por la independencia de Cuba, José Martí, su legado de pensamientos y acciones a favor de la sociedad cubana, lo encumbran al más elevado pedestal, al que sólo puede aspirar un buen ciudadano y un gran líder, murió asesinado luchando por la libertad, por la justicia social, por una democracia real, contra imperialismos que abusan de su poderío económico y militar.
En definitiva estos verdaderos líderes con mayúsculas, se han convertido en íconos de las más ansiadas aspiraciones de la sociedad, eran auténticos, no conocían de disimulos, su pensamiento siempre fue frontal y sincero, sus ideas eran claras, fueron personas que poseían una enorme generosidad, su afán era el de servir a sus semejantes, ser útiles a los demás, preferían el bienestar de los demás a su propio bienestar, ahí radica su grandeza de alma y verdadero patriotismo.
Queda claro que los verdaderos idealistas no luchan por el poder, luchan por algo más impersonal y de interés colectivo, sueñan con la justicia, defienden sin concesiones la verdad, creen en la libertad, no están de acuerdo con los que usan el nombre de Dios en vano, son enemigos implacables de la corrupción, los irrita la mentira en la que se cobijan los ambiciosos de poder y dinero, no conocían de inconsecuencias y deslealtades, su gran capacidad y formación unida a su encendido patriotismo los convierten en verdaderos estadistas, entre esos líderes inmensos destaca el manabita Eloy Alfaro Delgado que tuvo la oportunidad y el privilegio de engrandecer al Ecuador desde el ejercicio de la jefatura del Estado, eso lo volvió un líder completo, no sólo luchaba por sus convicciones, sino que aceptó asumir el poder político, sus pensamientos son verdaderas sentencias de una enseñanza de vida honorable y digna, por eso su figura se encumbró a la eternidad. Estaba lejos de todos estos líderes latinoamericanos ser conflictivos, buscar la guerra, querían la paz, buscaban sin tregua la unión pero por objetivos de país y no por objetivos personales o de grupos. No sabían de vanidades y fatuidades, eran intolerantes cuando tenían que enfrentar a pícaros o mentirosos, a vivarachos, a seudos dirigentes mediocres que quieren pasar por inteligentes y que con sus acciones causan mucho daño a los demás, en estos seudos dirigentes prevalece el aprovechamiento de circunstancias, son en pocas palabras insolentes representantes de la mediocridad, de la deshonestidad y la “viveza criolla”.
Todos estos líderes ya mencionados fueron revolucionarios, no querían maquillar los complejos y hondos problemas sociales y económicos, buscaban un cambio radical, por eso cuando las circunstancias lo exigían y había que empuñar las armas para combatir a los farsantes y pícaros no vacilaron en hacerlo, no fueron revolucionarios de palabras, lo fueron de espíritu, ideales y acciones.
Hay un latinoamericano inmenso, Simón Bolívar, que no fue asesinado por sus adversarios, no hubo necesidad de ello, se consumió en su lucha que no conocía de treguas, de escollos, era capaz de desafiar hasta las impredecibles adversidades de la naturaleza, su gran romanticismo lo llevó a morir solo, abandonado por quienes él había favorecido, sintió la soledad del poder, es el típico caso de quien dio todo por los demás. Qué triste es esta realidad humana, por eso lleno de nostalgia , exclamó “he arado en el mar” o aquella otra frase “en el mundo hemos existido tres grandes majaderos: Jesucristo, El Quijote y Yo”. Bolívar estaba profundamente dolido por la falta de lealtad de las personas a quienes dio todo tipo de ayuda y los hizo compartir el poder, los engrandeció ciudadanamente, sin embargo y en sus delirios de tristeza no quiso morir sin dejar su último mensaje de esperanza “si mi muerte contribuye a que cesen las facciones y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”. Quería una Gran Colombia unida, que los pueblos liberados con su lucha no se desangraran en un enfrentamiento fratricida, que América Latina se unificara con una propuesta concertada para enfrentar el poder de los países del Norte. De una lucidez incomparable, cuánta actualidad tiene su pensamiento que ahora es utilizado por quienes están a mucha distancia para entender la hondura de su pensamiento, sus ideales, su grandeza de espíritu y la solidez de su doctrina política.
Existieron para fortuna de la humanidad dos personajes que no son latinoamericanos Ghandi (hindú) y Martín Luther King (estadounidense), que no pueden dejar de ser al menos mencionados por su lucha íntegra y decidida a favor de los más caros anhelos patrios, también fueron asesinados por sus ideales, los dos son símbolos de creencia sin condiciones por el imperio de la paz. “Me niego a creer que la aurora radiante de la paz no sea posible” exclamaba Martín Luther King, un apasionado defensor de los derechos civiles frente a la segregación racial y desigualdades sociales en los Estados Unidos. Ghandi creó una verdadera doctrina para la paz y la armonía social, “no quiero que me cuenten de los dolores del parto, quiero que me cuenten del nacimiento de la criatura” fue una de sus expresiones más cimeras, Ghandi creó una verdadera dinastía que siguió su ejemplo, sus sucesores también fueron víctimas de la incomprensión y agresividad humana, pero lo que no pudieron asesinar fue su ejemplo de hombría de bien, de hombre que prefería el sacrificio al abandono de su lucha por un mundo más pacifico y humano, menos conflictivo, sin guerras, con grandes acuerdos o pactos sociales.
El nuevo gobierno de Ecuador y sus perspectivas futuras
El Ecuador ha elegido un nuevo Presidente, como principal rasgo de sus antecedentes exhibe una sólida formación académica en Economía con Maestrías en Bélgica y Estados Unidos donde obtuvo un doctorado, por tanto es un profesional de sólidos conocimientos, demostrados en el corto desempeño como Ministro de Economía y Finanzas, anteriormente hizo labores de voluntariado entre los Scout, en comunidades indígenas, con las cuales sin duda ha forjado acercamientos consistentes. Estos antecedentes permiten ubicarlo según propias confesiones como un hombre cristiano, más cercano a la Teología de la Liberación y en el Ecuador al grupo que fue liderado por Leonidas Proaño el “Obispo de los Indios”.
Ese el perfil del nuevo Presidente del Ecuador Ec. Rafael Correa, que asume la Presidencia de la República en medio de un acumulado descontento de los (as) ecuatorianos (as) que han sufrido un ejercicio del poder político en el que han espectado con algo de asombro, repugnancia y mucho de resignación y permisividad, como muchos de los actores políticos (Ministros, Diputados, Consejeros, Concejales, funcionarios públicos de segundo, tercero, cuarto nivel y un largo etcétera) se han enriquecido injustificadamente sin ninguna sanción, hasta llegar a la gravísima situación del atraco bancario y la pérdida total del poder adquisitivo de nuestra moneda, que debió ser reemplazada por el dólar. Es justamente ese desencanto que conduce a la ciudadanía a votar por un Presidente joven, cuya campaña se fundamentó en la necesidad de sepultar un pasado oscuro en el que los principales sindicados son los partidos políticos y sus dirigentes, que lejos de preocuparse por el bienestar ciudadano, buscaron aprovecharse del poder y apropiarse de instituciones como la Función Judicial. Son quienes sabiéndose con poder, cometen toda clase de fechorías y abusos. Aquello explica porqué el Presidente electo basó su campaña en cuestionar el desprestigio de la partidocracia y de su más vigoroso líder de los últimos veinticinco años, el Ing. León Febres Cordero, proponiendo como alternativa la inmediata convocatoria de una Asamblea Constituyente que reorganice el Estado y renueve la dirigencia política.
La oferta de campaña de convocar a una Asamblea Constituyente se está convirtiendo en un asunto de evidente explosividad política, pero el Presidente electo no tiene otra alternativa que no sea la de cumplir su oferta, no hacerlo volvería mucho más tensa la reacción de sus propios partidarios, aparte de que engendraría una nueva frustración ciudadana, cuyas reacciones podrían ser de impredecible magnitud y alteración del orden público. El dilema es claro, existe una pugna de poderes entre una dirigencia política que ha dominado el pasado y se niega a resignar posiciones, con el nuevo Gobierno cuyo apoyo ciudadano no está cohesionado pero que aspira que el Presidente electo honre su palabra y provoque un cambio en la forma de hacer política en el país.
Últimamente han surgido opiniones que sugieren al Presidente electo adopte como proyecto de Reforma Política una propuesta de reformas constitucionales planteada durante el gobierno del ex Presidente Dr. Gustavo Noboa, pero aquello no tiene nada de parecido como planteamiento al que formuló el Ec. Correa en la campaña electoral, no se trata de remendar la Constitución, si bien algunas de las reformas planteadas en ese proyecto satisfacen pocas aspiraciones del sector ciudadano, tales como: el que no se sigan repartiendo los grupos políticos como propiedad horizontal el Tribunal Constitucional y los Tribunales Electorales. Se busca provocar una ruptura con el pasado político y esa ruptura que va a tener una encendida oposición sobre todo del Congreso donde formarán una trinchera los partidos o grupos políticos ahí representados y siendo esa la disyuntiva, no le queda otra opción al Presidente que concretar su planteamiento, para lo cual requiere tener el máximo cuidado político en la elaboración del texto de la Consulta para que no incurra en la posibilidad de plantear alguna reforma constitucional, lo cual le quitaría la potestad privativa de convocar la Consulta Popular de acuerdo al articulo 104 numeral 2 de la Constitución vigente, por ello el Decreto de convocatoria debe limitarse a dos preguntas claras: 1) Si el país está de acuerdo que se convoque a una Asamblea Constituyente para que instrumente una reforma política que modernice el Estado; 2) Si se faculta al Presidente de la República para que de acuerdo a sus atribuciones expida un Decreto Ejecutivo estableciendo la composición y normas de funcionamiento de la Asamblea.
Dejo en claro que nunca fui partidario de esta tesis que pudiera contribuir a radicalizar, posiciones políticas en el Ecuador, que más bien requiere de unidad para su recuperación moral, política, económica, administrativa, pero el análisis que efectúo lo hago en función del pronunciamiento electoral que llevó a la Presidencia al Ec. Rafael Correa, que debe tener el cuidado de no volver traumático este trascendental paso de orden político. Ya en anterior comentario señalé con toda amplitud y fundamentos democráticos el por qué se justifica la Reforma Política, que en mi opinión no puede tener otro sustento que no sea el proceso de deslegitimización que viene sufriendo el régimen democrático en el Ecuador, que incluye que los Diputados hayan sido electos por un porcentaje que no supera el 50% de electores si se suman votos nulos, blancos y quienes se abstuvieron de votar en la primera vuelta (10%) que sí lo hicieron en la segunda vuelta electoral, lo cual quita representatividad y genera el natural rechazo al Congreso Nacional.
No estoy para hacer premoniciones, pero no es difícil diagnosticar que el nuevo Gobierno buscará acentuar una política de manejo estatizado de los recursos naturales (petróleo, minerías) y de los servicios básicos en los que sobresalen electricidad con empresas eléctricas públicas quebradas y el área de telecomunicaciones donde los negociados la colocan como un sector de altísima corrupción, ojalá el nuevo Gobierno logre volver transparentes y eficientes a estos sectores con lo cual se habrá hecho un gran bien al país.
El Ec. Correa asume el poder con una cuantiosa bonanza petrolera que le permitirá cumplir promesas de campaña, como el aumento del bono solidario y del bono de la vivienda, la deuda externa está significativamente reducida frente al PIB (producto Interno Bruto), como desventaja tiene un Presupuesto del Estado con un alto crecimiento del gasto público corriente y una atomizada parcelación de supra organismos del Estado que se autofijan retribuciones para su personal, a lo que habría que agregar una acumulada cantidad de necesidades y aspiraciones insatisfechas a lo largo y ancho del país, que hace que en definitiva los problemas no sean difíciles de identificar, queda el reto para que demuestre que está capacitado para enfrentar y hacer realidad su slogan de campaña “Volver a tener Patria”.
Para finalizar el joven Presidente ecuatoriano tiene un desafío inmenso frente a sus ideas expresadas en campaña, si se advierte que las megaempresas o meganegocios siguen creciendo irreversiblemente; cómo lograr que la falta de empleos (principal problema del mundo actual que provoca indetenibles migraciones) sea reducido, cómo favorecer un crecimiento de la mediana, pequeña y microempresa y a la cual en campaña electoral el entonces candidato ofreció ayudar. Ese es su gran reto, hay que reducir la pobreza y para ello hay necesidad de obrar con mucha serenidad, inteligencia, honestidad, responsabilidad y firmeza de criterios, ojalá para ello cuente con un buen, leal y homogéneo equipo de trabajo. El éxito del nuevo Gobierno nos conviene a todos.
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