"Más educa el ejemplo que la palabra" es un axioma que en materia educativa no tiene objeción alguna, nada es más importante en la vida de las personas que su conducta, su comportamiento, sus acciones, el cómo procedemos o actuamos, eso es lo que nos dibuja de cuerpo entero frente a la sociedad, por ello la educación debe tener como principal preocupación y propósito el formar buenos (as) ciudadanos (as) para el futuro, ese proceso formativo tiene que comenzar por una orientación donde la moral sea la premisa sobre la que se construye una personalidad, lo que es hecho incorrecta y deshonestamente carece de valor, podrá dar réditos o beneficios circunstanciales a quienes lo promueven o practican, en la medida que se oculta lo incorrecto, pero no se debe olvidar que "más rápido cae el mentiroso que el ladrón", desafortunadamente el poder de la corrupción es tan elevado que es capaz de comprarlo todo, sobre todo a juzgadores, funcionarios o jueces deshonestos, de ahí se deriva la impunidad, esto es la falta de sanción para quienes delinquen o infringen la ley, eso contribuye eficazmente a que el pícaro de alguna manera sienta que la sociedad tolera su actitud reprochable, con el agravante que los picaros de "mayor nivel", los llamados "ladrones de cuello blanco" saben algo mas, "poderoso caballero es don dinero" y todavía conocen otro detalle "por la plata baila el perro y por el oro, perro y perra". Si a la actitud del sinvergüenza le añadimos que desgraciadamente el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe absolutamente, al deshonesto sabe que tener influencias o conexiones políticas es una garantía para cometer sus fechorías con holgadas garantías.
De lo antes afirmado queda claro que es fundamental una formación basada en principios morales en todo lo que significan procesos educativos, esos principios responden más al fuero interno de las personas, no pueden ser apreciados por los sentidos pero sí por la conciencia, son reglas o normas que influyen en la actitud de las personas frente a la sociedad o consigo mismo, el estudio de los valores morales corresponde a la Ética como ciencia, la existencia de acciones Y actividades susceptibles de valoración moral se fundamentan en el hombre como sujeto de actos voluntarios, por lo tanto la moral se relaciona con la libertad y abarca la acción del hombre en todas sus manifestaciones.
Entre los conceptos más importantes sobre este tema de la moral se encuentra el de Kant que distancia y separa la moral con la legalidad, es decir la no conformidad de los principios morales con las leyes y costumbres establecidas, el concepto de Hegel, establece una distinción entre moral subjetiva y objetiva, lo cual nos lleva a sostener que mientras Kant valora la moral como la intención de realizar un acto bueno por encima de la legalidad, Hegel da prioridad a la moral objetiva considerando que las costumbres y leyes de un pueblo son una manifestación del espíritu objetivo, que no tienen forzosamente que mantener una conformidad con la moral, es decir sostiene que los preceptos legales están por encima de lo moral. De estos dos criterios que tienen mucha fundamentación desde el punto de vista de la lógica, es necesario advertir que lo legal que debería tener un inseparable componente moral no siempre lo tiene, las Leyes producto del artificio humano y no siempre quienes legislan lo hacen con inseparables actitudes éticas, aquello hace que la tesis de Kant que antepone lo moral a lo legal tenga el suficiente asidero en la medida que de esta reflexión surge la disyuntiva, que existen situaciones que son legales pero no legítimas, esto es no tienen el soporte de una acción correcta y compatible entre las aspiraciones del ser humano y lo que el legislador decide al margen de un soporte ético, lógico y socialmente deseable.
Es necesario destacar que en el ámbito teológico la moral es una sola por ser universal y por ser única la forma de vida dispuesta por Dios, la ética no dice si Dios se aleja del hombre o no, en cambio la moral teológica es la doctrina que enseña al hombre a comportase sin observaciones conforme a la voluntad divina, que tiene en cuenta al mismo tiempo el cambio de las situaciones de la historia profana en todas las dimensiones del hombre sin convertirse por ello en ética de una situación determinada.
EDUCACIÓN Y RELlGIÓN
Cuando hacemos un análisis de los principios morales no se puede prescindir de referirse a la religión en cuanto tiene como punto de partida la creencia de lo divino que genera el reconocimiento de un poder sobrenatural y un sentimiento de dependencia a esa divinidad. Hay religiones monoteístas y hay religiones politeístas e incluso existe el henoteísmo (culto a un dios nacional). Han existido y existen religiones como el budismo, el brahmanismo, el confucianismo, el taoísmo, que son más bien sistemas filosóficos¬-morales que tienen como base de sus preceptos una religión primitiva basada en los buenos hábitos y modales.
La religión implica una obligación de conciencia, el cumplimiento de un deber, hay en el fondo un prevalencia de lo espiritual, del fuero interior, por encima de expresiones materiales externas, lo religioso tiene como sustento, el culto a lo sagrado, es un homenaje reverente que a través de actos y ceremonias el ser humano ha rendido y rinde a la divinidad en la que él cree, a los santos, a los ángeles, a los que los católicos y otros creyentes expresan su admiración, lo cual incluye manifestaciones de sacrificios, procesiones, cantos, ofrendas. Se debe aclarar que la palabra culto también se usa para referirse a quien tiene un elevado conocimiento de cultura o una buena instrucción, también se lo utiliza en los actos funerarios.
De este culto que se rinde a las divinidades surge el dogma, como una verdad inamovible o como axioma indiscutible, que en el ámbito religioso surge de lo que sostiene o afirma la iglesia como verdad absoluta y es intransigente con quienes tienen una doctrina o creencias distintas, es una preposición de que sus aseveraciones sean tenidas como algo en la que no cabe discusión alguna, en las que hay que tener fe, como inseparable compañera de su creencia, por supuesto en casos como el cristianismo (mayoritario en nuestro país) tiene en respaldo de sus preceptos toda una doctrina.
Es verdad que las creencias y/o dogmas religiosas motivan en muchos adherentes actitudes de fanatismo e intransigencia con los postulados de la religión en la que creen, pero al margen de aquellos excesos nacidos de una fe de la que se deriva una confianza a toda prueba de lo que sostiene la Iglesia a la que pertenece, lo importante en el tema que analizamos es que lo religioso contiene en sus principios filosóficos un código de principios morales que privilegia los valores fundamentalmente que debe observar el ser humano en su conducta frente a la vida, que conduce a lo que debe ser la actitud de ese ser humano, que busca fortalecerlo interna y espiritualmente para que escoja una ruta ajena a desviaciones incorrectas, por ello no es exagerado ni atrevido afirmar que la Biblia como el texto que recoge todas las vicisitudes que puede enfrentar o sufrir una persona en la vida, contenga la respuesta a cualquier situación que provoque incertidumbre, desasosiego, tristeza, haciéndole notar a los seres humanos que todo en su vida depende de sí mismo, de su vigor interior, de sus propios decisiones, en las que no deben existir vacilaciones cuando se acude a los principios bíblicos, por todo ello la Biblia termina siendo el libro de la sabiduría, lo cual no tiene nada que ver con quienes como en todas las actividades vitales, toman como escudo o manto de protección a la religión para esconder sus fechorías o sus hipocresías para explotar la buena fe o credibilidad ajena.
Para terminar es válido hacer mención a cuáles son los principales valores que debe practicar un ser humano y sin duda debe comenzarse por la honestidad, no sólo en cuanto significa no apropiarse de lo ajeno, sino el de obrar de una manera consecuente con lo que se predica, es decir proceder con sinceridad, con transparencia, sin cálculos ni segundas intenciones, de tal manera que la honestidad es un concepto muy amplio que comienza y termina por tener una armonía entre lo que se dice y se hace y jamás cometer fraude con nadie. Otro valor o virtud humana es el desinterés, no se puede actuar buscando lo que conviene en el plano personal, que provecho o ventaja se obtiene con lo que uno hace o deja de hacer, hay quienes recurren al halago o al adulo para obtener beneficios de otra persona, son como la hiena que muestran los dientes a su víctima cuando la va agredir o atacar, un valor que no puede dejar de ejercerse en lo que decimos o hacemos es la responsabilidad, la acción realizada sin responsabilidad, no es ética, el irresponsable al no medir los efectos o consecuencias de sus actos expone a sus semejantes a situaciones molestosas, por eso se habla de la ética en la responsabilidad, ser en consecuencia irresponsable no es ético. Otra de las virtudes es la generosidad, aquella actitud en la que nos preocupa y agrada como hacer algo o mucho por los demás, el generoso da todo lo que puede sin pedir nada a cambio, es quien sirve o ayuda a cuanta persona le sea posible, pero nos referimos al generoso con lo suyo, con lo que tiene, con su voluntad de dar intelectual o materialmente, no al dadivoso con recursos públicos o con recursos de terceros, el generoso da todo lo que puede sin hacer ostentación alguna, por ello el gran escritor Ernesto Sábato en uno de sus certeros juicios nos advierta que en la bondad se concentran todas las virtudes humanas, el generoso es lo contrario del mezquino, del egoísta. Otro de los valores que no puede excluirse en el comportamiento humano, es el respeto a los demás, a su dignidad, a sus derechos, a su opinión, obviamente debe entenderse que es a una opinión de buena fe y no aquella que busca causar daño, aquella maldad propia de personas pervertidas o perversas que inversamente solo causan perjuicio con lo que dicen y hacen, lo generoso en definitiva se refiere a las buenas acciones que son propias de personas de bien; otro de los valores a destacar en la conducta humana es la ecuanimidad, la acción equitativa, la que no conoce de prejuicios, la que le da la razón a quien la tiene, el ecuánime no conoce de actitudes torcidas, valora en su justa dimensión y medida lo bueno o mal del otro, no trafica con sus intereses y conveniencias, reconoce y valora los méritos de otros y censura lo injusto de un proceder que no tienen justificación.
EDUCACIÓN Y CONSUMISMO
El consumismo es una expresión que toma fuerza en la pleamar de una teoría de un liberalismo económico extremo, la tesis de que el mercado es el gran regulador de la economía tiene mucho de apego a la realidad, pero esta tesis económica fue deformada por la ambición ilimitada de quienes solo piensan en la acumulación de grandes riquezas, para lo cual reclaman la mayor liberalidad de parte del Estado, olvidando los más elementales sentimientos de solidaridad humana, lo importante en la vorágine del consumismo es vender y vender todo lo que se pueda sin observar ningún control de calidad, para ello se recurre a la publicidad, al marketing, a ofertar un producto no por su contenido nutricional sino por su envoltura, por su empaquetamiento, a manera de ejemplo no se vende agua, sino una botella plástica de mala calidad que es lo que cuesta, el agua puede ser incluso impura, ni siquiera tratada, igual situación se observa con los bienes que se ofertan, la presentación atrae al consumidor, que se ve seducido por lo que le ofrecen y le queda poco tiempo para pensar qué es lo que está comprando y la afectación que aquello puede tener para su economía personal y familiar, aquel fenómeno del consumismo explica el nacimiento de grandes fortunas concentradas en megaempresas que cada vez representan un porcentaje más minoritario, que no excede del 2 o 3 % de la población, frente a una pobreza que crece porcentualmente, pues lo que antes se llamó clase media se ha ido empobreciendo y las políticas estatales apuntan a favorecer al pobre- pobre que antes se lo consideraba realmente como una persona de economía paupérrima, de tal manera que ese importantísimo segmento social de la llamada clase media alta, media o media baja, sin llegar a la llamada pobreza extrema, cada vez tiene menos ingresos que le son insuficientes, para llevar una vida sin tantas limitaciones o apuros.
El afán de hacer dinero a como dé lugar, para tener un determinado status social, ha impulsado la corrupción, ha recapitulado los valores tradicionales de las buenas Costumbres que han sido excluidos del comportamiento humano, lo que importa es hacer dinero sin importar como se llega a obtener, en ese ambiente la crisis se vuelve inmanejable, cada cual mira individualmente como adquiere todo lo que puede y para ello se aboca a buscar dinero a como dé lugar, sin duda el gran reto de la humanidad es como enfrentar este desenfreno, que se traduce en buscar tener una moneda sana aunque las grandes mayorías estén enfermas de ansiedades, de incertidumbre, de angustias, de necesidades, de carencia de recursos para una subsistencia digna, esa preocupación por sobrevivir lo lleva a cometer actos incorrectos aunque para ello deba afectar o atropellar a terceros, cual es el mecanismo para contrarrestar esa creciente desigualdad que provoca conflictos sociales, hay que privilegiar la producción, hay que proteger al consumidor y hay que desalentar el desorbitado crecimiento mercantilizado, no todo en la vida puede ser dinero, lo primero es estar tranquilos con la conciencia, sentir que no se ha defraudado a sí mismo, saberse que se ha actuado en la vida con dignidad, vivir con dignidad es gratificante, vivir sin dignidad es una carga demasiado pesada para ser llevada, por eso sostenemos que el consumismo desbordado ha influido penosamente en la progresiva pérdida de practicar los valores morales.
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