martes, 5 de abril de 2011

Universidad = élite




La palabra elite es un galicismo (francés o galo) con el que se refiere a un grupo selecto de personas, que sabe y conoce bien la actividad, profesión u oficio que realiza, es decir son los que tienen un mejor dominio de lo que hacen, saben lo que quieren, cómo lograrlo y lo que hacen lo hacen bien, esta es la verdadera definición de lo que significa una elite que puede ser parte de la gestión política, económica, financiera, educativa, técnica, etc., es decir, se puede hablar de elites en las diferentes actividades del quehacer humano.

Surge la pregunta debe o no debe una Universidad formar los mejores técnicos o profesionales que le sea posible, debe una Universidad formar elites o contentarse con otorgar títulos a ciudadanos comunes y corrientes, con conocimientos superficiales, la respuesta no admite vacilaciones ni dudas, esa es su obligación y responsabilidad, no se trata de formar profesionales o técnicos en abundancia, se trata de formarlos de la mejor calidad que sea posible, con un adecuado bagaje de conocimientos, que estén debidamente orientados y preparados para la vida, no se puede sacrificar calidad por cantidad, primero en educación universitaria es lo cualitativo y después lo cuantitativo, los méritos, las virtudes, la dedicación, la vocación, las aptitudes, las habilidades, las destrezas, forman parte del deber ser en la formación profesional en una Universidad, lo contrario es apostar por la mediocridad y eso está lejos de ser la función de una entidad de educación superior, no se puede olvidar que en la histórica Declaración de los Derechos Humanos se estipula que a la educación universitaria se accede por méritos, lo cual es igualitario, lo alternativo es tratar por igual al que se esfuerza, al que estudia, al que procura superarse, al inteligente, al que se esmera, con aquel que sólo le interesa ocupar su tiempo concurriendo a la Universidad u obtener un título que no tiene la suficiente base en su formación profesional, aquello le impedirá ejercer su profesión con la solvencia y eficacia que la sociedad demanda.

Lo antes expuesto nos conduce a sostener que una Universidad debe fomentar o estimular la superación de sus estudiantes, tratar de que sean profesionales y/o ciudadanos del más alto nivel, una Universidad está para preparar futuros dirigentes o líderes en las distintas actividades humanas, para que eso sea factible debe formarlos en los mejores ambientes o condiciones posibles, para ello debe contar con todos los insumos para hacerlo, buenos docentes, talleres o laboratorios para prácticas, no tiene ningún sentido que una Universidad a pretexto de ser democrática o popular forme a sus futuros egresados sin que aprendan a diferenciar lo que vale de lo que no vale, es prepararlos para alcanzar un buen nivel de vida, eso se lo logra familiarizándolos con los más exigentes y mejores ambientes y lugares, lo contrario es acostumbrarlos o habituarlos a frecuentar sitios que van incidiendo en el proceso formativo de su personalidad y se van acostumbrando a ser personas que se contentan con ser de niveles inferiores, aquello a su vez crea resentimientos que en nada ayudan a construir un mejor país, no hay que olvidar que el ser humano es un ser cuyas costumbres van incidiendo en su mentalidad y se constituyen en parte de su personalidad y estilo de vida, o nos preocupamos para ser parte de lo más selecto de nuestra actividad o pasamos a formar parte de una masa donde no cuentan los méritos, pasamos a ser parte de un grupo humano que abandona su derecho a pensar, a razonar, a ser autocrítico y crítico, lo que no nos permite aportar a la solución de los complejos y heterogéneos problemas de una sociedad, nos constituimos en una especie de personas arrebañadas que siguen a quien más grita o es más audaz y/o insolente, es un espacio donde la razón no tiene cabida y eso es lo opuesto a lo que debe aspirar un ser humano que se respete así mismo, sobre todo si ostenta la condición de profesional.

LAS ÉLITES EN UNA DEMOCRACIA
Etimológicamente democracia es el gobierno del pueblo, (demos=pueblo, cracia=gobierno) un gobierno elegido o escogido por el pueblo, tomando esta palabra en su más amplio significado, en el sentido que todos los que formamos una sociedad somos parte del pueblo o población, todos(as) somos parte de un país, no hay razón para tratar peyorativamente a parte del conglomerado social y ponerle la etiqueta de pueblo. En teoría los griegos concibieron a la democracia como el mejor sistema de gobierno de una colectividad, entendiendo la democracia como aquel sistema altamente participativo, que se gobierna en beneficio de todos y todas, es un sistema en el cual los ciudadanos deben ser considerados y respetados en el goce pleno de todas las garantías y posibilidades de ejercer sus derechos, para que eso sea posible se debe tener no sólo la formación y conocimientos para demandar la aplicación, el uso y usufructo de sus derechos humanos, alcanzadas a través de dilatadas e históricas luchas de siglos libradas por la humanidad, aquella demanda debe hacérsela sin temores, sin sentirse inferior frente a quien dirige su petición, la misma debe efectuarse al amparo de tener plena conciencia de la igualdad de derechos y oportunidades, sin lastimar derechos ajenos sin perjudicar a nadie, en este ámbito no existen distinciones por razones étnicas, religiosas, económicas, políticas, sexuales, etc. en este escenario no hay duda que quien prevalece es quien más sabe o conoce, quien más conocimientos tiene de la problemática social en todas sus aristas y complejidades, ahí reside el privilegio de los mejores y eso es justamente lo más democrático posible, los méritos, la capacidad, los que más dominio poseen de su profesión u oficio siempre deben prevalecer sobre los mediocres, deben estar por encima de todo lo que signifiquen sofismas, mentiras, suposiciones, retórica vacía de sustento, no se puede olvidar lo que sostuvo filosóficamente Ortega y Gasset, “la democracia no es otra cosa que un sistema donde las mayorías quedan sujetas a las decisiones de la minoría que gobierna”, para que aquella afirmación filosófica sea pertinente, debe entenderse que en una auténtica y real democracia, quienes ejercen el poder son los que más conocen de las necesidades y anhelos sociales, los que perciben con mayor claridad y sensibilidad el interés común, deben ser aquellos que sean conscientes que por elevada que sea su función, están subordinados a la normativa jurídica que regula las relaciones entre las personas y entre estas y la sociedad, que se debe respetar a las instituciones creadas por ley, la ley es la que protege de cualquier tipo de abusos o excesos de autoridad, la ley es la llamada a resolver las controversias que se producen entre personas y/o entidades que conforman un Estado, la Ley estará siempre sobre los caprichos y autoritarismo del gobernante, en la democracia el soberano es el colectivo social, ese es el mandante, el gobernante es el mandatario y por eso en un régimen presidencial como el que existe en el Ecuador, el Presidente de la República (forma como se gobierna en una democracia) se convierte en el primer mandatario.

DEMAGOGIA vs. ÉLITES
Si admitimos que elite es una expresión que se refiere a los mejores, y más capaces, a los que más merecimientos han acumulado y han demostrado tenerlos, hay que aceptar concomitantemente que los enemigos de los más capaces son los demagogos, los que practican la tesis de lograr lo que se proponen sin importarles los medios utilizados para alcanzar lo que desean, la máxima “el fin justifica los medios” se la practica torcidamente sin considerar ningún parámetro, por ello utilizan inescrupulosamente cualquier mecanismo para obtener provecho que los favorezca individualmente, en ese ambiente la deslealtad, la farsa y la impunidad resultan expresiones de “habilidad”, ser indignos no los afecta, inversamente se sienten glorificados, sus afanes de aprovechamiento o enriquecimiento no justificado los hace que obren ilícita e inmoralmente, esa conducta ni siquiera los incomoda o afecta, se sienten “exitosos” y disfrutan de sus mal habidos logros aunque con sus actos causen daño o perjuicio a cualquiera que se oponga a sus tropelías, lucran de la buena fe y credibilidad ajena, su frase y actitud preferida es aprovecharse de los demás, son los que se autotitulan que son “vivos”, pero que no pasan de ser sinvergüenzas, desvergonzados, es lo que en Ecuador se conoce como “viveza criolla”, son personas peligrosas por el mal que causan a la sociedad, no conocen de valores, no entienden de ideologías, o más claramente expresado su ideología es el arribismo aunque para ello deban atropellar amigos y familiares, es buscar tener dinero o poder aunque sea en niveles medios sin observar ningún pudor, pretenden hacer de la vida política un circo que para desencanto social no deja el sabor de la alegría, hacen del circo una comedia agresiva, agria, ácida, de mal gusto, por eso queda después de la función la sensación amarga del desengaño, del resentimiento, ellos forman parte del grupo de los demagogos, que disfrutan utilizando la buena fe, ingenuidad o ignorancia ajena, creen que engañar es ser hábiles y hasta se creen inteligentes, hay que admitir que existen por excepción demagogos ilustrados, pero generalmente los demagogos exhiben una rústica formación.

En este contexto queda claro que la demagogia es la expresión degenerada de una democracia, que en uso y abuso de la libertad buscan confundir lo que está bien con lo que está mal, saben que en río revuelto hay ganancia de “vividores”, en la demagogia tienen cabida la mentira, la promesa incumplida, en el imperio de la demagogia se dice y hace lo que conviene en beneficio personal y no lo que debe hacerse en beneficio de todos, lamentablemente en democracias donde la sociedad ignora los tejidos y manejos del poder, las mayorías marginales gustan oír y escuchar no lo que debe ser escuchado sino lo que conviene oír en un determinado momento y circunstancia, lo que aparentemente los favorece eso es lo atractivo, posteriormente la vida futura les pasa una costosa factura de sus equivocaciones pero ya es demasiado tarde, el demagogo en fin de cuentas explota el sentimiento o resentimiento social, en ese contexto lo racional, lo lógico, lo verdadero, no tienen posibilidad de ser escuchados, en síntesis un buen ejercicio democrático y por ende el gobierno de los mejores está muy distante en sociedades sin una buena educación, algo más triste, cuando prevalecen la mentira y la deshonestidad, las personas honradas y dignas evitan ser parte del espectáculo circense de los “dimes y diretes”, de los insultos y ofensas, con el que entretienen los falsos y mediocres “dirigentes” a la sociedad, dilatando u ocultando la solución de los problemas que la afectan o agobian, son sembradores de ilusiones como esos predicadores con el que estafadores de baja calaña convocan a los ingenuos que se quedan boquiabiertos escuchando la palabrería gaseosa, hueca y sin ningún sentido para “entretener” a los incautos, en ese escenario la verdad lamentablemente termina siendo apabullada, sólo queda espacio para la ira, el lamento y la pálida luz de una esperanza distante, por eso el gran líder argentino Faustino Domingo Sarmiento tenía toda la razón cuando sostuvo “si el pueblo es el soberano, hay que educar al soberano”, no hay que olvidar que al corrupto sólo es posible enfrentarlo cuando se llega a saber y ellos también lo llegan a saber, que la sociedad no ignora las fechorías que cometen y la falsedad de lo que dicen, por ello las personas docentes tienen el deber de evidenciarlos en lo que realmente son y no en lo que aparentan ser, la sanción cívica del desprecio es una de las medidas que históricamente utilizó la sociedad para defenderse de los pícaros y falsos dirigentes, la justicia desgraciadamente siempre fue lenta, parcial y relativa.

Concluyo en esta parte haciendo una reflexión, hay hechos sociales que aparentan ser populares y son antipopulares, defender privilegios de unos en perjuicio de otros parece ser popular, a manera de ejemplo si abogamos por una buena remuneración para quienes laboran en una determinada actividad, en la que la principal y prioritaria preocupación debe ser cuidar y atender el interés social, (sectores petroleros, eléctricos, seguro social, entidades autónomas), resulta injusto y antipopular beneficiar sólo a las personas que laboran en esa actividad, lo correcto es abogar en beneficio de todo el sector público, oponerse a que se beneficien a esos sectores aparenta en la forma ser impopular, lo “popular” es apoyarlo, pero en el fondo es antipopular, lo auténticamente popular es que lo que hacemos lo hagamos con el ánimo y finalidad de que se favorezca a todos igualitariamente, la justicia debe ser para todos, la justicia debe aplicarse por igual a ricos o pobres, si sólo es rigurosa con los que no tienen influencia es simple y llanamente injusticia, si se tuerce la aplicación de la Ley se convierte en injusticia y mucho más si se afecta a un inocente, por eso quien juzga debe revestirse de la mayor imparcialidad, ecuanimidad y serenidad, actuar sin prejuicios, sin afectos o desafectos, ser injusto además de ser una vileza, es un acto de perversidad y crueldad humana, una persona de bien debe ser justa, reconocer las virtudes y meritos de quien los tiene en la misma medida que no debe ser complaciente con quienes con falsedades y bravuconadas nos perjudican a los demás.

LA EDUCACIÓN vs. LIMOSNA
La educación forma y prepara para la vida, dota al ser humano de los conocimientos, de los saberes, de la técnica, de las destrezas, para realizar bien su trabajo, para ejercer eficientemente en la vida una profesión u oficio, los provee de una personalidad que les posibilita valerse por sí mismos en el emprendimiento de cualquier actividad, los fortalece para sentir confianza y seguridad en lo que hacen, los impulsa a vencer obstáculos, escollos, dificultades, si la educación dota a los seres humanos para que con sus propios medios e ideas encuentren una hoja de ruta en la vida y transiten por el camino que estimen más conveniente y correcto, aquello los hace libres, si eso es así, es lógico que el ser humano no se educa para vivir a expensas de la ayuda o auxilio de otras personas, pretender que vivir de la buena voluntad ajena es lo adecuado, es colocar a las personas en la triste situación de depender de terceros, de sentirse incluso inferiores a la persona(s) de quien recibe ayuda generando en el fondo un renunciamiento a ser independientes y aquello sin duda disminuye a una persona en su autoestima y termina por desmejorar su calidad de vida.

Es cierto que hay sectores sociales que merecen tratamiento especial de la sociedad, niños (as), adolescentes, discapacitados o minusválidos, adultos mayores, sectores sociales marginales como las comunidades campesinas (indígenas, afroecuatorianos) que han sufrido históricamente tratos discriminatorios, tanto por cuestiones de carácter étnico como por la lejanía que tienen del poder al vivir en lugares periféricos, lo cual los ha colocado en una ancestral marginación, pero esos sectores antes citados que están en inferioridad de condiciones frente a otros sectores sociales, deben ser atendidos con programas estatales concebidos específicamente con la finalidad de incorporarlos íntegramente a una vida en sociedad sin discriminaciones, no justifica el considerar que la alternativa es la compasión, la limosna pública o privada para hacerlos sentir que hay preocupación por ellos, aquello no es la solución al problema, puede llegar a ser un paliativo y no es censurable, pero no puede ser elevada a la categoría de una política de Estado, para pretender ser la solución de un problema de hondo contenido humano.

La creación en el Ecuador del bono de desarrollo humano al que acceden más de 1´000.000 (un millón) de personas, ayuda a los beneficiarios que sin duda experimentan la satisfacción de recibirlo, pero si esa medida la analizamos comparativamente con medidas adoptadas en países desarrollados, vía seguridad social, programas de vivienda, socialización de la atención a la salud, suministro de medicamentos, hay que convenir que el seguro social ha fallado en el Ecuador, que justamente se nutre de aportes solidarios de afiliados (as) para cubrir contingencias, riesgos, imprevisiones, accidentes, vejez, cesantía, enfermedades de todos (as), por ello la alternativa es una política integrada de carácter social por parte del Estado eso es lo aconsejable, para que vía programas de salud, educación, vivienda, asistencia social, control de la inflación, favorecer el pleno empleo, promover al ahorro y la inversión, protección del medio ambiente, contribuyan a lo que sí es deber de la sociedad, darles atención especial a grupos sociales que por diversas circunstancias se colocan en la imposibilidad o inferioridad de facultades para ser autosuficientes.

Esa falta de adecuadas políticas de Estado han profundizado la marginalidad de los sectores antes mencionados, lo cual ha dado origen a labores de voluntariado o actos de filantropías de sectores privados o de personas o grupos particulares que atienden a estos sectores vulnerables, eso es ponderable, pero termina por crear una cultura de acostumbrarse a vivir de la limosna, de la dádiva, de la buena voluntad de terceros, de abandonarse al ocio en espera del auxilio o ayuda de personas pudientes y bondadosas, aunque hay grupos que para realizar su “obra social” lo que hacen es pedir ayuda a otros, buscando “hacer el bien” con aportaciones ajenas, lo realmente preocupante de este comentario es que se crea una especie de costumbre peligrosa de considerar que si el gobierno o los actores políticos son dadivosos es bueno y hay que ser gratos y recíprocos electoralmente con los mismos, si no son dadivosos hay que censurarlos, por ello el vivir de la buena o mala voluntad de terceras personas no es lo que aspira una sociedad individual o colectivamente considerada, esta costumbre social es la que da origen al clientelismo electoral y convierte en falsos dirigentes a quienes son “generosos” con dinero o bienes de terceros, con recursos públicos que le pertenecen a todos (as), el lema “hacer el bien sin mirar a quien” y agregaría sin ostentación y desinterés, debe ser la conducta a observarse desde un punto de vista auténticamente humano.

Reafirmamos que lejos de que se priorice una política donde prevalezca la compasión, hay que instrumentar políticas que contribuyen al bienestar general, hay que formar no seres que se contenten con recibir ayuda de terceros, sino personas preparadas para la vida, principalmente altamente especializadas, profesionales de alto rendimiento, líderes que conozcan la problemática social y sus soluciones, no hay alternativas o alentamos el alto rendimiento o alentamos la actitud dadivosa que entrega remanentes de ingresos a favor de personas necesitadas, vuelve a ser necesario recordar a Confucio “no me regales un pez con ello comeré un día, enséñame a pescar y comeré toda la vida”, ahí queda sintetizada la bondad de la educación como la única vía para un verdadero desarrollo humano sustentable, prepararse para ser autosuficiente, depender de su propia capacidad laboral, aprender a vivir comprendiendo la realidad de la vida en todas sus facetas y enigmas es el desafío a emprender.

POPULISMO, ÉLITES, OLIGARQUÍA
Nos referíamos anteriormente a un hecho real, hay situaciones en que lo que se pide o decide es antipopular, aunque parezca popular, no es justo favorecer a un grupo y perjudicar a todos(as), desagraciadamente la estructura de organización de una sociedad basada en la información de grupos con poder político, obliga al resto a ser dependientes de la toma de decisiones, que pudieran causar más daño que el que se trata de remediar, a manera de ejemplo el Estado importa combustibles, quienes se benefician más de aquello, son quienes más consumen y quien más consume es el que más tiene, en esa línea de pensamiento el país subsidia al que posee mayores bienes o riquezas y eso es socialmente injusto, lo pertinente es buscar mecanismos que beneficien a todos (as) equitativamente.

En ese clima social en el que no existe la suficiente transparencia, el populismo encuentra un espacio propicio para aparecer reivindicando el derecho del “pueblo”, reivindicando que las cosas no se encarezcan, debiendo advertirse que el populismo usa esas prácticas para procurar sacar ventajas del apoyo popular y/o electoral a favor de los intereses del grupo político al que se pertenecen, el populismo utiliza la emotividad popular que gusta oír falsas promesas antes que verdades, en ese estado de desconocimiento reiteramos que quienes más provecho obtienen y más ventajas sacan son los que carecen de dignidad, los que sin inmutarse les meten las manos a los recursos públicos, que saben perfectamente que en el imperio de la mentira y la impunidad existe un terreno abonado en el que disfrutan los nuevos ricos salidos de la nada, que les incomoda justificar como se enriquecieron, se atreven incluso a hablar de honestidad, saben que un pueblo confundido al no tener una buena formación e información, ya no distingue entre quien miente y quien dice la verdad, por ello no resulta extraño que a gente honesta se la trate de hacerla aparecer como beneficiaria de actos irregulares, la audacia es el juego, “si no puedes convencer, confunde”, ese es el lema de los politiqueros, con esa lamentable praxis en países sin una buena formación educativa, los falsos dirigentes se pasean con la impunidad de sus fechorías, saben que con el dinero con el que se enriquecieron llegan hasta comprar información en los medios de comunicación, a través de seudos periodistas que venden sus conciencias con cualquier gratificación o dádiva que los pícaros con el dinero mal habido los sobornan, para que digan o escriban cualquier noticia que los promocione socialmente, pero hay algo que los delata, su enriquecimiento rápido e injustificado, la ostentación de sus mansiones y vehículos de lujo, ahí falla la sociedad que como lo afirmamos anteriormente lejos de despreciarlos por sus pillerías, hasta los considera “exitosos”, hasta sirven de “ejemplo” de cómo llegar a tener una mejor nivel de vida, el interrogante es, que queda ante esa innegable realidad, el hombre digno y honrado no debe claudicar en sus principios, al contrario debe ser firme en sus convicciones de personas correctas, después de todo los pueblos no son ingratos y en su mayoría reconocen las acciones que en su beneficio han hecho quienes no los han defraudado y han sido honestos, leales, generosos y sinceros con sus aspiraciones.

En definitiva al populismo sólo le preocupan las próximas elecciones y no las próximas generaciones, son esencialmente mediáticos, les interesa el momento y no el futuro, con esa actitud van causando daños que después resulta difícil enmendarlos o corregirlos, por ello hay que luchar por una democracia transparente y para que aquello sea posible hay necesidad de educar, educar es formar y preparar para la vida, es aprender a distinguir lo verdadero de lo falso, lo correcto de lo incorrecto, lo real de lo aparente, lo que es demostrable de lo simplemente hipotético ó del sofisma.

En el escenario populista el gran beneficiario es el sector oligárquico, aquel que sólo le interesan sus negocios, “ganar o ganar” es su axioma, aunque ello cause hambre y sufrimiento en amplios sectores sociales que carecen de ingresos para satisfacer sus necesidades, lo cual trae como consecuencia el que crezca la brecha entre los pocos que tienen mucho y los muchos que tienen poco o no tienen nada, la oligarquía es el gobierno de pocos que teniendo poder económico gobiernan para su beneficio personal, eso es antidemocrático, si es que no olvidamos que la democracia es el gobierno que naciendo de la expresión popular beneficia a todos, es el gobierno que nace del pueblo para el pueblo y no de unos pocos para unos pocos. Por eso conviene aclarar la confusión que existe entre lo que en el más estricto sentido significa la palabra aristocracia, que es el gobierno de los más capaces, no por razones de abolengo sino por sus conocimientos, por su profesionalismo, por su formación técnica, la oligarquía es justamente la degeneración del gobierno aristocrático o de las elites, de la misma manera que el populismo que usa la demagogia es la expresión degenerada de la democracia, lamentablemente el ser humano es proclive a unirse por vicios y no por virtudes, por ello es el pionero en la destrucción de la naturaleza, de los otros seres vivientes e incluso de su propio hábitat.

Regresamos al punto de partida de nuestro comentario, la educación debe ser de buena calidad para que forme buenos ciudadanos, buenos dirigentes, que comprendan la realidad humana, que aprendan a ser personas de bien, correctas, que sepan cómo hacer las cosas y hacerlas bien, el que no conoce simplemente sabrá lo que existe, pero no sabrá cómo hacer las cosas para solucionar los complejos problemas de la sociedad, en síntesis hay que saber lo que se hace y no hacer lo que se llega a saber, el que sabe lo que hace lo hará siempre bien, sin llegar a la perfección (lo perfecto es enemigo de lo bueno), sabe por dónde transitar en la vida, por eso tendrá mínimas posibilidades de equivocaciones, no hay que olvidar el axioma “zapatero a tus zapatos”, hay que hacer u opinar sobre lo que uno sabe y/o domina, es oportunidad para recordar esta frase atribuida a un ex–Presidente .español antes de la Guerra Civil de la década de 1930, “si la gente opinara de que realmente sabe, habría un gran silencio nacional”.

EDUCACIÓN Y EL BUEN VIVIR
La Constitución vigente en el Ecuador desde Octubre del año 2008 tiene como sustento de orientación social el denominado régimen del “buen vivir”, tanta inclinación tiene este propósito u objetivo constitucional que en el texto se lo repite en dos capítulos, como derechos del buen vivir y régimen del buen vivir, entre los derechos para alcanzar este objetivo se enumeran el disfrutar del recurso publico del agua, el acceso a la alimentación, vivir en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, que garantice el buen vivir, el denominado en dialecto quichua el “Sumak Kawsay”, el derecho a una comunicación libre, participativa, diversa, el acceder a una información universal a través de tecnologías, a tener una identidad cultural, a gozar de la recreación, del esparcimiento, del tiempo libre, de la práctica deportiva, a gozar del progreso científico y saberes ancestrales, a tener educación, atención a su salud, derecho al trabajo y seguridad social, al hábitat y vivienda, el capitulo del régimen del buen vivir desarrolla estos derechos y establece una normativa expresa para hacer efectivas estas garantías.

Cuando el Legislador regula el régimen del buen vivir ubica en primer plano a la educación, cuya finalidad es la de desarrollar capacidades y potencialidades individuales y colectivas de la población, que posibiliten el aprendizaje, la generación y utilización de conocimientos, técnicas, saberes, artes y cultura, esta concepción del legislador constituyente deja en claro que sin la utilización del conocimiento es imposible el desarrollo individual y colectivo de las personas y en consecuencia el buen vivir se convertiría en un simple enunciado que estaría muy lejos de convertirse en realidad, en definitiva sin educación no se puede aspirar a un mayor bienestar y mejor calidad de vida.

Con las anotaciones y reflexiones antes señaladas, debemos concluir reiterando que el goce de los derechos no es posible sin una buena educación, es un imperativo favorecer una educación por competencias, que permita al ciudadano (a) un conocimiento con el cual pueda lograr un manejo holístico y completo de los diversos factores, sectores y actores, que influyen en la vida de una sociedad, la suma de saberes de toda la gama de circunstancias y reacciones que confluyan o inciden en la vida de una sociedad, es lo que se denomina formación por competencias, esto es ser competentes en el ejercicio y práctica de las actividades que efectuamos, lograr lo que nos proponemos porque tenemos conocimientos y sabemos cómo hacer lo que aspiramos o deseamos y en el escenario social en el que actuamos, en la formación por competencias el conocimiento parcial es insuficiente, lo competente es llegar a saber las diferentes vertientes que influyen o confluyen para que suceda un determinado acontecimiento o alguien tenga una determinada actitud.


La educación: un desafío permanente

Los antiguos axiomas de “no hay mejor herencia que los padres puedan dejar a sus hijos (as) que la educación” o la célebre frase de Confucio “no quiero que me regales un pez, con ello comeré un día, enséñame a pescar y comeré toda la vida”, serían suficientes para convenir que la única forma que podemos garantizarnos una vida digna, que nos permita transitarla con la menor cantidad de errores, poder superarnos, alcanzar una mejor calidad de vida y lograr las metas u objetivos que nos propongamos, es la educación, sólo a través de ella es posible adquirir una conciencia plena de lo que significan nuestros derechos y nuestras responsabilidades, advertir sobre lo que es justo o injusto, real o aparente, verdadero o falso.

El Libertador Simón Bolívar expresaba con mucha razón que la ignorancia es un instrumento ciego de la propia destrucción de un pueblo, agregaba, sólo la educación nos hace libres, con lo que nos hacía notar la enorme importancia que tiene la educación considerada desde un punto de vista individual y colectivo, pero es necesario precisar que la educación no es una palabra para ser utilizada ligeramente, tampoco puede limitase a ser meramente instructiva, transmisora de conocimientos, la verdadera educación debe ser orientadora, formativa, constructora de una personalidad con un amplio bagaje de nociones de los múltiples factores que inciden en nuestra vida, en lo que es nuestra profesión u oficio, inversamente una mala educación o un mal educado termina siendo nocivo para la sociedad, por ello sostenemos que toda educación para que tenga validez y sea socialmente productiva debe tener como soporte fundamental el cultivo de valores, si no nos educamos para ser buenos ciudadanos o ciudadanas, éticos y responsables, no estaremos contribuyendo a lo que también resulta axiomático, “buenos y buenas ciudadanos constituyen el cimiento indispensable sobre el que se edifica un buen país”.

La educación en una democracia

La democracia como sistema de gobierno se sustenta en el respeto a un ordenamiento jurídico que consagra los dogmas y principios sobre los cuales pueden obrar los habitantes de un país, establece también las instituciones con las que se organiza ese mismo país, sus atribuciones y deberes, estableciendo claramente derechos de gobernantes y gobernados, normando como se deben encauzar las relaciones interpersonales y entre las personas y la sociedad, el derecho se convierte en consecuencia en un imperativo a ser observado por el colectivo social para que no sufra fisuras el régimen democrático y se pueda vivir y convivir en libertad y con libertad.

En este contexto de la necesidad de conocer el ordenamiento jurídico sobre los que se organiza un Estado en democracia, resulta imprescindible, que las personas tengan la suficiente capacidad de raciocinio, de reflexión, de criticismo y de conocimientos, para que puedan hacer uso y no abuso de sus derechos y garantías fundamentales, entre ellas el derecho político de elegir, que obliga a las personas a meditar racionalmente en lo que conviene y no conviene al bienestar de la sociedad en la que habita y de la que forma parte, todo aquello sólo es posible lograrlo a través de la educación, en definitiva no puede haber una sólida democracia sin una buena educación generadora de una clara conciencia social.






La cívica materia básica

Una buena formación ciudadana nos posibilita conocer los beneficios que nos proporcionan derechos fundamentales como la libertad, atributo que no puede ser desprendido del ser humano, negársela es reducir a la persona a un objeto que deambula sin estímulos para superarse, que lo vuelve temeroso, que se siente coaccionado, que percibe se le bloquean iniciativas, todo aquello lo desmotiva y lo reduce a ser un simple espectador callado de lo que sucede en su entorno, envejece con sus opiniones que no se atreve a difundirlas, se limita a observar como se desenvuelven los acontecimientos sociales, intuye que está encerrado en un ambiente en el cual su pensamiento, su opinión, sus ideas no cuentan, queda limitado a vivir atemorizado y sin ningún objetivo que lo impulse a buscar con sus propias capacidades y esfuerzos como mejorar su estándar de vida. Pero esa libertad que nos deben garantizar quienes gobiernan y no arrebatárnosla, tiene que ser bien usada, desafortunadamente mal utilizada degenera en libertinaje, eso nos conduce a pretender decir lo que se nos ocurre y hacer lo que nos da la gana o nos parece, lo cual es sin duda también perjudicial para la colectividad, de esa libertad que nos permite gozarla en una democracia nace el derecho y el deber de trabajar y de hacerlo con esmero y responsabilidad, para no cometer el error de contribuir a crear un ambiente que limite las fuentes de trabajo, una auténtica democracia es la que nos permite el derecho a la libertad de opinión y expresión, el derecho a estar informados, de comunicarnos libremente, el derecho a la vida y a no ser objeto de torturas, el derecho a nuestra intimidad personal, a transitar libremente, a entrar y salir del país, justamente para tener un cabal conocimiento de estos derechos, es que es indispensable la educación, la falta de conciencia plena sobre lo que son nuestros derechos y nuestros deberes sólo termina por afectar nuestras legítimas posibilidades de alcanzar los mayores niveles de satisfacciones personales, familiares y comunitarias.

Los nuevos paradigmas de la educación

Si bien es verdad los principios y valores, las buenas costumbres, no deben estar sometidos a cambios noveleros, tampoco puede dejar de advertirse que siendo la educación una actividad eminentemente social, debe ser concebida como una actividad o gestión que debe ir acoplándose a las propias dinámicas de la sociedad, si es que aceptamos que es indiscutible que las sociedades humanas están en permanente mutación como lo decía Heráclito de Efeso hace 2.500 años, quien nos hacía notar que las sociedades humanas son como un río cuyas aguas corren y nunca podemos bañarnos dos veces con la misma agua, por ello en educación se deben ir estableciendo y revisando permanentemente los principios rectores, los modelos que deben observarse en todo proceso o proyecto educativo, si es que meditamos que el propio avance de la ciencia, como producto del conocimiento que proporciona la educación o las experiencias que se recogen como consecuencia de vivencias pasadas, van inyectando nuevas ideas, realizando aportaciones creativas, renovando conceptos, nos van proveyendo de invenciones, de innovaciones, de nuevos recursos o instrumentos que facilitan realizar de una manera más eficiente y eficaz el proceso enseñanza–aprendizaje, para que este alcance los logros que se propone. Hoy nuestra actual Constitución Política, establece que la educación debe tener como principales paradigmas la calidad y la implementación de un modelo de carácter andragógico, en virtud del cual el estudiante pasa a ser el gran actor y principal sujeto del proceso educativo, a dedicar una parte de su tiempo a una educación autónoma, sin que aquello exima al docente de ser el guía, el facilitador, el orientador, el tutor del alumno, tener claro que debe educar con el ejemplo, pues tanto en materia educativa como en toda actividad humana las acciones valen mucho más que las palabras, teoría y práctica se yuxtaponen y complementan, la una no es viable sin la otra.

Si nos apegamos a los paradigmas antes señalados, debe enfatizarse que cuando se habla de calidad, los centros educativos están en el irreversible deber de proporcionar una educación en un ascendente proceso de mejoramiento, tanto del contenido como de los mecanismos y ambiente en el que se desenvuelve dicho proceso, que permita obtener los mayores beneficios posibles en la etapa que esta se efectúa, en la que en fin de cuentas lo que debe perseguirse es que el estudiante logre adquirir un acerbo no memorístico sino consciente de conocimientos, que lo lleve a lograr la mejor formación humana que sea posible, a conocer todas las múltiples variables y aristas que inciden en el engranaje en el que se desenvuelve una sociedad.

La educación en la sociedad del conocimiento y/o la información El mundo vive la llamada era del conocimiento, si esa verdad nadie la desconoce ni la discute, todo el arsenal de esfuerzos que realice un país por mejorar las condiciones de vida de la población debe priorizar la educación, la buena educación, de sus niños, adolescentes, jóvenes, adultos, si es que reconocemos que países que privilegiaron la educación como Finlandia, Singapur, Dinamarca, Corea del Sur, entre otros, alcanzaron altos coeficientes de desarrollo humano, gracias a una bien entendida planificación educativa. Como conseguir esos estándares de una buena calidad de vida, no hay lugar para vacilaciones, aplicando lo que señaló la UNESCO con ocasión de la Primera Conferencia Mundial de Educación Superior de París en 1998, hay que aprender a ser, aprender a hacer, aprender a conocer, aprender a convivir, ese aprendizaje demanda dedicación, sacrificios, esfuerzos, recordemos a Sócrates “para llegar a la isla de la sabiduría hay que atravesar un océano de aprendizaje”, esto nos señala y hay que entenderlo, que sólo en la medida que nos preparemos y capacitemos sin pausas, podemos llegar a conocer, a entender que las innovaciones tecnológicas nos suministran insumos que nos facilitan el aprendizaje, el internet, un proyector, una pantalla, nos ayudan a usarlos para los fines que nos interesa y conviene, sin cometer el error de volvernos dependientes de ellos, a veces la televisión, el llamado teléfono inteligente, nos absorben tanto, que en vez de ser medios de comunicación se convierten en instrumentos de incomunicación, nos dedicamos tanto a ellos que no nos queda tiempo para conversar y dialogar, para disfrutar de compartir, estos aparatos producto de la investigación científica, y el desarrollo tecnológico, han sido concebidos para facilitar nuestras vidas no para ser esclavos de ellos y/o para volvernos adictos de los mismos y no poder hacer nada sin esos novedosos y cada vez más sofisticados objetos comunicacionales. En resumen debe destacarse que la sociedad del conocimiento nos invita a ser parte de ella, vía adquisición de una cabal comprensión del escenario en que vivimos, el desarrollo tecnológico nos convierte al instante en espectadores de todo lo que sucede a nivel mundial, ha transformado a la tierra en una aldea global, vivimos en un mundo internacionalizado e interdependiente, eso nos obliga a ser competentes y competitivos nacional e internacionalmente, el intercambio de bienes y servicios ha tenido una aceleración vertiginosa, el comercio de bienes y servicios son los sectores económicos que mayor dinamia han tenido y tienen en las últimas tres décadas, aquello provoca migraciones del campo a la ciudad, los porcentajes con los que han crecido uno y otro factor o sector son similares, ese es el escenario mundial y tenemos que educarnos para el mundo del presente y del futuro, sería un contrasentido educar para el pasado, las propuestas educativas deben renovarse constantemente, deben visualizar el mañana y ese enfoque no puede ser soslayado, minimizado y peor ignorado. La competencia en materia educativa nos impone tener conceptos amplios e incluyentes, en el mundo laboral, familiar, en economía, en política, en psicología, de todo lo que forma parte del heterogéneo tejido social, aferrarse a percepciones parciales y subjetivas equivale a tener información incompleta y renunciar a educarnos para la vida. No hay como confundirse, o el docente está bien preparado o corre el riesgo de ser desbordado por el conocimiento del alumno que tiene en la actualidad a su alcance una cuantiosa información que les permite acceder a conocer mucho de lo que desean saber, el internet y el intranet nos permiten investigar y compartir información ilimitadamente, esa es la esencia de la sociedad del conocimiento o de la información, el desarrollo tecnológico ha eclipsado la era industrial, la época bucólica es parte del recuerdo, sin que ello signifique que hay que minimizar la producción económica primaria y secundaria, sin ella no existe generación de riqueza y en consecuencia no sería posible un mayor bienestar compartido, hay que buscar los medios que permitan que coexistan producción, circulación o comercialización y consumo de bienes y servicios, son elementos económicos complementarios, ninguno es superior al otro, los tres tienen que confluir para que el andamiaje de la economía sea sustentable.
Cómo mejorar la calidad de la educación

La calidad es una palabra que todos la entendemos como algo bien realizado o concebido, es decir es algo que se destaca cuando juzgamos, evaluamos o formulamos una apreciación sobre alguna cosa, sobre algún hecho o sobre una persona. Hay quienes son más exigentes en la utilización del vocablo y estiman que la calidad es igual a cero defectos, de tal manera que si algo o alguien tienen alguna falla aquello ya no es de calidad.

En materia educativa la educación debe ser entendida como aquel proceso en el que de manera continua y progresiva buscamos niveles de excelencia u optimizamos la utilización de los elementos que intervienen en el proceso educativo, esta situación nos lleva a la inevitable conclusión que la calidad demanda permanentes análisis que nos conduzcan a contar con un conjunto de conocimientos e insumos, (bibliográficos, tecnológicos, programas curriculares flexibles, etc.) que posibiliten que el sujeto que aprende, es decir el estudiante, tenga a su alcance la posibilidad de llegar a tener un acerbo de saberes que lo vuelvan un ser competitivo y para ser competitivo se requiere poseer una suma de nociones básicas en las distintas áreas y ámbitos de la ciencia, que al interrelacionarlas nos permitan no sólo llegar a formular opiniones y criterios, sino conocer causas y efectos de un hecho o de un suceso, pues resulta incuestionable que en una sociedad todo interactúa, todo tiene vínculos que influyen en la producción de una tesis o propuesta o en todo lo que acontece. Siendo verdad que en todo hecho social concurren una serie de factores, poseer criterios claros sobre esos factores es lo que nos facilita realizar planteamientos consistentes, lo cual nos permitirá poder proponer con razones y argumentos debidamente sustentados, lo que en un momento dado sostenemos, defendemos y perseguimos.

A partir de lo antes expuesto no queda duda de que la única vía hacia una educación de calidad, es la del estudio y la investigación permanente, reafirmamos que el conocimiento está en permanente evolución y si no actualizamos lo que sabemos a realidades presentes, cada día sabremos menos, por todo ello resulta incuestionable comprender que la vida es en definitiva un aprendizaje permanente y sólo en la medida que aprendamos todos los días podemos sentir que somos dueños de un conocimiento que al menos reduzca las posibilidades de equivocarnos, eso nos hará sentir seguros de lo que decimos o hacemos, adquirimos confianza y ese es un requisito fundamental para obrar bien, sin vacilaciones ni temores, como consecuencia de aquello escogemos una ruta por la que transitamos, en esa senda cualquier dificultad o escollo que encontremos en el camino es posible superarlos. La calidad no es un simple enunciado, la calidad como todo lo que es racional y científico hay que demostrarlo, en educación eso se expresa en un axioma, que es el demostrar en la práctica que no decimos lo que sabemos sino que sabemos lo que decimos.

De la dirección y evaluación de la educación en el Ecuador

Debe quedar claro que todo proyecto de cualquier naturaleza que sea, debe comenzar por tener una organización consistente que no sea permeable a circunstancias coyunturales, debe tener objetivos definidos permanentes, sólo si se cuenta con esa visión, se puede hablar de la educación como política de Estado.

La anterior reflexión nos conduce a una lamentable realidad, respecto a lo que ha sucedido frecuentemente en el Ecuador, la mayoría de directivos de la política educativa no han sido educadores, el Ministerio de Educación ha tenido como Ministros a muchos(as) ciudadanos(as), que no han estado vinculados a la actividad educativa, ha sido un Ministerio que se lo ha utilizado para cumplir compromisos o acuerdos políticos, eso a su vez ha traído como consecuencia que el nombramiento de docentes haya estado sujeto al tráfico de influencias, el cargo de profesor ha sido el más ofertado para atender demandas de empleo en los gobiernos de turno, se convirtió en consecuencia en un espacio que pasó a ser ocupado por personas sin la suficiente base de conocimientos profesionales para optar por el cargo, de ahí nace el principal elemento que ha incidido e incide en la baja calidad de la educación en el país.

Al margen de correctivos que haya que realizar en el acceso a la docencia, lo importante y prioritario es precisar cómo debe organizarse el sistema de educación en el Ecuador, y en este aspecto nos encontramos que es indiscutible que en el Ecuador existen claramente separados dos subsistemas educativos, el llamado de la educación inicial, básica y de bachillerato, y el de la educación superior que comprende la educación técnica y tecnológica, la profesional y la de posgrado.

El primer subsistema está dirigido desde la Función Ejecutiva por el Ministerio de Educación, cuya máxima autoridad es el Ministro de Educación, el segundo subsistema tiene dos organismos nacionales que se encargan, en el un caso, de planificar, regular y coordinar internamente la gestión de las entidades que conforman este subsistema, organismo que además es el que debe coordinar las relaciones de las entidades de este subsistema con la Función Ejecutiva, debiendo precisarse que las Universidades y Escuelas Politécnicas son personas jurídicas que gozan de autonomía en lo orgánico, académico, administrativo y financiero, aquello explica el porqué se condensan facultades en el referido organismo denominado en la Ley de Educación Superior, Consejo de Educación Superior, para que sea a través de este organismo de carácter nacional que las entidades de educación superior coordinen sus relaciones con la Función Ejecutiva, el otro organismo, es el de Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de las instituciones, programas y carreras de las entidades de educación superior, este organismo que controla la calidad no puede estar integrado y esto es lógico, por los representantes de las Universidades, Escuelas Politécnicas e Institutos Técnicos y Tecnológicos, para que no sean juez y parte de la calificación o estímulos que reciban por la gestión que realizan, debiendo precisar que los Institutos Técnicos y Tecnológicos no gozan de autonomía, dependen directamente del Consejo de Educación Superior.

Como organizar una política educativa integral que cohesione la gestión de todas la entidades responsables de la educación en el país para que esta responda a objetivos nacionales permanentes, a políticas de Estado, a un proceso continuo de mejoramiento de la calidad de educación, en este punto el Legislador Constituyente en el Art. 344 de la Constitución Política del Estado, no redacta con precisión cómo debe entenderse y debe desenvolverse una política educativa uniforme, como coordinar y articular los dos subsistemas antes referidos, pues en este artículo le encarga la rectoría del sistema a la autoridad educativa nacional, pero al mismo tiempo lo manda a que articule sus gestiones con el sistema de educación superior, cuando la propia Constitución en el Art. 353 establece que los organismos que rigen el Sistema de Educación Superior son los organismos ya citados anteriormente (Consejo de Educación Superior y el de Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la misma) y el Art. 351 de la misma Constitución dispone que sea la Ley la que establezca los mecanismos de coordinación del Sistema de Educación Superior con la Función Ejecutiva, estas imprecisiones del texto constitucional, ha traído como consecuencia que en la Ley de Educación Superior se injerte la creación de una todo poderosa Secretaria Técnica de Educación Superior, a lo que se le otorgan inconstitucionalmente, facultades de rectoría del Sistema de Educación Superior, convirtiendo a esta Secretaría en la instancia que asume funciones informadoras, controladora y es la que en definitiva tiene que opinar previamente sobre lo que puede hacer, no hacer, o decidir en el Consejo de Educación Superior, reduciéndole las potestades que le otorga la Constitución.

En este panorama lo que sería pertinente si se respeta la Constitución y se quiere realmente buscar medios de mejoramiento de la gestión y calidad de la educación, es darle vida al Consejo Nacional de Educación, siempre que se lo integre por los distintos actores y sectores que realizan actividad educativa en el país, el Ministerio de Educación, las Universidades y Escuelas Politécnicas, los Institutos Técnicos y Tecnológicos, la Unión Nacional de Educadores (los docentes), la educación intercultural bilingüe, la educación particular, es decir que sea un organismo integrador y con capacidad para realizar propuestas y tomar decisiones que contribuyan a fortalecer la política educativa a nivel nacional, respetando el ámbito que le compete a cada subsistema y a los distintos actores vinculados a la educación en el país, incluso se podría incorporar al mismo a un representante de la ciudadanía que debería ser un padre de familia y a un representante de los graduados de las Universidades o Politécnicas.

Adicionalmente la Constitución en su Art. 346 crea un organismo autónomo para evaluar integralmente los procesos educativos a lo interno y externo del sistema, es decir tanto el subsistema educativo hasta el nivel de bachillerato, como el subsistema de la educación superior, cuya finalidad es la de promover la calidad de la educación, este debía ser el organismo que debió plantearse legalmente se lo cree, que asuma las funciones o atribuciones que se le han conferido de manera ilegítima y atropellada a la llamada Secretaría Técnica de Educación Superior, Ciencia Tecnología e Innovación, este organismo sería el que estaría monitoreando permanentemente el desempeño docente, los planes de estudio, los programas curriculares, los diseños del perfil del ciudadano y/o profesional a formarse, en fin sería el organismo educativo técnico que promueva la buena calidad de la educación.

En síntesis sin una organización participativa y corresponsable que incorpore a todos los sectores y los actores de la educación en el país, es imposible articular un buen plan nacional de educación, que debe contar con el soporte de una evaluación técnica y permanente de pares académicos, para que existen los controles adecuados del proceso educativo, la educación no puede ni debe ser controlada políticamente, debe ser controlada por quienes sepan de educación, por los más solventes e idóneos educadores o académicos.

martes, 3 de agosto de 2010

Presentación del libro "Ciudades Preventivas"





A estas alturas del desarrollo de la civilización humana, no quedan dudas de que el gran depredador de su propia especie y todo lo que lo rodea es el ser humano, carente de la menor sensibilidad para ser solidario, su vida generalmente la dedica al logro de ambiciones o a la satisfacción de placeres transitorios que van deteriorando su conciencia, relegando con esa actitud sus propias posibilidades de tener una vida saludable, tranquila, sosegada, que estimule sus ansias de vivir, liberado de tensiones que lo agobien, que al final terminan por afectar su propia supervivencia acortando su periodo de vida, se lo ha repetido, el "stress" con sus efectos colaterales de tensión y depresión, es en el mundo contemporáneo que vive agitado y a prisa el enemigo o asesino número uno de la existencia vital de las personas.

Por la reflexión antes expuesta, es que llegamos a la conclusión que la vieja tesis de Hobbes que el "hombre es el lobo del hombre”, se convierte en una sentenciosa realidad en la convivencia siempre conflictiva de los seres humanos, incapaces de vivir armónica y fraternamente, a diferencia de los demás seres vivientes que demuestran una natural tendencia a ser fraternos y solidarios. Esa verdad que ya no puede discutirse, explica como uno de los más agresivos vicios que destruye al mundo actual como es el cultivo, procesamiento, tráfico y consumo de drogas, se está convirtiendo en el más lucrativo de los negocios que en la actualidad conoce el planeta tierra, negocio que supera incluso al de la venta de armas, al todavía atrayente y antes muy repulsivo negocio ilícito del contrabando, e incluso a la venta de bienes de enorme atracción consumista como es el de la industria automotriz.

Lo grave de la comercialización de drogas es que en este negocio se incorpora un cruel y devastador asesinato de las mentes y organismos de las personas individualmente consideradas, a lo que debe agregarse que aquella actividad tan lucrativa incide en producir arrolladoras consecuencias en la conducta de las sociedades contemporáneas, las drogas no sólo generan por la desmesura en las ganancias de su comercialización, una excesiva atracción económica en las personas para ganar dinero fácil, sino que es un agente que va creando un clima de inseguridad, de temor, de degeneración genética, cuya influencia en la vida familiar y en la propia organización política de un país, están contribuyendo a crear hordas delincuenciales que están terminando por edificar un ambiente de intranquilidad que vuelve virtualmente invivible una vida con un mínimo de seguridad, lo evidente es que tenemos un sicariato en pleno auge, que no podemos engañarnos, tiene estrecha vinculación con el auge de carteles y de bandas de intermediarios vinculadas a la droga, que no conocen de escrúpulos y que definitivamente están secuestrando la tranquilidad de la sociedad, es triste admitirlo, pero ya no se está seguro en ninguna parte.

Mina Seinfeld afirma con toda razón: el consumo de drogas es un problema social que afecta al individuo, a la familia, al grupo social, a la comunidad, a la ciudad, al Estado, para contrarrestar esa dura realidad plantea la necesidad de implementar medidas preventivas, las cuales deben ser de carácter interdisciplinarias, si se considera que el uso de drogas provoca problemas de memoria y aprendizaje, de distorsión en la percepción, dificultad para el raciocinio, falta de coordinación, ansiedad, pánico, problemas en la gestación en madres consumidoras, depresión e incluso esquizofrenia, aparte de que puede influir en problemas cardiacos, infecciones o lesiones pulmonares, cáncer, envejecimiento de células, amnesia, psicosis, es decir una gama de afectaciones agresivas a la salud, que provocan daños o deficiencias irreversibles sobre áreas cerebrales críticas que deterioran la capacidad de pensar, influyen negativamente en la toma de decisiones, inciden en la voluntad, tres pilares sobre los que se asienta la democracia.

Desde otro ángulo de vista en los países o ciudades donde el consumo es elevado, aparte de volverse altamente inseguros, aumentan la prostitución, los índices de criminalidad, provocan malestares y conflictos diplomáticos entre países y obligan a la militarización de grandes extensiones de territorios nacionales, fomentan el terrorismo, provocan ausentismo escolar y el abandono de los estudios, obligando a que se utilicen cuantiosos recursos económicos para combatirlo, que a su vez disminuyen recursos para la salud, para la educación, para proteger una ecología comunal al descuidarse plazas y espacios verdes, la basura se apodera de las calles, en definitiva los ciudadanos inocentes son privados de sus derechos humanos como seguridad, salud, trabajo, libre circulación.

Por todo lo antes dicho la autora sostiene que siendo una enfermedad psicosocial debe ser tratada como tal, para ello plantea la conveniencia de la prevención que busca liberar a un adicto al que considera es un esclavo de las drogas. El adicto es un ser que está sufriendo y busca en las drogas un escape, una solución mágica que le permita tolerar una realidad que no puede resistir, lo que el adicto busca y quiere es muy simple, felicidad y ser aceptado y reconocido por lo que es. La prevención no sólo debe ofrecer tratamiento al adicto, debe ofrecerle caminos posibles para alcanzar felicidad y escenarios que le posibiliten enfrentar las presiones de la sociedad.

Pero Mina Seinfeld va mucho más allá de lo que parece a primera vista, advierte sin ambages, un adicto no reconoce entre drogas legales e ilegales, afirma que ambas son devastadoras, el alcohol, el cigarrillo y los psicofármacos son tan letales y adictivos como la cocaína, la marihuana o el éxtasis, la prevención no puede en consecuencia limitarse al campo de las drogas ilegales, debe evitar el ingreso al consumo de cualquiera de estas sustancias, por lo señalado sostiene que las campañas preventivas deben lograr la interacción entre familias, escuela, organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación, instituciones políticas, solo así es posible atacar el flagelo de las drogas desde todos los ángulos posibles, con un mensaje que debe ser coherente, uniforme, claro, consistente, para evitar interpretaciones confusas.





Este trabajo por establecer campañas preventivas tiene ya programas concretos como "Forjando Liderazgo", cuyo objetivo es reducir la demanda de drogas en Latinoamérica el cual está promovido por la Red Interamericana de Prevención de Drogas (RIPRED) y la Drug Free American Foundation (DFAF), programa que tuvo su inicio en el año 2002, habiéndose realizado más de 70 seminarios que han dado origen a la formación de Redes de Comunicadores, Redes de Universidades, Redes de Padres como la denominada "Padres en la Ruta" en Córdova Argentina, que nació en 1997, igualmente se formó la Red La Paz en Colombia, la Red Amor Exigente en Brasil que fue adoptada en 1987 bajo la dirección de María Silvia Carvallho de Menezes, igual sucede con el Club de Lecturas en México, es decir existen hechos y esfuerzos tangibles que permiten afirmar que la campaña no ha caído en el vacío.

Mina Seinfeld concluye estableciendo las acciones concretas a implementarse para hacer efectiva la prevención, que deben ser interdisciplinarias y sistemáticas, debidamente articuladas, precisando que deben haber cuatro grupos claves en la campaña: a) el gobierno, b) las organizaciones no gubernamentales, c) la opinión pública y los ciudadanos en general, d) los especialistas (sicólogos, maestros, neurocientíficos, sociólogos, comunicadores, etc.), remarcando que las ciudades preventivas son claves, sosteniendo que las sociedades no se suicidan, pero necesitan de líderes capaces y entusiastas para organizar y entusiasmar al resto.

Afortunadamente para nuestro país, para Manabí, para Manta y orgullosamente para nuestra Universidad, nuestra apreciada catedrática Lic. Olga Vélez de Mendoza, ha dedicado su vida a proteger a los adictos, a cuidarlos, a orientarlos, a ayudarlos en sus tratamientos terapéuticos, habiendo convertido a Manta en la primera ciudad preventiva del Ecuador, a la que posteriormente sumó 12 ciudades más de nuestra provincia, colocándonos como pioneros en el Ecuador en campañas preventivas contra el uso y consumo de drogas, habiendo logrado establecer vinculación con organismos del Estado y organizaciones internacionales como RIPRED y DFAF a las que nos referimos anteriormente.

Para fines pedagógicos nuestra Facultad de Trabajo Social con su Decana, Lic. Olga Vélez de Mendoza a la cabeza, está trabajando en sectores marginales utilizando el Modelo de Intervención en la Realidad, de Boris Lima, que identifica 6 fases en el tratamiento del programa, la primera es la sensitiva que permite aproximarse a la realidad, a las personas, a las costumbres, a datos útiles y experiencias de orden económico, político, cultural, el objeto es captar al hombre común porque este vive y actúa prácticamente, la segunda fase es un conjunto de conocimientos que permite acceder a información técnica que proporciona datos sanitarios, antecedentes históricos, población, edades, ocupaciones, producción, estadísticas, esta es una fase exploratoria que sirve de base para detectar los problemas de la sociedad, la tercera fase es aquella con la cual se pretende aprehender las características generales y particulares en la cual se interviene, cuanto más se avance es esta fase, más se desarrolla el proceso de concertación, movilización e incorporación de la población, es cuando se incluye la técnica de dinámica grupal, la cuarta fase busca que la población se integre al análisis de los fenómenos que le son inherentes para determinar con objetividad la problemática, la quinta fase penetra en la elaboración de los modelos de acción que incluye asistencia social, capacitación, organización, movilización de la comunidad para mejorarla a través de la cooperación y la autoayuda, la sexta fase es la que se centra en la ejecución y control que implica encontrar la estrategia y la táctica para orientar, organizar y movilizar a la comunidad, imprimiendo la dirección correcta para logar el cambio deseado.

Descrito el modelo académico se lo puede adoptar en la construcción, fortalecimiento y desarrollo de las unidades preventivas, para ello se ha avanzado en la organización en la parroquia Manta de 37 barrios, en Tarqui de 39, en Los Esteros de 32, en Eloy Alfaro de 24, en San Mateo 7, en San Lorenzo 5 y en Santa Marianita 5, para aquello los estudiantes de Trabajo Social realizan pasantías en los lugares de tratamiento y rehabilitación de drogodependientes llámense clínicas, comunidades terapéuticas y otros sitios adecuados para estos fines.

Esta capacitación y pedagogía en la que tanto empeño ha puesto Olga Vélez de Mendoza busca integrar entidades y personas en su programa de prevención para desembocar en una conclusión categórica, el problema no es la droga ni su existencia, sino el individuo con sus realidades insatisfechas quien la busca, sin duda el gran problema social siempre será el comportamiento o conducta de las personas, la práctica de valores, su educación formativa, el poder contar con una sociedad que lo motive y no que lo deprima.

Justamente sobre estos temas, dos de nuestros más sobrios y auténticos catedráticos nos entregan aportaciones de un valor incuantificable, el Dr. Abelardo Ronquillo, nos ofrece lecciones de moral y ética en un libro que debe ser incorporado como texto obligatorio para ser leído y estudiado en Universidades y en todos los niveles educativos, queda muy claro sin la observancia de principios éticos y morales nada tiene ningún valor. El Lic. Guido Vásconez, nos nutre y orienta con la profundidad de su acerbo de conocimientos genuinamente académicos sobre lo que deben pensar y realizar las Universidades, que nadie discute deben buscar inalterablemente su mejoramiento, su excelencia, el encuentro con los nuevos desafíos y las propuestas para superar los grandes problemas que nos presenta el mundo contemporáneo, para ello debe revisar, y renovar su malla curricular en su parte formal y real, articular el trabajo académico para poder avanzar en la formación interdisciplinaria y transdisciplinaria, que viabilicen un conocimiento holístico de un mundo globalizado donde todo interactúa y para ello hay que poseer un conocimiento de las distintas variables y aristas de la compleja y heterogénea problemática social.

El libro Ciudades Preventivas incorpora también las vivencias y versadas opiniones de Franklin Alcaray del Castillo de Bolivia, de Beatriz Velásquez Muñoz de México, del Lic. Carlos Arriaga, de Luis Viale de Argentina, todos contribuyendo a reforzar la tesis de la prevención como la postura más eficaz para contrarrestar tan desbastador mal que sufre la humanidad como es el tráfico y consumo de drogas.
Julio 27/2010

miércoles, 9 de junio de 2010

Manuela Saenz y su rol libertario



En la cuna de Alfaro -en este Centro Cívico que afortunadamente ha sido construido en Montecristi para la necesaria difusión y recuerdo de acontecimientos históricos y el sano esparcimiento de ideas y tesis provenientes de todas las comarcas de la patria y de fuera de ella- hoy día víspera de una de las más gratas fechas de nuestro calendario (el 5 de Junio), en el itinerario de un peregrinaje con el que justicieramente se rinde homenaje a una indiscutible heroína de nuestro Ecuador profundo, Doña Manuela Sáenz, aquella quiteña nacida en 1793 en la entonces Recoleta de 60.000 habitantes que era el Quito de esa época, que se convirtió desde el 16 de Junio de 1822 en la confidente, compañera y amante de Simón Bolívar, cuya unión y abrazo eterno por ideales comunes los volvió inseparables hasta la muerte del Libertador.

Sin duda Manuela Sáenz no nació para la apacible vida del hogar, sus estudios en el convento de Santa Catalina le sirvieron para aprender y hacerse mujer, su temperamento la hicieron amar la acción, a luchar por sus convicciones, por sus creencias, la comodidad aburguesada, la rutina diaria, nunca fueron de su atracción o simpatía, a eso se debe que su primer matrimonio con el caballeroso médico inglés, James Thorne, quien le doblaba en edad y con quien se casó en 1817, haya sido un matrimonio típicamente convencional, efímero, en la que quizás lo hizo por complacer los requerimientos paternos, pero nunca según lo relatan historiadores autorizados existió un verdadero amor y compatibilidad en aquella unión matrimonial. Sin duda su vida le tenía reservado otro rol y era el de su presencia y cercanía al lado del Libertador Simón Bolívar en los cruciales años de la gesta emancipadora, que marcaron indeleblemente para la posteridad numerosos acontecimientos en nuestra vida republicana, por eso fue testigo y protagonista del encuentro de Bolívar y San Martín en Guayaquil, por eso no le fueron ajenas y fue activa militante en las Batallas de Pichincha y Ayacucho, supo e intervino en el conflicto entre el Libertador y Santander, conoció de la rebelión de Córdova, de la disolución de la Gran Colombia, eso la llevó a realizar una estratégica acción para salvarle la vida a Bolívar en una emboscada, por esa acción valiente y talentosa el propio Libertador la bautizó como la "Libertadora del Libertador", hermosa frase que la distinguió y honró para siempre, a quien por su estirpe de combatiente por los más altruistas anhelos humanos, San Martín le confirió en Lima el título de "Caballeresa del Sol".

Pablo Neruda el eximio poeta chileno y latinoamericano, la elogia con galantes y poéticas definiciones y la denomina como la "Julieta Huracanada", "Sirena de los fusiles", "Ángel color de espada", "Pequeña criolla traficante de miel y de pistolas", "Vida imposible de traducir a muerte", su singular valía hizo que cuando ella murió Neruda la considere como la "Insepulta de Paita", su vida se había convertido en un emblema para ser empuñando por quienes aman la libertad, la igualdad, la fraternidad humana, principios que heredaron de la Revolución Francesa e inspiraron las luchas de Bolívar y Alfaro. En esa unión de amor puro, vehemente, apasionado y profundo, Neruda nos relata se fundieron la brasa con el agua, me atrevo a agregar el beso ardiente de la noche con el ósculo tierno de la aurora.

Sin duda la Hacienda de Catahuango, de propiedad de la familia de Manuela Sáenz, donde ella acudió desde niña a escuchar cuentos, a cortar flores, a contar estrellas, sólo le sirvió para sentir el viento pujante de la Historia, ahí en esa campiña con olor a naturaleza recibió la invitación a una lucha que sólo terminó con la muerte del Libertador en 1830, muerte de su ídolo que la hizo pensar en el suicidio, posteriormente ella fue desterrada al Perú, país del que ya no quiso volver jamás, no obstante que el Congreso del Ecuador años después había autorizado su retorno.

Fue justamente en la Hacienda Catahuango donde Bolívar y Manuela construyeron su nido de amor y forjaron el uno y la otra la más dulce e invencible de las memorias, la memoria del corazón, por eso los recuerdos siempre tuvieron permanente actualidad entre ambos, junto a su amado ella revivió sucesos como si hubiera asistido a todas las acciones del Libertador, como si hubiera asistido a todas ellas como testigo presencial, sin lugar a equívocos, Manuela Sáenz se convirtió en la más leal y cercana persona con quien Bolívar compartió su vida, aquello la hizo sentirse copartícipe y coautora de las grandes gestas de Bolívar, por eso el Ecuador entero la considera parte actora de nuestro nacimiento como país, de este país al que nuestro Alfaro lo dotó de alma nacional a inicios del siglo XX con su espléndida gestión de indiscutido y preclaro estadista.

Hoy Tatiana Hidrovo, la inmensa y docta historiadora manabita, nos convoca para rendir un prosaico homenaje ciudadano a los despojos simbólicos de Manuela Sáenz traídos desde Paita, despojos que con el latido de sus acciones de fecunda contribución a nuestro insigne Libertador se unen en un abrazo de amor a la libertad, de fidelidad a sus ansias infinitas de justicia, de su patriotismo a toda prueba, con las cenizas de ese incomparable gigante de la historia de nuestro Ecuador, el General manabita Eloy Alfaro, cuyo Mausoleo y este Centro Cívico construido en su honor, se convierten en el escenario apropiado para recibir a tan ilustre compatriota, cuyas huellas de amor por su país sirvieron para enterrar en lo más hondo del espíritu nacional, indestructibles cimientos para la construcción de una patria independiente, digna y soberana.

Las cartas de Bolívar a Manuela Sáenz contienen expresiones de un amor puro, radiante, único, irrepetible, Bolívar le expresaba "a nadie amo, a nadie amaré. El altar que tú habitas no será profanado por otro ídolo” y a veces conocedor de la entrega de Manuela a la causa emancipadora, le transmitía sentimientos en el que se sentía culpable y le expresaba "Un destino cruel pero justo nos separa de nosotros mismos", "nos arrancamos el alma que da la existencia para regalarnos el placer de vivir", "estarás sola aunque al lado de tu marido, yo estaré solo en medio del mundo", "solo el orgullo de habernos vencido será nuestro consuelo" frases brotadas del gran romanticismo que caracterizaba a Bolívar y que alegró y estimuló su existencia vital.Tal fue la unión de Manuela Sáenz con Simón Bolívar que desterrada en Paita revivió recuerdos de un glorioso ayer desvanecido para siempre, por eso escribió su célebre frase "yo amé al Libertador, muerto lo venero", es que ella fue la depositaria de sus documentos y sus glorias hasta el día de su muerte, ya en su destierro la visitaron hombres ilustres como Simón Rodríguez, Ricardo Palma, el gran Garibaldi, así vivió acompañada de los gratos recuerdos que llenaron su vida hasta 1859 en que falleció asfixiada por la difteria, las cartas y documentos que tan celosamente guardaba fueron devorados por el fuego, bajo el argumento de que el temor de la peste se extendiera, la Hacienda Catahuango que fue el sitio donde vivió los más excitantes momentos de amor con Bolívar fue vendida afortunadamente a una Fundación que sostuvo con los fondos de la Hacienda una Escuela y un Colegio como Manuela y el Libertador lo hubiesen querido Manuela Sáenz y el Libertador fueron conducidos por un mismo sueño, por ilusiones que compartían, por eso enterraron hipócritas pudores para avanzar por el camino sin límites ni ocasos a la inmortalidad conquistada en el campo del honor y de múltiples batallas, sin duda estuvieron juntos por los más elevados afanes de contribuir a edificar una mejor vida para todos y todas los y las ecuatorianos y ecuatorianas, su cómplice unidad dejó encendida para siempre la antorcha del idealismo que profesó y practicó esta singular unión sentimental, a la cual el Ecuador les debe mucho. Que hoy día en los inicios del siglo XXI, su paso por estos senderos patrios ilustre Manuelita, alimenten nuestro espíritu para que nunca abdiquemos de nuestro legítimo derecho de vivir en un ambiente donde resplandezcan la paz, la libertad, la justicia, el derecho, la moral y en definitiva las más altas virtualidades humanas, por las que ofrendaron su vida esta pareja que aprendió a vivir cobijada por el más noble, puro y profundo sentimiento del amor, que lo transformaron en una vehemente acción y actitud que invariablemente buscó mejorar el bienestar y calidad de vida de sus compatriotas, vida maravillosa que merece ser narrada de la mejor manera posible.

lunes, 26 de abril de 2010

La universidad retada a cambiar o mejorar




La palabra cambio sin duda es atractiva, los seres humanos somos inconformes, buscamos algo diferente sin medir ni meditar si eso nos es favorable o no, simplemente nos gusta cambiar aunque sea de ropa. Ambicionamos lo que otros tienen, normalmente no estamos satisfechos con lo que tenemos, los jóvenes quieren cambiar y desean acelerar su vida para llegar a ser adultos, hay quienes en la vejez quieren parecer jóvenes y cambian hasta el color del pelo, hay quienes pierden su dignidad por cambiar de pobres a ricos, los que andan a pie quieren cambiar su caminar por un vehículo motorizado.

El ser humano sin duda es novelero, por eso la palabra cambio que literalmente es poner una cosa por otra, mudar, variar, alterar, que en términos monetarios es la fracción de un billete o el vuelto que nos dan cuando pagamos con una moneda superior al costo de una determinada compra. El cambio nos seduce, nos gusta cambiar de velocidades cuando conducimos, por eso los vehículos tienen una caja de cambio manual o automática, pero es de cambio, han existido históricamente y existen las llamadas Casas de Cambio para cambiar moneda local por moneda extranjera. Sin lugar a dudas, nos gusta escuchar la palabra cambio, por ello el gran poeta argentino Enrique Santos Discépalo ironizó esta palabra con ese soberbio poema que es el tango "Cambalache", cuyo significado gramatical es el simple cambio de un objeto que puede ser valioso o no a cambio de otro objeto. Con tal de cambiar poco importa si es para desmejorar una situación, para apoyar o auspiciar lo indebido, lo mediocre o lo indigno.

Pero lo que persigo y ese es mi deseo, es un enfoque de la manera más somera posible, del reto que la Universidad ecuatoriana tiene actual y en mi opinión de manera permanente por mejorar, por actualizarse, por renovarse constantemente, por ser siempre autocrítica, una Universidad no puede estacionarse en lo que hace o ha logrado, debe estar ideando creativamente constantes propuestas por mejorar lo que hace, hay que entenderlo la Universidad forma para el futuro, para el mañana que nunca será igual al ayer, las mutaciones de una sociedad, su evolución son irrefrenables. En estos últimos meses y según su temperamento, nuestro Presidente Ec. Rafael Correa Delgado, viene retando (llamando la atención o reprimiendo) a la Universidad, para que cambie, para que deje de ser mediocre, para que tenga un mejor desempeño, para que demuestre que la inteligencia y el uso de la razón no le son ajenas, las invita a que exhiban el más alto nivel en sus programas de formación de nuevos profesionales competitivos, que realicen investigación, que propongan iniciativas para la solución de los complejos problemas sociales, económicos, públicos, políticos, una Universidad y ojalá que fuese la gran guía de la sociedad, el cerebro que piense e ilumine la ruta futura de la patria, eso es lo que aspiramos desde la Universidad Laica "Eloy Alfaro" de Manabí.

Por lo antes expresado y porque tengo la pretensión de ubicar el tema de la Universidad ecuatoriana en su verdadera dimensión, es que me atrevo a sostener que lo que se busca no es que la Universidad cambie, sino que la Universidad mejore, mejorar sí es hacer las cosas con un resultado de mayor rentabilidad social de lo que se estaba haciendo, es tener una posición más ventajosa de la que se tenía, es lograr la convalecencia de la salud de los centros de educación superior, entendiéndose esta mejoría como aquella que nos permita elevar nuestros pensamientos y conocimientos, es dejar de utilizar la algazara, el tumulto, la frase hiriente, la amenaza, la fuerza irracional para proponer o defender una tesis, es utilizar métodos pedagógicos, andragógicos, didácticos, técnicamente procesados, es abrirle espacios a que la lógica, la ética (estas últimas materias que ya no se les da ninguna importancia en los planes de estudios, como no se le da ninguna a la moral y a la cívica) que puedan servir para auxiliar los modelos educativos, utilizando adicionalmente equipos y laboratorios provistos con tecnología de punta.

Para acertar en el comentario que formulamos hay que comprender que la Universidad nace como producto de una indiscutible unión, de la intervención recíproca de pares, se gesta y desenvuelve entre un alumno deseoso de aprender y un profesor conocedor de su materia deseoso de orientar y facilitar ese aprendizaje, ése es el vínculo indisoluble e indispensable que no se puede dejar de tener presente en cualquier análisis del proceso enseñanza-­aprendizaje, sin que existan y se privilegie el comportamiento de esos dos componentes, no habrá la posibilidad de que exista una buena educación universitaria y que esta mejore, ese maridaje del alumno que quiere aprender y el profesor que quiere instruir o enseñar y sobre todo educar (formar conductas o comportamientos), es el punto de partida para que la Universidad ecuatoriana y cualquier proyecto educativo mejore y deje de ser mediocre como se lo viene sosteniendo y reiterando desde la altas esferas del poder político en el Ecuador, de esta innegable realidad se infiere que si no hay alumnos con anhelos de superarse y docentes con la debida mística decididos a transmitir sus conocimientos, que sean capacitados y responsables, es iluso pensar en una mejor Universidad en el Ecuador o en cualquier parte del mundo, aquello sólo es posible si ambos actores comprenden que aprender y capacitarse continuamente es un reto permanente que no puede tener pausas, por supuesto entendiendo que el aprendizaje para que no sea estéril debe ser teórico-práctico.



De mi parte he sostenido y sostengo que para que exista un buen alumno este debe contar con la motivación que le inspira el buen profesor, aquel que demuestra no sólo que dice lo que sabe, si no que sí sabe lo que dice, porque es fácil repetir consciente o inconscientemente afirmaciones amparadas en frases leídas o escuchadas, pero también es indiscutible que demanda un mínimo esfuerzo intelectual el poder reflexionar sobre lo que estamos afirmando y aquello exige que no improvisemos criterios, que fundamentemos convincentemente los conceptos que emitimos, un criterio ligeramente dicho por un profesor puede no solamente no ayudar a formar al alumno sino incluso a deformar su mente y confundir los conceptos que debe tener sobre una determinada ciencia o incluso sobre una determinada creencia política o religiosa.

Lamentablemente y para no incurrir en subjetividades que no aportan en nada al análisis del problema universitario en el Ecuador, se vuelve indispensable se promueva la mayor apertura para escuchar y ojalá se debata con actores calificados, la situación de la educación superior, no se puede reducir la controversia a cuantificar cuántas Universidades hay y existen en el Ecuador, cuantas son públicas y cuantas son privadas, cuántas de estas últimas o de ambas han mercantilizado o lucrado de la educación universitaria o politécnica, lo cual es totalmente contrario a lo que debe ser la actividad educativa que no puede perseguir fines de lucro (aquí se encuentra radicado uno de los principales males de la educación al ser utilizada como negocio), lo cual incluye venta de títulos, grados académicos, pases de años, calificaciones, etc.; por ello se ha sostenido con todo énfasis que la educación es un apostolado y que más educa el ejemplo que la palabra, un sinvergüenza o un farsante no puede ser nunca un buen profesor, utilizará esa membrecía para tratar de sacar provecho o ventaja de esa honrosa misión social y esos falsos profesores son los que han desacreditado la educación.

Se vuelve imprescindible en un elemental análisis que efectuemos sobre la temática de la educación contemporánea, reflexionar sobre una realidad que ha vivido en las últimas décadas el mundo entero, eso nos hace notar y esto acontece sobre todo en América Latina, que el crecimiento de las Universidades particulares es un fenómeno que se produce y repite en todos los países, en los que tienen mayor madurez democrática o en los que tienen todavía que madurar políticamente, como el caso del Ecuador, donde el léxico que utiliza el actor político no es el de exponer racionalmente una propuesta, sino la de ser un agresor o un contestatario de su adversario, es decir lo axiomático en ese ambiente es que hay que estar en contra del rival político, lo cual es una demostración elocuente de inmadurez y de carencia de argumentos para poder plantear tesis que realmente interesen o convengan al colectivo social, por todo esto es que debemos admitir que no es el tema de la creciente cantidad de Universidades particulares el principal problema que debería preocuparnos, hay que penetrar en una evaluación seria, para establecer cuáles no tienen una confiable infraestructura que justifique llamarse Universidades o Escuelas Politécnicas e incluso Institutos Técnicos o Tecnológicos.

Esa indiscutible verdad nos impone precisar cuáles serían las condiciones mínimas para que una Universidad funcione como tal, lo primero que debemos advertir es que una Universidad debe contar con una planta profesoral estable con títulos o diplomas que acrediten poseen una buena formación, debe estar provista de un equipamiento e infraestructura física funcional adecuada, contar con medios económicos y presupuestarios previsibles y estables que nos permita confiar en que la Universidad puede funcionar sin sobresaltos, sin apuros o emergencias, sin estar buscando "clientes" que pagan por obtener un determinado título profesional de pregrado o posgrado, en este aspecto insistimos, es indiscutible que en Ecuador en los últimos años ha existido una desbordada oferta de títulos y grados académicos que no priorizaron mejorar el conocimiento del alumno si no cobrar un arancel por el curso y grado que se ofertaba u ofrece, es ahí donde debe hacerse el primer gran esfuerzo para depurar el sistema universitario y politécnico en el Ecuador, para mejorar hay que corregir, luego de aquello debe entrarse en una etapa donde se puedan hacer evaluaciones no genéricas o generalizadas, sino evaluaciones puntuales sobre cursos, programas o carreras que ofrecen las Universidades y Escuelas Politécnicas, sólo por ese mecanismo es posible asegurar que sus rigores académicos corresponden al nivel elevado que caracteriza al subsistema educativo de la educación superior, que por mandato expreso de la Declaración de los Derechos Humanos es una etapa educativa a la que se accede y en la que se puede continuar o graduarse por méritos, es un absurdo pensar que la simple masificación de la educación superior mejora las posibilidades de formar mejores técnicos o profesionales, contrariamente la masificación resta posibilidades y capacidad de exigir mejores rendimientos académicos y en educación universitaria no hay términos medios, el problema no es de cantidad sino de calidad.



Para qué y cómo hacerlo son los interrogantes a discutirse, ello obliga a explorar medios o normas jurídicas para lograr mejorar la educación universitaria, eso es lo que debe concentrar el debate de la nueva Ley de Educación Superior, jamás se mejorará nada si no se corrigen deficiencias, es ilógico no partir de realidades, es evidente que han escapado del control de los organismos competentes la oferta indiscriminada de cursos para entregar títulos profesionales o grados académicos, eso ha sido en lo que más se ha insistido, como lo expresamos anteriormente eso es económicamente rentable, después de todo lo urgente es el Diploma o Certificado, con eso parece que tenemos más conocimientos y nos ayuda para ascensos en el trabajo, pero "el hábito no hace al monje", no es suficiente vestir de blanco, la conciencia es la que debe ser blanca, pura, nítida, pero lo que se ha priorizado y facilitado es el dictado de cursos, pomposamente se ha creído que ofrecer cursos semipresenciales de uno o dos días a la semana o a distancia, es estar a la altura de la sociedad contemporánea, es una estafa perversa ofertar esta modalidad de estudios sin contar con una infraestructura docente, recursos bibliográficos, programas curriculares pre-impresos, equipamiento informático, para lanzar esta clase de cursos universitarios. Aquel irresponsable ofrecimiento ha disminuido a niveles infradeficientes las ofertas de cursos universitarios, si a esa propuesta irresponsable y de facilismo se une la de ofertar cursos en cantones, parroquias e incluso en recintos de la geografía nacional, en una especie de competencia de cual publicita u ofrece un más fácil estudio universitario, es innegable que debemos concluir que la Universidad le ha fallado al país, no hay porqué esconderlo, hacerlo sería ser cómplices de este desafuero censurable y reprochable, lo único que atenúa este severo juicio es que tampoco el país político ha creado el escenario apropiado para tener una mejor Universidad y en esa necesaria comparación no vacilo en sostener que la Universidad anda menos mal que el país en su aspecto político y socioeconómico.

Particularidades de la educación contemporánea
Tomando como referencia los criterios y conclusiones de la UNESCO, la educación contemporánea se desenvuelve bajo el imperio de circunstancias que hay que señalarlas para poder en ése ámbito buscar caminos de mejoría en la educación superior, esta realidad nos señala existan las siguientes situaciones a considerarse:

1.- Expansión de la matrícula universitaria
2.- Diversificación de tipos institucionales
3.- Necesidad de mayor inversión en educación
4.- Alianzas estratégicas entre Universidades, Corporaciones y Sector Público
5.- Interrelación entre las Universidades y representantes de la sociedad civil
6.- Planeación estratégica, evaluación y rendición de cuentas
7.- Reforma académica y flexibilidad cultural
8.- Modelos educativos basados en el aprendizaje y la adquisición de competencias
profesionales
9.- Formas de aprendizaje a distancia, tutorías remotas.

Dentro de esa realidad se hace necesario desarrollar un pensamiento crítico del estudiante, en un mundo en el que existen opciones alternativas de aprendizaje (internet) hay que buscar medios apropiados para facilitar el aprendizaje y poder enfrentar el verdadero "vía crucis" del nuevo profesional, su dificultad para insertarse en el mercado laboral, ello explica el recurrente pedido de tener una educación teórico-práctica que incluya las más altas posibilidades de pasantías, en eso hay que concentrar esfuerzos, aparte de proporcionarle al alumno una infraestructura en materia de equipamiento y un ambiente adecuado con orden y disciplina para que el proceso formativo pueda ser exitoso o al menos el deseado por el alumno(a).

Las propuestas de la nueva Ley de Educación Superior
Aparte de que el proyecto de Ley en trámite en la Asamblea Nacional es excesivamente reglamentarista, (más de 200 artículos) en el fondo la propuesta del Gobierno se centra fundamentalmente en tomar el control del máximo organismo de la Educación Superior en el Ecuador, que es el actual CONESUP, a promover se priorice la formación a nivel de doctorados Phd (lo cual es bueno si se lo controla y no pasa lo mismo que con aquellas ofertas ligeras a las que nos hemos referido de títulos o grados académicos de posgrados), se planteó también eliminar el Fondo Permanente de Desarrollo de las Universidades y Escuelas Politécnicas, lo cual en el fondo significaba despojar a las Universidades y Escuelas Politécnicas de su autonomía financiera que tanto esfuerzo costó conseguirla y convertirlas en entidades mendigas de asignaciones del Presupuesto del Estado. En esencia es evidente que el pensamiento del Gobierno apuesta a mantener un control sobre las Universidades y Escuelas Politécnicas afectando su autonomía, lo cual ha provocado el lógico reclamo de las mismas, pues la autonomía afortunadamente reconocida en la Constitución vigente no es una dádiva de ningún gobierno de turno, es una conquista histórica de la Universidad sobre todo en América Latina y el Caribe, lo cual las vuelve independientes del poder político de turno, autonomía necesaria para que justamente pueda producir recursos humanos calificados, para efectuar investigación científica y tecnológica, para promover el desarrollo cultural y de saberes ancestrales, para generar un conocimiento que coadyuve a la solución de problemas del país, para todo aquello requiere gozar de la debida independencia de los Poderes o Funciones del Estado, como afortunadamente lo establece el Art. 225 de la Constitución actual, cuando se refiere al ámbito jurídico-institucional del Estado y de las instituciones públicas. En síntesis pretender por parte del gobierno tener bajo su dependencia al organismo planificador, regulador y coordinador del sistema de educación superior como lo es el CONESUP, es contrario a la esencia de una Universidad, lo cual sería además una acción inconstitucional que esperamos no la recoja la Asamblea Nacional Legislativa.

Informe CONEA
En el presente comentario no se puede dejar de referirnos a las evaluaciones hechas a las Universidades y Escuelas Politécnicas del país. La Asamblea Nacional Constituyente confió al CONESUP (Consejo Nacional de Educación Superior) y al CONEA (Consejo Nacional de Evaluación y Acreditación) una evaluación de las Universidades y Escuelas Politécnicas, al CONESUP en la parte académica y organizacional, y al CONEA un informe de carácter técnico. Sin duda el informe del CONESUP fue mucho más objetivo y preciso por ser un organismo conocedor de la realidad en que desenvuelven sus actividades las distintas Universidades y Escuelas Politécnicas, por ello puntualizó aspectos como el de rendimiento académico, organización, capacidad de gestión, vinculación con la colectividad, investigación, es decir los grandes ejes temáticos sobre los que una Universidad o Escuela Politécnica debe realizar sus actividades, en cambio el CONEA hizo un informe generalizado, no consideró la condición de cada Universidad, olvidó que una cosa es una Escuela Politécnica o Universidad Técnica y otra cosa la acción de una Universidad que realiza una gestión orientada más al ámbito social y humano, unas y otras difieren en las razones u objetivos de su creación, no se analizó el entorno en el que desenvuelven sus actividades, se generalizó criterios evaluatorios sin considerar que la evaluación debe orientarse hacia objetivos específicos, como el caso de la fundamentación filosófica y teórica, sus propósitos y objetivos, los contenidos y estrategias metodológicas previstas y las que realmente se aplican para establecer el impacto social de una institución, lo que incluye el aporte que un programa o una institución hacen al desarrollo científico, tecnológico, económico, social y cultural de su entorno, no se aplicó ninguna guía de autoevaluación lo cual es un requisito conceptual y metodológico que permite a las Universidades realizar sistemáticamente procesos institucionales de evaluación, el cual debe ser previamente conocido para contar con un conjunto de indicadores y criterios que permitan obtener resultados verídicos de la evaluación, no se hizo ningún análisis de la inserción en el mercado laboral de egresados y profesionales, lo que se procuró fue establecer una estadística categorizando la parte académica, investigativa y de gestión administrativa, el entorno de aprendizaje de los estudiantes, concluyendo a base de esas interpretaciones estadísticas y no académicas, una interpretación de datos para terminar clasificando a las Universidades y Escuelas Politécnicas en distintas categorías, lo cual no tiene nada de objetivo y en nada contribuye a lo que una evaluación bien entendida debe perseguir, que es corregir lo que no se está haciendo debidamente sin buscar culpables o establecer sanciones punitivas.

La nueva Constitución suprime el Consejo Nacional de Evaluación Acreditación y lo limita a que sea un Consejo de Acreditación y de Aseguramiento de la Calidad de las Universidades y Escuelas Politécnicas, por lo que la nueva Ley de Educación Superior deberá regular el sistema evaluatorio que deberá aplicarse a las Universidades y Politécnicas del país, y en este campo cabría que respetando el Art. 346 de la Constitución vigente, se establezca un sistema integral que promueva la calidad educativa en los diferentes niveles de enseñanza: básico, bachillerato y superior, en ello deberá trabajarse coordinadamente entre el Ministerio de Educación y el CONESUP.

Relaciones Universidades y Escuela Politécnicas – Función Ejecutiva
Si en algún aspecto debe trabajar con detenimiento la Asamblea Nacional Legislativa es cumplir con el Art. 351 de la Constitución cuando expresamente dispone que "la Ley establecerá los mecanismos de coordinación del Sistema de Educación Superior con la Función Ejecutiva" ese es el gran reto de la nueva Ley si es que se piensa en cohesionar políticas de Estado y mejorar la calidad de la educación superior, para ello es indispensable respetar ámbitos de gestión de la Función Ejecutiva y el que compete a las Universidades y Escuelas Politécnicas, a efectos de cohesionar objetivos con criterios de país.

Situación del docente
En el comentario que formulo existe la propuesta de hacer una especie de clasificación entre docentes e investigadores, lo cual no lo encuentro justificado, la investigación es una actividad incorporada implícitamente a la docencia, no puede haber en docencia universitaria profesores que no investiguen por lo que resulta innecesaria esa diferenciación debiendo quedar para que al interior de las Universidades o Escuelas Politécnicas se estimule la investigación que realice el docente e incluso el alumno cuya tesis de graduación debe ser un trabajo de investigación inédito. De otra parte y esto me parece pertinente la Ley debe precisar las exigencias horarias de un docente a tiempo completo en el que existen indiscutibles abusos por parte de algunas Universidades y Escuelas Politécnicas al establecer cargas horarias de horas reducidas de trabajo, cuando el tiempo completo debe implicar al menos laborar 30 horas semanales o podría llevarse incluso a establecer el mismo horario de 40 horas como lo hace el servidor público, pero ese caso me parece mucho más indicado que debería ser reservado al profesor a dedicación exclusiva, pero para que esto sea posible debe entregarse recursos necesarios para una mejor retribución económica para el caso del docente a tiempo completo o a dedicación exclusiva.

Igualmente estimo importante se estipule la conveniencia de que los docentes a tiempo completo o dedicación exclusiva se incorporan a la tendencia de la educación universitaria contemporánea que demanda existan docentes tutores que dirijan o se preocupen de orientar de manera más personalizada y cercana el aprendizaje del estudiante.
Abril/2010

martes, 9 de febrero de 2010

La ética: una materia pendiente del mundo actual

Portada tentativa del libro del Dr. Luis Ronquillo Armas
Si algún texto tiene en las actuales circunstancias que vive la humanidad un incuantificable valor en materia educativa, es aquel que se refiere a la ética o conducta de las personas, en fin de cuentas al margen de creencias, doctrinas o ideas de cualquier orden, sean políticas, sociales, económicas, etc., si la conducta de una persona no está sustentada en un obrar honesto, sincero y transparente, la misma carecerá de la proyección o beneficio que para el colectivo social debe tener la actitud o posición que adopte una persona frente a la vida.

Por lo antes anotado el autor del texto al que me refiero, sostiene con toda claridad que la fuente "de los problemas no debe buscar explicación ni en la ciencia ni en la tecnología, sino que aquello se halla radicado en el pensamiento y en los actos, es decir en la ética y moral del protagonista de la historia que es el hombre", una verdad de enorme validez e importancia en esta sociedad sometida al imperio del mercantilismo, de la ambición desmesurada, a la falta de valores y a una irrefrenable corrupción.

Pero el libro "Ética general y profesional" del distinguido y auténtico educador Dr. Luis Ronquillo Armas, tiene la virtud que quien lo escribe, ha demostrado durante toda su vida con sus actos y no con palabras, ser un docente que ha educado con el ejemplo, eso le proporciona el aval de que su libro constituya una recopilación debidamente interrelacionada de hechos históricos y de ciencias que influyen en las concepciones que se puedan elaborar a partir del conocimiento, aquello explica el porqué en el Capítulo 1 del Libro, se comienza por familiarizar filosofía, ética y moral, consciente que desde que los griegos colocaron a la filosofía en la cumbre de las inquietudes y sabiduría de las personas, la misma pasó a convertirse en aquella ciencia que nos conduce a investigar la verdad y a tratar de descubrir todos los enigmas invisibles del cosmos, de las contradicciones, de las virtudes y defectos de las personas, por todo lo indicado el autor señala "los humanos no son sabios pero si aman la sabiduría pueden volverse filósofos", ubicando a la filosofía como la ciencia del saber lo cual incluye que la misma también se preocupa de la ética y de la moral.

Es importante resaltar que el autor precisa con mucha claridad, la diferencia entre lo que es ética y moral, haciéndonos notar que la ética como ciencia social se sustenta en los principios de la filosofía para la búsqueda y construcción metódica del conocimiento relacionado con la moral, estableciendo con diafanidad que la ética en definitiva realiza el estudio específico del comportamiento humano, es decir todo aquello que está vinculado y responde a la forma de proceder de una persona, en resumen la ética es la ciencia de la conducta humana y junto a la filosofía comparten y privilegian el uso de la moral y la razón para alcanzar la verdad. La moral en cambio está vinculada en su significado con las costumbres, con aquellos actos que se traducen en hábitos, que a su vez son elementos que intervienen en el proceso del aprendizaje y asimilación. Las costumbres son adquisiciones individuales en las que intervienen factores bio-psíquicos, bajo la influencia del entorno natural y humano, puesto que cada individuo como miembro de un grupo humano está sujeto al inevitable influjo social.

El autor en su afán de abundar en afirmaciones precisas, advierte que ética y moral se encuentran en el mismo terreno, ambas se refieren a la conducta de los seres humanos, la ética como actividad eminentemente intelectual y la moral como actividad práctica, la definición más amplia y completa que recoge el texto es la que sostiene que “la moral es un sistema de normas, principios y valores, de acuerdo con el cual se regulan las relaciones mutuas entre los individuos o entre ellos y la comunidad, de tal manera que dichas normas que tienen carácter histórico y social se acatan libre y conscientemente por una convicción íntima y no de un modo mecánico interior e impersonal".

De la definición antes expuesta se infiere que la moral como conjunto de valores y de reglas de acción, es aquella que se propone a los individuos y a los grupos humanos por medio de diversas circunstancias como es el caso de la familia, la iglesia, la escuela, etc., que para aclararlo mejor el autor, reproduce el criterio de Foucal señalando que la moral equivale al comportamiento real de los individuos en su relación con las reglas y valores que se les propone.

El texto en su propósito de abarcar todo lo que tenga relación directa o indirecta con la ética y la moral, puntualiza lo que debe entenderse por moral y moralidad, la una la moral, como la que se refiere al conjunto de principios, normas imperativas o ideas morales de una época o una sociedad, en tanto que la moralidad hace referencia al conjunto de relaciones efectivas o actos concretos que cobran un significado con respecto a la práctica de la moral, esto es, la moralidad se vincula con el carácter del hombre, en tanto es capaz de actuar en correspondencia del bien y establecer juicios en función de este valor moral.

En una visión sobre la pluralidad y/o diversidad de las morales, el autor sugiere que aquello permite reflexionar sobre la moralidad como una actitud del ser humano que piensa bien y actúa bien con respecto al bien individual y social que pretende alcanzar, en síntesis, se trata de una expresión de la persona orientada hacia lo bueno.

En el muy amplio estudio realizado por el Dr. Ronquillo Armas sobre tan importante aspecto de una sociedad, incorpora también criterios sobre la inmoralidad y establece didácticamente que en el campo de la moralidad la conducta humana es positiva y reconocida como buena, mientras que en el campo de la inmoralidad la conducta es negativa e indeseable, haciendo notar la paradoja de un ser humano que es protagonista de conductas contradictorias, que en ocasiones actúa bien o mal, es decir somos buenos o somos malos, por ello sostiene el autor que “la inmoralidad es la antítesis de la moralidad y se produce por la oposición del sujeto moral a la norma, esto es que el sujeto predispuesto a la inmoralidad se opone a la norma moral, invierte su significado y la contradice realizando el acto que prohíbe”, en esa escala de seres inmorales, el autor menciona al mentiroso, al impuntual, al desleal, al agiotista, y agrega que el acto de mentir es una conducta negativa que oculta la verdad y al hacerlo cae en el campo de la inmoralidad, por ello el autor con claro criterio la ubica como el primer paso para llegar a la ilegalidad.

En el vasto estudio realizado por el Dr. Abelardo Ronquillo, busca precisar también lo que significa la amoralidad, que en síntesis es una acción que se realiza sin moral y al señalar casos que ejemplifican la amoralidad, menciona el caso de un sujeto que ha perdido la conciencia por ingerir alcohol o consume cualquier tipo de estupefacientes, lo cual lo transforma en un sujeto que actúa al margen de normas morales esto es amoralmente, lo amoral no reconoce códigos de conducta, le es igual actuar bien o mal, honesta o deshonestamente, sincera o falsamente.

El origen de la moral debe entenderse nace con el ser humano, cuando comienza a tenerse la suficiente capacidad de raciocinio y vivencias que le permiten diferenciar lo que está bien de lo que está mal, de tal manera que no se puede desprender el entendimiento y práctica de la moral de los procesos históricos vivido por la humanidad, por ello en el análisis de ciertos historiadores sobre un origen ahistórico de la moral, lo lleva a la conclusión de que en ese caso la moral tendría tres fuentes de orígenes: a) Dios como su único origen y fuente de la misma; b) La naturaleza también como la que da origen a la existencia de la moral; c) El hombre impersonalmente considerado como el creador de la moral, aquel criterio basado en ese ahistoricismo al que antes nos referimos, hace que Darwin afirme que “los animales conocen casi todos los sentimientos naturales de los hombres, amor, felicidad, lealtad, etc.", a lo que me permitiría agregar que a veces los animales demuestran un sentimiento más elevado de sensibilidad que los seres humanos, por ello son menos depredadores y más solidarios que los humanos, por eso muchos de estos (humanos) desconocen lo que significan el valor del amor, de la felicidad, de la lealtad, convirtiéndose en seres que sólo sirven para causar daños o perjuicios por su infeliz proceder.

Dentro de la concepción histórica el autor reivindica una concepción antropocéntrica de la moral, en cuyo centro está el ser humano real que piensa, actúa y hace historia en el mundo social y natural al que pertenece, porque sin duda hay que insistir el ser humano es el gran gestor de la historia, porque es el que modifica permanentemente sus maneras de vivir, es el que genera y sistematiza formas habituales de vida y progresivamente va adquiriendo costumbres, cuya importancia radica en que nunca dejó de ser la norma reguladora de su relación con los demás. De de todo lo expresado se infiere que la moral sólo puede surgir cuando el ser humano deja atrás su actitud primitiva, natural, instintiva y adquiere una naturaleza social, es decir, cuando ya forma parte de una colectividad regida por una normativa.

En su muy fundamentado texto, el autor advierte como buen catedrático que la actividad humana provista del debido conocimiento, se constituye en un proceso intelectual y moral para resolver problemas concretos de los miembros de la sociedad, como contribución a aquello que se denomina bien común, por eso sostiene "que la profesión no es solo una ocupación permanente de individuos altamente capacitados y comprometidos con el ideal de servir a la sociedad, sino que la realización de este ideal constituye la suma de esfuerzos altruistas para alcanzar la finalidad ulterior del bien común", por ello agrega que hay que determinar el beneficio que aportará el trabajo de los profesionales a la sociedad, debiendo entenderse que el bien común se refiere al bien que comparten todos los miembros de una sociedad, sin excluir por supuesto al propio profesional.

Con el ánimo de no alargar este prólogo y más allá de las necesarias reflexiones que me he permitido formular de la lectura del texto, en cuyo amplio contenido incorpora todo aquello que está vinculado a la ética y a la moral, reafirmo mi criterio de que este es un texto de un inconmensurable valor, de suprema actualidad, si se consideran las actuales circunstancias que vivimos, por eso este texto significa un extraordinario aporte a la Universidad, a nuestros docentes y a nuestros estudiantes, a nuestro personal de funcionarios y trabajadores, sí admitimos que la sociedad contemporánea atrapada en el pleamar del mercantilismo y el apego a lo monetario, descuidó la práctica de valores, sin cuyo soporte es imposible pensar en mejores niveles de bienestar compartido o de una mejor calidad de vida, por todo ello privilegiar la ética, el renacer de valores y el tener conductas apegadas a la moral, se vuelve el principal desafío para enderezar un mundo donde el tráfico de estupefacientes, el indetenible comercio ilícito de armas, unido a la voracidad de financistas convertidos en atracadores del dinero ajeno, imponen a la sociedad reaccionar para que sancione con el desprecio que se merecen aquellos que con repugnante ruindad, se enriquecen a costa de aprovecharse de los demás y eso es inmoral, por eso es humanamente motivador leer el texto del distinguido profesor Dr. Abelardo Ronquillo Armas, quien sí merece el alto título de Maestro con mayúsculas.

En una época donde los vicios se los elevan a la categoría de costumbres, donde la ética es materia pendiente en el mundo desarrollado y subdesarrollado, en Escuelas, Colegios y Universidades, el libro que me honro en prologar enriquece no sólo el acerbo bibliográfico de la Universidad, sino el espíritu y el intelecto de quiénes somos y nos sentimos parte de ella.
(Texto que conforma el prólogo de la obra Ética general y profesional de Luis Ronquillo Armas, que próximamente Editorial Mar Abierto estará publicando)