lunes, 30 de noviembre de 2009

Autonomía, nueva normativa constitucional y el Proyecto de Ley de Educación Superior



En la actualidad se vuelve de trascendental importancia un análisis conceptual lo suficientemente amplio y profundo sobre el rol y responsabilidad que corresponde a una Universidad dentro de una sociedad y su aporte al desarrollo de la misma.

No obstante que la humanidad ha vivido en las últimas décadas una prevalencia en cuanto al juzgamiento de los problemas de la sociedad, priorizando el tema económico o monetario, no se puede desconocer que sin duda es a la Universidad como institución, a la que corresponde la provisión del más importante insumo para un desarrollo social y humano consistente, mediante la formación y provisión del más importante capital o riqueza, de una sociedad que es el recurso humano. Un buen país lo forman buenos ciudadanos y esos buenos ciudadanos para entregar un buen aporte a la sociedad de la que forman parte, requieren contar con una sólida orientación tanto vocacional como técnica, especializada y profesional, que les permita tener los conocimientos suficientes y actualizados, para que su aporte al mejoramiento de las condiciones de vida del país sean efectivamente convenientes y útiles para el logro de un mejor bienestar colectivo.

En el contexto antes señalado, la Universidad no puede excusarse de estar permanentemente revisando su gestión para tratar de optimizarla o mejorarla cualitativamente y ensamblarla con el vertiginoso desarrollo tecnológico que experimenta la humanidad en la época presente, sobre todo en el campo de la informática, cuya ayuda y soporte sobre todo a través de los medios audiovisuales deberá ser siempre parte del proceso de desarrollo de la Universidad a su interior, hoy no puede concebirse un docente desprovisto de herramientas informáticas para un mejor dictado de su cátedra, ni tampoco a un alumno que no esté familiarizado con estos insumos que sin duda son indispensables para el proceso formativo del estudiante.

Descrito el escenario en el cual la Universidad debe moverse si es que quiere cumplir con su obligación de ser un instrumento de cambio social y de tomar la bandera de un pensamiento crítico pro positivo que contribuya a la solución de los problemas de una sociedad, es que se vuelve conveniente un debate lo más elevado y racional posible, sobre la actual situación de la Universidad ecuatoriana y el marco jurídico que debe regular su actividad para que su labor sea del más alto y exigente nivel académico y en consecuencia realmente beneficiosa para tener un mejor país.

El Gobierno Nacional viene insistiendo en la urgencia de recuperar una Universidad en crisis, para ello se parte de la hipótesis no comprobada de que las Universidades y Escuelas Politécnicas del país son las de más baja calidad en América Latina y el Caribe y por supuesto de ínfima calidad frente a Universidades de países desarrollados. Se llega incluso a sostener por parte de funcionarios del SENPLADES que la Universidad es una especie de institución en estado de enfermedad terminal que requiere de una especie de terapia intensiva para poderla recuperar y la propuesta para superar esta situación crítica es la expedición de una nueva ley de Educación Superior, cuyo principal objetivo sería el que la Función Ejecutiva controle las Universidades y Escuelas Politécnicas e Institutos Técnicos Tecnológicos, a través de los dos organismos de carácter nacional del sistema de educación superior que establece la Constitución Política del Estado en actual vigencia.

A ello se añaden otras hipótesis como la de una Universidad renuente al cambio, cuyos actuales directivos principalmente sus Rectores, defienden sus pequeños espacios de poder, se agrega que en las últimas dos décadas la Universidad ecuatoriana entró en un proceso privatizador, lo cual es incompatible con la tesis de esta todavía inconclusa propuesta de un llamado socialismo del siglo XXI, que se repite con superficialidad tecnocrático y burocrático es un proyecto en construcción.

Todas las hipótesis que destaco carecen del debido sustento lógico y real, ninguna de ellas ha sido demostrada y es demostrable, no es exacto que la Universidad ecuatoriana sea la de más baja calidad en América latina, personalmente no creo que seamos ni mejores ni peores que las Universidades de este Subcontinente, existen y eso no se discute países con mayor tradición universitaria, pero lo que no es cierto es que la Universidad nacional esté en una situación de ser reprobada como institución, si aquello existiera sería una consecuencia de una crisis de la sociedad ecuatoriana en su conjunto, incluyendo la existencia de críticos espontáneos y salvadores de la educación superior en el Ecuador que hacen afirmaciones sin conocerla en sus interioridades. Tampoco es verdad que las instituciones de educación superior estén en estado agónico en función de que sus ofertas académicas no son compatibles con el mundo de nuestros tiempos, no tiene ninguna justificación afirmar que las Universidades y Escuelas Politécnicas del país se oponen a un cambio, inversamente estimo es en las Universidades y Escuelas Politécnicas del Ecuador donde existe un pensamiento más ordenado y racionalmente crítico de una realidad presente y de la necesidad de modernizar la democracia en el Ecuador, que tenga una clara visión de un mundo multipolar que experimenta aceleradas e irrefrenables mutaciones en razón del avance tecnológico de la humanidad sobre todo en el área de la informática, desconozco si existen centros de educación superior opuestos a una rendición social de cuentas y a una necesaria fiscalización, si existen hay que cerrarlos, lo que sin duda si está en crisis es una recurrente y mala gestión en el campo político, que por supuesto no es atribuible al actual gobierno aunque tampoco puede atribuírsele al actual gobierno haber mejorado conductas democráticas en el ámbito político de nuestro país, para realizar esta afirmación me limito a reproducir cual es la óptica que se tiene en el ámbito internacional sobre la situación política de nuestro país. Por todo lo expuesto es carente de todo sustento el criterio que los miembros de la comunidad universitaria y politécnica nacional, no están dispuestos a contribuir a una mejor educación superior en el país, esa es y debe ser invariablemente la conducta y el desafío de la educación superior en este y todos los países del mundo.

Por otra parte sostener que existe una Universidad con una tendencia privatizadora en el país, es simple y llanamente desconocer procesos vividos en el mundo entero en las últimas décadas, en que efectivamente en todos los países sin excepciones se dio una creciente creación de Universidades particulares, lo cual lamentablemente en nuestro país se descontroló y desvió al tramitarse la creación de Universidades por la Función legislativa, que no reunían condiciones para ser creadas, pero aquello es subsanable a través de establecer procesos serios de evaluación y acreditación con el debido sustento académico, que permita establecer cuales Universidades no reúnen requisitos o estándares mínimos de calidad para seguir subsistiendo, cuales lucraron con la educación superior, ese es el reto, no hacer aquello es limitarse a exhibir un pretexto para desacreditar la gestión de las Universidades y Escuelas Politécnicas, que si bien es cierto no llegan a niveles de excelencia académica y están lejos de esa meta, nadie puede desconocer han contribuido a formar profesionales capaces, muchos de ellos se encuentran en altas funciones del Estado, los cuales al parecer han olvidado son producto de una institución que con sus limitaciones, al menos contribuyó en su formación profesional y en la formación de su actual personalidad.

En ese contexto la propuesta de una nueva Ley de Educación Superior la encuentro con objetivos políticos definidos (no académicos) entre los cuales destaco cuatro:

1.- Captar el control de las Universidades y Escuelas Politécnicas, absorber por parte del Gobierno Nacional el organismo público de planificación, regulación y coordinación interna del sistema;
2.- Despojar a las Universidades y Escuelas Politécnicas de sus rentas establecidas en la Ley que creó el Fondo Permanente de Desarrollo Universitario y Politécnico, Ley cuya derogatoria se planteaba expresamente, aquello ha sido hasta este momento revisado.
3.- Someter a las Universidades y Escuelas Politécnicas a una dependencia del Plan Nacional de Desarrollo y a través de ello mutilar su libertad de oferta académica y limitar su capacidad de gestión.
4.- Reducir la actividad del ejercicio de la cátedra universitaria a la de un docente que tendrá la condición de un servidor público más, desconociendo que el ejercicio de la docencia universitaria es una actividad de excepción que se la distingue del cargo público normal, en cuanto se puede ejercer cualquier cargo público y además de ello ejercen la docencia universitaria si el horario del funcionario lo permite, partiendo de la innegable certeza que un buen catedrático es una las mejores y más rentables inversiones que se puede hacer en el país.

Afortunadamente estos cuatro planteamientos (que los destaco) carecen del debido amparo constitucional que requieren para poderlos incorporar en una ley, por las razones que a continuación expongo.

Es primordial destacar que en la parte Orgánica de la actual Constitución se mantiene en el artículo 225 el concepto de una Universidad concebida como una entidad independiente, creada por ley para la prestación de un servicio del Estado que es la educación de tercer y cuarto nivel, de tal manera que en esta parte subrayo, la actual Constitución mantiene el tradicional reconocimiento de la sociedad latinoamericana en el sentido que las Universidades y Politécnicas como instituciones no forman parte de ninguna de las Funciones del Estado, llámense éstas: Ejecutiva, Legislativa, Judicial, Electoral o de Control, ni tampoco de los organismos del régimen seccional, es decir son instituciones básicamente autónomas cuyos fines y funciones también los describe taxativamente la Constitución vigente en su artículo 350, en la que textualmente expresa que su finalidad es la formación académica y profesional con visión científica y humanista, la investigación científica o tecnológica y la innovación, la promoción y desarrollo de los saberes y las culturas, la construcción de soluciones a los problemas del país en relación con los objetivos del régimen de desarrollo, debiendo en esta parte precisar, que el Sistema de Educación Superior deberá articularse al Sistema Nacional de Educación y al Plan Nacional de Desarrollo, de conformidad con lo dispuesto en el Artículo 351 de la Constitución, el cual agrega que la ley deberá establecer mecanismos de coordinación del sistema de Educación Superior con la Función Ejecutiva, reconociendo la interdependencia de uno y otro.

Adicionalmente el mismo legislador constituyente se encarga de puntualizar los principios por los que debe guiarse el Sistema de Educación Superior y en primer lugar está el de la autonomía responsable, es decir es el primero de los principios por los que se guía el sistema, a los que agrega el del cogobierno, igualdad de oportunidades, calidad, pertinencia, integralidad y remarca dentro de la temática que analizamos, su derecho a la auto determinación para la producción del pensamiento y conocimiento, en el marco del diálogo de saberes, pensamientos, universalidad y producción científica y técnica global, es decir en resumen no hay dudas de una clara tendencia del texto constitucional para respetar su independencia como lo establece de una manera recurrente y puntual el artículo 355, que impone al Estado es decir a todas las Funciones e Instituciones del Estado y esto también lo subrayo, reconocer a las Universidades y Escuelas politécnicas, la autonomía académica, administrativa, financiera y orgánica, acorde con los objetivos del régimen de desarrollo y los principios establecidos en la Constitución, a los que ya me referí anteriormente, entre los cuales consta en primer lugar la autonomía responsable.

Seguidamente el propio artículo 355 estipula que dicha autonomía garantiza el ejercicio de la libertad académica y el derecho a la búsqueda de la verdad sin restricciones, el gobierno de sí mismo, en definitiva la Constitución consagra diáfana y recurrentemente la autonomía de las Universidades y Escuelas Politécnicas e incluso incorpora dentro del Título de Derechos de las personas, en el capítulo de los Derechos del Buen Vivir, la garantía del Estado a la libertad de enseñanza y a la libertad de cátedra en la educación superior, como lo señala el artículo 29 del texto constitucional, no existen en consecuencia limitantes para el ejercicio de una libertad académica que incluye la elaboración de planes de estudios, programas curriculares, diseño de perfiles profesionales, oferta de carreras que deben ser como lo expresé anteriormente concordantes con los objetivos del régimen de desarrollo y aquellos principios antes mencionados, que son los que deben guiar la vida de las Universidades y Escuelas Politécnicas, sin necesidad de tutelajes ni mucho menos de imposiciones de organismo o persona alguna.

Surge la inquietud e interrogante, qué debemos entender por autonomía responsable y aquello sin recurrir a ensayos o reflexiones teóricas, impone a las Universidades y Escuelas Politécnicas, el obrar teniendo en consideración los altos intereses nacionales, descartar todo vestigio de afanes de lucro, el que se pretenda mercadear ofertas de títulos o grados académicos, tanto en pregrado como en postgrado, el mantener rigores académicos que posibiliten formar profesionales competentes y aptos para el buen y eficiente ejercicio profesional, sembrar un espíritu investigador en docentes y alumnos, y sobre todo respetar celosamente lo establecido en el propio artículo 355 inciso cuarto de la Constitución, que textualmente dispone que la autonomía no exime a las instituciones de educación superior de ser fiscalizadas, de su responsabilidad social de una rendición de cuentas y de participar en la planificación nacional, en definitiva, autonomía es independencia y es libertad para actuar y obrar, pero no puede ser entendida como la actitud libérrima o subjetiva de ser y hacer lo que uno piensa y quiere sin entender que somos parte de una organización superior que se llama Estado, que vivimos un mundo cada vez más internacionalizado e interdependiente, de tal manera que tenemos el derecho como Universidades y Escuelas Politécnicas de auto organizarnos, de poder realizar nuestra propia programación académica, de designar y ejercer libremente nuestro gobierno y administración interna, de contar con nuestros propios recursos económicos y asignaciones presupuestarias, por ello el artículo 355 en su inciso quinto, prohíbe a la Función Ejecutiva, llámese SENPLADES, Ministerio de Economía y Finanzas o cualquier otra institución que forma parte de privarla de sus rentas o asignaciones esta Función del Estado, presupuestarias que deben ser entendidas, son aquellas rentas que están establecidas en la Ley Especial que creó el Fondo Permanente de Desarrollo Universitario y politécnico vigente desde Mayo 15 de 1996 y de asignaciones presupuestarias que han venido constando históricamente y que de acuerdo a indicada ley deben incrementarse para atender aumentos de remuneraciones y otros beneficios de orden social, ésta garantía constitucional es la que vuelve real su autonomía financiera, por ello la pretensión de derogar dicha ley, significaría una merma de autonomía no solo en lo financiero sino en lo administrativo y en la gestión a ejecutar, al bloquear la posibilidad de programar una planificación académica en el corto, mediano y largo plazo, sin autonomía presupuestaria se coarta el ejercicio de la autonomía muy especial de la que deben gozar las Universidades y Escuelas Politécnicas, como lo reconoció en un fallo el pleno del Tribunal Constitucional el año 2000, ante demanda planteada por el CONUEP.

Debe destacarse que la Constitución vigente en su artículo 353 establece 2 organismos rectores a nivel nacional para la organización y cumplimiento de las actividades de las Universidades y Escuelas Politécnicas, el uno, definido como un ente público planificador, regulador y coordinador interna del sistema, subrayo la palabra interna, organismo que tiene la finalidad de servir de interlocutor en las relaciones con la Función Ejecutiva, es decir implícitamente el texto constitucional separa a este organismo de cualquier vinculación o dependencia de la Función Ejecutiva, pretender subordinarlo o volverlo dependencia de la Función Ejecutiva, es contrariar la norma constitucional y buscar vulnerar el gobierno y administración de las Universidades y Escuelas Politécnicas, por ende la conformación de este organismo, debe nacer de las propias entidades de educación superior, sin que aquello excluya que la integren representantes de la Función Ejecutiva como medio para facilitar las relaciones que en el marco del respeto mutuo debe existir entre los centros de educación superior y el gobierno nacional.

La tesis de diferenciar el Sistema de Educación Superior con las Universidades y Politécnicas argumentando que las Universidades y Politécnicas son autónomas pero no el Sistema, es también una clara contradicción a lo dispuesto en la Constitución, eso lo establece el Artículo 352 que señala de manera puntual cuáles son las entidades de Educación Superior, por lo que aquella tesis es artificiosa y forzada, aunque aclaro dentro del Sistema están incorporados los Institutos Técnicos y Tecnológicos que deben realizar sus actividades respetando las regulaciones que establezca el organismo de planificación, regulación y coordinación del Sistema, pues éstas entidades no son autónomas de acuerdo a la Constitución.

El otro organismo que controla la educación superior es el de la acreditación y aseguramiento de la calidad de la educación superior, en la que expresamente la Constitución excluye en la integración de este organismo a los representantes de las instituciones de educación superior, es decir a los Rectores, definición constitucional de las que se infiere que en el otro organismo no tienen porque ser excluidos los Rectores, que son los máximos dirigentes de la comunidad universitaria o politécnica, son designados por cada comunidad directa y democráticamente a través del ejercicio del cogobierno, de tal manera que el organismo de planificación, regulación y coordinación del sistema debe emanar de los propios miembros de los centros de educación superior, sin que en su conformación se excluyan miembros de la Función Ejecutiva, entre ellos el Ministerio de Educación, SENPLADES, SENACYT y organizaciones provenientes de la sociedad civil, como el caso de profesionales o académicos calificados que podrían designarse a través de concursos públicos de méritos y oposición, lo cual contribuirá a robustecer el Sistema.

Sin duda alguna la expedición de la ley que creó el Fondo Permanente de Desarrollo Universitario y Politécnico significó un extraordinario avance en el fortalecimiento de las Universidades y Escuelas Politécnicas, no se trató de una inyección meramente presupuestaria, fundamentalmente implicó dotarla de la debida independencia económica y cortó de raíz todo vestigio de sumisión y sometimiento a los gobiernos de turno, no se trató tampoco de darle un trato preferencial y privilegiado a las Universidades y Escuelas Politécnicas, en el fondo se reconoce el derecho de estas instituciones de contar con un financiamiento acorde a su elevada misión social, dotándola de recursos en niveles internacionalmente recomendados que están ubicados entre el 1 y el 1.5 % del PIB de un país, por eso se lo considera un logro histórico que debe ser defendido, no se trata de una generosa contribución del Estado ni mucho menos de gobierno alguno, es una participación directa en los recursos públicos que pertenecen a todos y todas los ecuatorianos y ecuatorianas, son recursos que pertenecen a la sociedad ecuatoriana, no hay que olvidar que el Estado a través de sus Funciones e instituciones se organiza para su gobierno y administración, pero es equivocado sostener que el Estado es una especie de gran tutor y juez de las actividades de los miembros de un país, el Estado es la forma moderna de organización de la sociedad, pero en ningún caso el que todo lo puede y decide sin tener limitaciones, el Estado tiene límites dados por el ordenamiento jurídico que lo rige, que es en definitiva del que emanan derechos y obligaciones de los habitantes e instituciones de un país, por eso se habla de un Estado de Derecho.

Pero existe algo más importante, el FOPEDEUPO es un logro histórico alcanzado por las universidades y escuelas politécnicas públicas y privadas cofinanciadas, para enfrentar la tesis de autogestión que se proponía con insistencia y de manera casi imperativa desde las altas esferas del gobierno de la época, presidido por el Arq. Sixto Durán Ballén y el Eco. Alberto Dahik, aquello explica mejor, el esfuerzo realizado por el CONUEP por conseguir se expida una ley que garantice la autonomía financiera de las Universidades y Politécnicas, privar a las Universidades y Politécnicas de sus rentas es un atentado a su autonomía financiera una inaceptable violación a sus derechos garantizados constitucionalmente.









martes, 17 de noviembre de 2009

La paz un objetivo de vida

Sin duda alguna el principal bien de una sociedad es vivir en paz, para que ello sea posible es necesario que exista una condición que resulta indispensable para lograrla, estar en paz con nosotros mismos, si no existe esa condición seremos proclives a la conflictividad, a provocar controversias, a dejarnos llevar por la actitud agresiva que desemboca en acciones de violencia verbal e incluso física, lo cual traerá como resultado el que exista desunión, falta de armonía, confrontaciones, todo lo cual incide en la profundización de desencuentros entre personas que son parte de una misma comunidad o grupo social.

Pero lo que nos preocupa no son las conductas individualmente adoptadas, aquellos es humanamente saludable y conveniente, pero el análisis que interesa es el comportamiento socialmente considerado, eso nos exige ser tolerantes, admitir que las sociedades son heterogéneas, que no debemos juzgar prejuiciadamente, que debemos controlar nuestros impulsos, no dejar que se desborden nuestras pasiones, no actuar de esa manera es alentar enfrentamientos entre personas o grupos de personas que conforman una comunidad y eso es socialmente negativo.

El gran líder de la independencia y demócrata mexicano Benito Juárez, sostenía con mucha razón que la paz es el respeto al derecho ajeno, y ese es exactamente el punto de partida para alcanzar la paz, sino respetamos atribuciones de los demás, sino sometemos nuestras facultades y deberes a lo que establece una normatividad jurídica, llegamos al punto en el que atropellamos, actuamos abusivamente y cuando eso sucede estamos construyendo una cultura de irrespeto, de hacer lo que nos parece, sin comprender que con esa actitud sólo sembraremos conflictos entre los miembros del colectivo social, es decir alentamos lo que termina por ser una especie de guerra civil, donde prescindimos de códigos de comportamientos y cada cual actúa de acuerdo a su personal criterio o lo que es peor por el interés que lo motiva.

Para volver pertinente este mensaje, es necesario que situemos nuestras palabras en el contexto del acto al que nos han convocado los organizadores de este evento, que trasciende lo local, desborda lo nacional y nos invita a reflexionar y debatir sobre aquellos conflictos o guerras vividas por la humanidad, donde la ambición por el poder no respeta el derecho de los Estados que integran el conjunto de naciones del mundo, como consecuencia de esa situación se vulnera el principio de la igualdad jurídica de los países, el derecho a la no intervención y la autodeterminación de los pueblos, se agrede la soberanía de los Estados y se incuba una actitud belicista, donde el país más fuerte, más armado, es el que impone sus planes expansionistas de dominio del mundo entero, del control de todos los recursos políticos y económicos, con lo cual crecen las desigualdades y con ello las inequidades, las injusticias, se forma una división entre países ricos y países pobres, entre quienes mandan y quienes obedecen, en definitiva se produce una ruptura de una relación equilibrada y respetuosa entre todas las naciones, relación que para que sea igualitaria debe prescindir del poderío económico de cualquier país para no generar el nacimiento de poderosos y débiles, de imperios y de grandes potencias, donde el fuerte impone su ambición de ser juez y árbitro del mundo, el que impone las condiciones en las relaciones bilaterales o multilaterales, surgiendo una actitud prepotente y dominadora de la que inevitablemente nacen las guerras, que en el mundo moderno dejaron de ser con armas convencionales y se las decide con el uso de armas nucleares con tan desbastadoras consecuencias para la humanidad que convertirían el mundo entero en un campo de batalla, en un cementerio masivo de personas inocentes e indefensas, desaparece todo vestigio de las libertades y garantías fundamentales que tanto costaron al ser humano conseguirlas, lo único que existirá será el condenable delito del genocidio, habrá desolación, nos convertiremos en escombros, eso es lo que hemos escuchado de las víctimas que todavía sobreviven de lo que fue el repugnante bombardeo de Hiroshima y Nagasaki, por eso como Universidad creemos firmemente que la paz es un camino que se construye diariamente, por ello saludamos con satisfacción la presencia de este crucero cargado de gente con afanes pacifistas que navega por los mares del mundo a bordo del Peace Boat (Barco de la Paz), multiplicando y comprometiendo adhesiones para una vida en paz.

Para tranquilidad de los ecuatorianos la actual Constitución vigente proscribe la posibilidad de establecer bases militares extranjeras en territorio nacional, cuyo establecimiento produce intranquilidad y provoca inevitables fricciones entre distintos grupos humanos y países.

Finalmente no olvidemos la tesis sostenida por la UNESCO, si es en la mente de los hombres donde se siembra la cultura de la guerra, es en la mente de los hombres donde debemos cultivar una cultura de paz.

Manabí y su gastronomía


El manabita de tradición siempre fue de buen vivir, elemento fundamental de ese buen vivir es disfrutar de una buena comida bien sazonada. Los filósofos griegos no estuvieron equivocados cuando sostuvieron que el primero de los placeres humanos es el saber comer, no como expresión de glotonería sino de buen gusto. Los hogares manabitas no sólo aprendieron sino que privilegiaron preparar una buena comida, su gastronomía es muy variada y de un sabor que satisface al buen paladar, los platos de la mesa de la familia manabita gozaron de una cuidadosa cocción, el horno de madera rellenado de ceniza con comales u ollas de barro incrustados usando carbón o leña para la combustión, fue una constante en el cuarto de cocina de las casas de campo que es desde donde se engendra el Manabí profundo.

Manabí es un emporio en cuanto a menú u ofertas de especialidades culinarias, si tuviéramos que establecer cuáles son los principales ingredientes que se utilizaron en su cocina, sin duda son el plátano y el maní, son los más utilizados y con ellos se preparan los más diversos, deliciosos y apetecibles bocados, como el caso del maní quebrado o la salprieta, esta última preparada con maní y una menor dosis de maíz molido, estos bocados no faltan en la mesa de los manabitas, ambos platillos se los acompaña con plátano, que se los saborea con un buen café pasado que surge de una rica esencia, otro plato muy típico es el “viche” es una sopa que tiene como principal insumo al maní que se lo adereza con cualquier marisco: langosta, guariche o cangrejo, camarón de río o de mar, pescado de diversas especies, a ellos se agregan otros ingredientes propios de la región, yuca, camote, bolas de plátano verde, choclo, maduro (a unos les gusta agregar arroz blanco), otro bocado muy típico son las empanadas de plátano que se las rellena con queso, carne molida o mariscos como el camarón y el guariche. El maní es tan utilizado que se lo usa incluso en ciertos cantones para agregarlo a un ceviche. También son muy propios de la región los llamados “bollos” preparados con plátano y maní a los que se le acompaña normalmente carne de chancho, igualmente la cazuela o torta de maní es un plato a base de plátano, maní y algún tipo de pescado, también son muy sabrosas las torrejas de plátano. No puede dejar de mencionarse las “bolas” preparadas con plátano quebrado saborizados con chicharrón, maní o queso, si a estas bolas se les “unta” (junta) en la parte externa manteca de chancho, les hace aumentar la exquisitez de las mismas.

A base de plátano y maní se preparan los “corviches” que son muy apetecibles para acompañar un buen café, el tamal manabita lleva maíz y maní, al igual que el “greñoso” que se lo prepara en la zona Sur de la provincia, del plátano también se elabora el caldo de bolas que se las rellena con queso manabita. Al campesino manabita no le falta en su “pandao” o “tonga” (el almuerzo que lleva a sus faenas de trabajo) una especie de seco de gallina preparado con arroz, algo de maní y una presa de estas aves criadas domésticamente, en el desayuno en cambio no le falta el plátano y una porción del café manabita, cuya principal característica es el ser filtrado o colado con objetos fabricados para este fin.

Otro producto muy propio de la región que se utiliza en la comida manabita es la yuca o el almidón que es un derivado de la yuca con la que se preparan los afamados panes de yuca o almidón, este tubérculo también se lo utiliza para preparar la deliciosa torta de yuca cuya saborización con raspadura es única, siendo la yuca también un insumo indispensable para un buen caldo de gallina criolla, lo cual le confiere tipicidad al caldo de gallina que se prepara en Manabí al que se le agrega arroz blanco y si es con cocolón mucho mejor, que es otro plato típico de la provincia.

Merece igualmente ser mencionado como un bocadillo muy apetecible “el pastelillo” que se lo rellena con carne de pollo preparada de forma similar al condumio navideño, que es el acompañante indispensable del pavo en Noche Buena que también se lo cría en el campo manabita.

Manabí lo hemos dicho es una región cuyas principales actividades han sido históricamente la agropecuaria y la pesca, esta última de gran gravitación en la economía del país de nuestros días. Esa realidad explica la gran variedad de platos que se preparan a base de mariscos, se pesca toda clase de pescados (dorado, picudo, cherna, albacora, pargo, murico, mero, robalo, pez espada, lenguado, corvina, caritas, sardinas, pinchaguas, etc.), mariscos como el camarón, concha, guariche o cangrejo, langosta, calamar, pulpo, caracoles de mar, etc., todos los cuales forman parte de la dieta de los manabitas. Existen ciertos mariscos muy propios de la región, como el caso del “chame”, que es un pescado de carne muy blanca originario del valle del río Carrizal específicamente del sitio “La Sabana” o “La Segua” (actualmente convertido en humedal y zona protegida), se cría en el fango (lodazal), se lo prepara de distintas formas, pero el más clásico es frito con apanadura de almidón. Igualmente es muy peculiar de Manabí, sobre todo en sitios aledaños a los ríos Carrizal y Chone el camarón de río, los más grandes llamados “cacaños” son verdaderas langostas por el tamaño y las manos inmensas que tienen, existen aunque en franca extinción pescados propios de sus ríos, como el guanchiche, la lisa, el barbudo, etc. que los consumen los campesinos que habitan cerca de los mismos. Deben destacarse también como mariscos especiales de Manabí, el cangrejo azul en la zona Norte (Pedernales y Cojimíes), el spondilus que se lo encuentra específicamente en la zona de Salango muy cerca de Puerto López, donde también se pueden encontrar los perseves, uno de los mariscos más apetecidos y cotizados en España.

Si Manabí ha sido y sigue siendo la provincia de mayor población ganadera, es obvio que los productos derivados de la leche sean de acentuada presencia en la gastronomía manabita, destacándose el queso manabita que fue junto al sombrero de paja toquilla, los dos productos pioneros en las exportaciones ecuatorianas, el queso tiene varios estados de preparación, más consistente utilizando mayor cantidad de sal gruesa para una mayor duración, más tierno con sal más granulada, la cuajada que se la prepara con sal refinada, esta última tiene una contextura bastante blanda, con la cuajada se prepara otra de las delicias más peculiares de Manabí, el suero blanco, una especie de sopa de leche que se la sirve con plátano verde o maduro, según la preferencia del comensal, con la cuajada se prepara un postre acaramelado que solo es posible concebirlo por el ingenio de aquellos manabitas de cepa, igualmente de la leche se extrae la mantequilla “blanca” que adquiere un singular sabor envasándola en canutos (pedazos de caña guadua verde). De los lácteos se elaboran deliciosos postres como la espumilla, que tiene un sabor único que se la prepara con leche y huevo de gallina criolla, con iguales ingredientes pero con distinto tiempo en el hervor de la leche, se prepara la caspiroleta, los flanes de varios sabores, entre ellos uno muy especial el flan de café, el manjar (dulce de leche) que es la base para varios bocados como los famosos limones rellenos de Rocafuerte, el pan de dulce relleno de manjar, la natilla que se la prepara poniéndole un poco de maicena, de la leche se elaboran los alfajores, helados de leche de vaca y una bebida también muy típica de la región que es el rompope, que se lo prepara con leche y huevo de gallina criolla, al que se le agrega un poco de aguardiente, pues debe recordarse que Manabí en épocas pasadas tuvo varias destilerías que producían el más puro aguardiente o el guarapo que es un aguardiente más crudo, más fermentado, al que todavía no se lo ha terminado de destilar.


Al hablar de postres o de comida dulce no pueden olvidarse los muy conocidos dulces de Rocafuerte que son preparados con muy buen sabor en varios cantones, debiendo mencionarse los turrones rellenos con maní molido y cubiertos de una cobertura azucarada, los troliches, las cocadas, las galletas de almidón, los suspiros con una pisca de limón o preparados con coco rallado, el bizcochuelo lustrado que se lo baña con clara de huevo batida y azucarada y son una verdadera delicia, en la misma Rocafuerte ciudad de hondas tradiciones todavía se encuentran “los prensados” o “raspados” preparados a base de hielo raspado y jarabe de diversos sabores, también son muy típicas las tostadas de chicharrón. Existen otros dulces típicos como el dulce de pechiche, el dulce de grosella (es agridulce de sabor único) el tamarindo cocido que se lo usa más para preparar un jugo de lo más refrescante y que sirve para limpiar el intestino. Tampoco puede dejar de recordarse la chucula de maduro, el arroz con leche, la colada de plátano y ese chocolate que se lo preparaba de un cacao sin mezcla alguna, ya casi no se lo produce y es difícil encontrarlo, no puede olvidarse ni dejar de mencionarse una bebida muy usada en las fiestas del campo manabita, la chicha de maíz preparada con un poco de esencia de vainilla, es la bebida infaltable en los festejos campesinos.

Si Manabí es dueño de una naturaleza exhuberante no puede dejar de mencionarse que aparte de las aves de corral que forman parte de su comida típica, como la gallina, el pato, la paloma de castilla, el pavo, la gallina guinea, que se las cría en las casas de campo, existen aves silvestres que han sido y siguen siendo la atracción de los cazadores, como el patillo, la maría, las palomas, la caza de venado que no deja de ser otra de las distracciones de los cazadores en Manabí, aparte de aquello hay zonas donde se cría el chivato (chivo), cuyo hábitat natural son zonas secas aledañas al mar en la zona Sur de Manabí y la Península de Santa Elena.

Su territorio que ha sido y sigue siendo entre árido y montañoso, ha sido especial para el cultivo de frutas, como la sandía, el melón, la badea (se la cultiva en tarimas caseras), el mango, la papaya, el ovo, la piña, naranjas, mandarinas, toronjas, limón, la guanábana, la guayaba, el zapote, la chirimoya, el mamey (hay una especie que se la llama mataserrano) la guaba, son entre otras frutas, muy cultivadas y muy disfrutadas por los manabitas, “la naranjada” preparada con naranjas y un poco de agua y hielo es una muy refrescante bebida, asimismo son muy típicos en Manabí los jugos de badea y guanábana que son de sabor exquisito. Igualmente se producen verduras típicas de las cuales el frejol tierno y la haba verde o seca, se los utiliza para preparar deliciosos complementos de una buena comida, como el caso del caldo de haba o una ensalada de frejol tierno o jecho.

Siendo Manabí una provincia de gran producción es lógico que la cría de porcinos sea parte de la vida de hombres de campo, incluyendo a los que se han venido a vivir en la ciudad que siguen criando chanchos, del cerdo se preparan las morcillas y las longanizas muy apetecidas entre las familias manabitas y se prepara como algo especial el hornado de cabeza de chancho, cuyo principal ingrediente es justamente el maní, también es tradicional que Manabí utilice la manteca de chancho para frituras y de las lonjas de manteca se extraen los chicharrones a los que nos referimos anteriormente, que servidos con bolas o plátano asado son simplemente algo para no olvidar y repetirse constantemente. La guanta es una especie de pequeño cerdo silvestre cuya carne es muy deliciosa y todavía es posible encontrarla en El Carmen.

No es exagerado afirmar que cuando un manabita se refiere a su comida, escucharlo expresar que se le hace “agua la boca”.
(El presente texto forma parte de la obra inédita titulada “Vistazos al Manabí profundo” que próximamente será publicado en coedición con los sellos Mar Abierto y Eskeletra)


Manabí y su folklore


Las arraigadas costumbres manabitas la han convertido en tierra de un rico y auténtico folklore. Le pertenece a su literatura popular el “amorfino”, que es un intercambio de coplas o versos que una pareja se dice para contrapuntear su relación, ese contrapunto puede estar orientado a expresar con algo de ironía y en tono burlesco un criterio contrario al del interlocutor, se lo utiliza principalmente para a través de bromas de buen gusto expresar sentimientos amorosos de la una a la otra persona y viceversa, el “amorfino” es la más honda y típica manifestación del folklore manabita que ha inspirado composiciones musicales alegres y de singular atracción, el baile de un manabita típico es lleno de gracia, movimientos rítmicos, colorido y buen gusto, bailes que las parejas danzan con trajes típicos luciendo sombreros y machetes por parte de los hombres, mientras las mujeres utilizan “pavas” (sombrero de mujer) que acompañan a faldas vistosas, este baile se lo ha utilizado tradicionalmente en aquellas reuniones que se conocen como “chigualos”, volviéndolo muy popular y de encendida sensibilidad para quienes lo escuchan y disfrutan.

Aparte de aquello el manabita es amigo de la música y del baile, sus preferencias son por la música alegre con una mezcla de romanticismo, aquello explica que en las reuniones se entremezclen una música movida y otra nostálgica provenientes principalmente de países como Colombia o México, lo cual sugiere algún tipo de influencia en el ancestro de los manabitas de esos dos países, de Colombia en cuanto hubieron fuertes migraciones de ese país a Manabí a fines del siglo XIX, y principios del siglo XX, además que la mayor cantidad de migrantes de España vinieron vía Colombia, de México por el alto nivel de sentimentalismo de la música mexicana (sobre todo la música de Pedro Infante), lo cual cala en el manabita que es una persona de mucha sensibilidad, (por eso también penetró mucho en su afición por la música, Julio Jaramillo) lo dicho explica que el manabita sea afín a la música romántica aunque de ninguna manera ha sido renuente a disfrutar de la música de otros países de culturas diferentes como la originaria de el Caribe, en resumen es amigo de oír y bailar una buena música; en ese ámbito Portoviejo fue siempre un lugar que convocó a disfrutar de festivales bailables de nutrida concurrencia y algarabía, siendo una ciudad donde han desfilado innumerables y cotizadas orquestas y artistas nacionales y extranjeros, sus locales de recreación siempre tuvieron gran concurrencia.

El manabita también ha sido un buen componedor de leyendas, de cuentos, de fábulas, siempre existió mucha creatividad en sus composiciones en prosa de vivencias populares, tampoco le son ajenos personajes fabricados por creencias que templaron sus nervios y que lo hicieron perder el miedo “al cuco”, los cuentos sobre episodios anecdóticos penetraron en creencias sobre todo en la gente de campo, el caso del “leñador” que se lo tragó la luna por no respetar el domingo bíblico fue tema de largas y frecuentes tertulias en las familias campesinas, “la lutona”, una mujer vestida de negro como expresión fúnebre de una mujer de ultratumba que viene a castigar o corregir comportamientos indebidos también forma parte de estas creencias, en la oscuridad de la noche cuando no había luz eléctrica y se alumbraban las casas con “mechones” (lámparas de kerosene), fueron frecuentes en el comentario entre familiares y amigos cercanos, “el ensombrerado” una especie de demonio a caballo, que también rondó en la mente y vida diaria de manabitas de ancestros montubios, al igual que otros “personajes” surgidos en la penumbra de noches y madrugadas como la “luz andariega” y el “duende”, entre los más nombrados.

No puede dejar de mencionarse al referirse al folklore y costumbres manabitas su marcada afición por los animales domésticos, entre ellos siempre destacó el caballo como el que más afecto generaba entre hombres y mujeres de campo, eso produjo buenos jinetes, lo cual explica el que hayan existido muy buenos “chalanes” (personaje que domina la monta de caballos) que amansaban potros o potrancas o corrían en carreras de caballos en hipódromos rústicos que convocaban y convocan (actualmente en menor porcentaje) a vecinos de lugares aledaños, también existieron quienes eran expertos en enseñarles “paso” a los caballos para que trotaran o galoparan con mayor suavidad. El caballo o la yegua fueron en consecuencia un gran aliado para el transporte o un paseo campestre de los manabitas, por ello también se crió mucho en Manabí el burro y los mulares (injerto de caballo o yegua con burra o burro), los cuales ayudaban y ayudan mucho al campesino en el traslado a sus sitios y faenas de trabajo. Lo antes expresado se demuestra con la afición que subsiste por el llamado “rodeo montubio” muy popular en la Costa ecuatoriana, en los que se exhibe la acrobacia y dominio de caballos chúcaros o briosos, montados por temerarios jinetes.



Los ríos manabitas fueron muy utilizados como medios de transportación en balsas de caña guadua o canoas de madera también llamadas “chingos” (canoas pequeñas), que servían para trasladar productos desde los sitios de producción a los mercados urbanos, posteriormente existieron y se utilizaron pequeñas lanchas a motor que en épocas pasadas también ayudaron al transporte de personas sobre todo en el río Carrizal, un rezago de ese medio de transporte son las lanchas de madera que se utilizan para trasladarse de Bahía a San Vicente o viceversa, aunque últimamente las clásicas lanchas de madera están siendo sustituidas por lanchas o botes de fibra de vidrio.

Hacia mediados del siglo XX fue familiar para el manabita “el mixto” camión de pasajeros y carga, luego surgieron “las chivas”, carros de ventanas abiertas y ventiladas utilizables sólo para pasajeros, que se “arrejuntaban” al máximo para que tenga más cabida, posteriormente surgieron los “pullmans”, buses con carrocerías metálicas cerradas para personas, son los buses de transporte de la actualidad, pero sin duda el medio de transporte de mayor añoranza es el ferrocarril, que el gobierno de Alfaro construyó en Manabí para conectar Chone con Canuto, Calceta, Tosagua, Puerto Larrea y Bahía de Caráquez y el ferrocarril Santa Ana-Portoviejo- Montecristi- Manta, es decir con mucha lógica Alfaro buscó comunicar los centros o lugares productivos con los dos puertos de cabotaje e incluso de tráfico internacional de esa época que eran Manta y Bahía.

Si algún factor prestigió nacional e internacionalmente a los afamados escritores manabitas Horacio Hidrovo Velásquez y Oswaldo Castro Intriago, fueron sus novelas reveladoras de la costumbre y vida del auténtico manabita de campo, las novelas “Un hombre y un río” de Hidrovo Velásquez, afortunadamente llevada al cine por la Universidad Laica “Eloy Alfaro” de Manabí, y la “Mula Ciega” de autoría de Oswaldo Castro Intriago, son obras que retratan con palabras y lenguaje florido la realidad profunda de Manabí con sus vivencias que la caracterizan, leerlos es engolosinar la mente y nutrirse de hechos y realidades magistralmente narradas de un pasado que emociona.

No puede omitirse el referirse al folklore manabita las arraigadas creencias religiosas de su gente, aquello explica que hayan fechas vinculadas a la religión católica que sean verdaderos acontecimientos como el leal recuerdo a los muertos que convoca a familiares y amigos a visitarlos religiosamente el 2 de Noviembre, ese es “un día grande” al decir del manabita de ancestro, igual sucede con la celebración de la resurrección de Cristo, el Sábado de Gloria se celebraba con tres disparos al aire al amanecer de ese día, las Fiestas de San Pedro y San Pablo del 29 de Junio se celebran con festejos que se extienden en muchos lugares hasta por un mes, el escuchar la “misa de gallo” a la media noche del 24 de Diciembre para celebrar el 1er. minuto del 25 de Diciembre el natalicio de Cristo, la fiesta de las Mercedes el 24 de Septiembre, las festividades de la Virgen de Monserrate en Montecristi el 21 de Noviembre que convoca desfiles interminables de personas para visitar a su Virgen, la fiesta de San Antonio el 13 de Junio, de San Francisco el 4 de Octubre, las Candelarias el 2 de Febrero, San Agustín, Santa Rosa y San Ramón el 28, 30 y 31 de Agosto, todo ello pone de relieve el marcado espíritu católico de los manabitas, aquello explica el que todo cantón tenga sus fiestas “patronales” que son incluso más celebradas que las de su cantonización o independencia administrativa, salvo obviamente las que conmemoran la independencia de España, sobre todo la del 18 de Octubre en Portoviejo y últimamente ha ganado resonancia la fecha de nacimiento de Manabí como región, que se celebra el 25 de Junio.

En definitiva Manabí tiene costumbres y comportamientos que enriquecen su ancestro. Por todo lo expresado es que Elías Cedeño Jervis no se equivoca cuando sostiene que Manabí es tierra de quimeras, de ilusiones y como ninguna hospitalaria.
(El presente texto forma parte de la obra inédita titulada “Vistazos al Manabí profundo” que próximamente será publicado en coedición con los sellos Mar Abierto y Eskeletra)