martes, 24 de abril de 2012

Ecuador: rumbo a lo incierto



 
Que el mundo desarrollado o subdesarrollado está en crisis, es lamentablemente  en lo único que existe coincidencia, solo voces aisladas pueden sostener lo contrario, el afán desmesurado de una minoría sin pudor por enriquecerse, acumular bienes o dinero,  los ha llevado  a perder de vista  que quien se enriquece perjudicando a los demás, solo consigue generar malestar social  y eso es lo que existe en  países grandes o pequeños, grandes o pequeñas empresas,  a unos pocos (no más del 2%) les sobra el dinero, al restante 98% les falta dinero para satisfacer sus necesidades o completar su presupuesto personal o familiar.

Qué condujo al mundo a esta preocupante  situación donde el avance  de la civilización y el desarrollo de la ciencia y la tecnología no se han  detenido, sin duda la ambición descontrolada por lograr poder o dinero, la falta de sanción e impunidad de los corruptos, el auge del tráfico  de drogas  y  armas, que  asesinan sin compasión a amplios sectores sociales, un consumismo que con el aporte del marketing y la publicidad utiliza medios tecnológicos para aumentar necesidades, la calidad del producto no importa, se vende lo que atrae la vista, la envoltura de presentación y no el contenido es lo que cuenta, incluso las mujeres exhiben cada vez más atributos aparentes, que son fruto de la cirugía plástica. El plástico y lo plástico se imponen, con el agravante que su uso no es biodegradable, aumentando la contaminación que afecta la salud de las personas, en ese ambiente no es de extrañarse que existan mercaderes  que no estén satisfechos con el deterioro del medio ambiente y  busquen mecanismos para negociar la “otra mitad” del medio ambiente, el oportunismo politiquero y las ansias de dinero no tienen límites, a veces hay que pensar que no  es lejana la tesis que la sabiduría está siendo  desplazada por el atrevimiento irrespetuoso de “los sabidos”, a los sinvergüenzas nada los detiene ni los inmuta, la frase del tirano Luis XIV de Francia “après moi, le déluge”, (después de mi, el diluvio) ha invadido el pensamiento y la conciencia de  personas ambiciosas, primero yo, el resto no me importa, cada uno cree que lo que  piensa, llega a saber o desea, es lo único que existe, no entienden que los intereses comunitarios prevalecen sobre los personales o de grupo, ese es el problema a resolver, la irresponsabilidad social crece inefrenablemente, el individualismo es actualmente una norma de comportamiento  que prevalece en el colectivo social, no importa lo que los demás piensan, necesitan o anhelan, si con una mezquina actitud yo me beneficio, qué importa lo que los demás  sufran.

Los sistemas político-económicos ultristas, de libertad económica o empresarial han  fracasado, así mismo se derrumbó  el imperio de los países   detrás de la  “cortina de hierro”, la tesis  de la Unión de Republicas Socialistas Soviéticas y sus países aliados fracasó con la propuesta de tener un partido único, un Estado policiaco que todo lo controlaba y decidía. Hay que comprenderlo bien, el Estado es un medio de organización pero no puede arrogarse  el  rol de ser actor y juez  de todo lo que sucede  en la sociedad, ha sido creado para beneficio de sus asociados,  no para volver esclavos  a sus habitantes, frente al fracaso de ese modelo estatista se optó por la tesis opuesta,  dejar que el mercado sea el regulador de todo lo económico, en ese ambiente  “el pez grande termina comiéndose a los peces pequeños”, comenzaron a crecer los meganegocios liquidando a los pequeños, el llamado “capitalismo salvaje” o “neoliberalismo” condujo a la humanidad a pensar  que todo es negocio, lo lícito  y lo ilícito, ni la imagen mítica del “Che” Guevara escapó a la estrategia de  venta de camisetas con su efigie. Como consecuencia de todo esto el mundo se acerca a un abismo económico, a un estallido social, cuyas consecuencias son imposibles de  prever, comienzan a aparecer los primeros vestigios de ese descontento: “los indignados “ y “kbreados” que se agrupan por la falta de empleos y oportunidades, perciben que políticos y financistas se aprovechan de lo que la sociedad produce, frente a ello  urge  estructurar  un modelo alternativo, un sistema democrático en libertad, con un Estado que controle, promueva, facilite, que sea árbitro  del desarrollo y bienestar, pero no todo poderoso, eso despedaza las instituciones y con ese concepto se afectan los derechos de las personas.



 

“Ahora quién podrá defendernos” exclamaba con su reconocido humor el actor mexicano  Roberto  Gómez Bolaños, por méritos homenajeado  hace pocos días, con jocosidad  simplista nos hacía notar  que su oferta de ayuda  o salvación  era una broma, existía impotencia en quienes nada podían hacer para defenderse de agresiones o injusticias, el inolvidable  Mario Moreno “Cantinflas”, nos deleitó  instruyéndonos que la farsa, la mentira, el discurso enredado, la retórica efervescente  y hueca, la pillería es la que más practican los demagogos  de una politiquera que agrede a la verdad y fabrica sofismas, falsedades, engaños, promesas: digo y hago lo que me conviene, los  intereses personales no conocen de consideraciones  y respeto a los demás, para qué preocuparse de la tragedia humana, si lo cómodo  y rentable es vivir de la comedia humana, Charles De Gaulle el gran gobernante francés lo decía, “los políticos son los primeros sorprendidos de la facilidad con la que los  pueblos creen en sus promesas falsas”, pero esa no puede ser la vida, de hecho  es algo más que eso, es poder sentirse útil  a la colectividad, “el que no vive para servir, no sirve para vivir”, es respetar el derecho de los otros (as), es obrar honradamente,  trabajar esforzadamente, buscar la armonía no la discordia,  esa debería ser la motivación  permanente que nos estimule en el día a día, si es que  llegamos a entender que la felicidad no se logra  con  cosas  materiales  sino con la inmensa alegría de contribuir a que otros sientan la alegría de vivir, ser individualmente feliz es infinitamente  inferior a ver a muchos felices, hay que aprender a compartir, nada más vivificante que compartir con nuestras familias, nuestros amigos, nuestros compañeros, con quien quiera compartir, con quienes todavía disfrutan del placer de interrelacionarse personalmente, desventuradamente las relaciones interpersonales están siendo remplazadas por mensajes de textos a través de la telefonía móvil, del internet, es correcto utilizar  la tecnología para facilitar  nuestras  actividades, pero no volvernos dependientes de ellas, el número de adictos  dependientes de objetos tecnológicos también  va incrementándose en  el ámbito   de las relaciones sociales.

Hace más de 2.000 años Cristo predicó: “amaos los unos a los otros”, “hay que amar  al prójimo como a uno mismo”, demandaba una mayor preocupación por los pobres, de ellos “será el reino de los cielos”,  era un convencido de que lo espiritual y ético  debe prevalecer  frente a las ambiciones materiales, la verdad era su bandera, esa fue su predica, su enseñanza, no creía en la conflictividad, la violencia,  ni en el uso de la fuerza como mecanismo para vivir en paz, en armonía social, para alcanzar una mejor calidad de vida. Era opuesto al revanchismo, a la venganza, al odio, por predicar estos preceptos y esa filosofía de vida fue crucificado, dejó lecciones de vida  que cultivaron muchísimos seguidores, desgraciadamente no fue bien entendido,  ni siquiera  por los miembros del clero, algunos de ellos engolosinados  por su poder eclesiástico le pagaron a Dios con la misma tesis  que él concibió “quiso hacer a los seres humanos a su imagen y semejanza”  muchos de los que se dicen creyentes “hicieron a Dios a su imagen y semejanza”, tan incomprensivos somos los seres humanos, que Martin Luther King, en días cercanos a su asesinato, exclamó, “me niego a creer que la aurora radiante  de la paz  no sea posible”, pacifistas como Mahatma Gandhi,  murieron luchando  por el ideal de la paz, Bolívar solo atinó a decir en la nostalgia de su enfermedad terminal, “si mi muerte contribuye a que cesen las facciones  y se consolide la unión yo bajaré tranquilo al sepulcro”, Alfaro creyó en el perdón y el olvido cristiano, quienes discreparon con él, lo odiaban o no lo toleraban,  lo masacraron bárbaramente, por eso hay quienes afirman  que “los monos son demasiados buenos, como para que el hombre descienda de ellos”.

El presente es fruto del pasado, la historia nos enseña, nos entrega antecedentes de lo acontecido,  hay que preguntarse, cuál es “el punto de quiebre” para construir una mejor sociedad, sin duda está en luchar  por la plena vigencia de los derechos humanos, porque se respeten las garantías fundamentales de las personas, el primer artículo de su histórica declaración que costó siglos de lucha y millares  de muertes, invita a la fraternidad, ese es el camino, camino que hay que transitarlo  con la sana compañía  de personas  que no causan daño a los demás, “el  mal del mundo  es no combatir lo malo”, no se puede ni siquiera cristianamente estar conviviendo con Dios y con el Diablo, el deshonesto que roba al otro, no puede ser invitado a compartir una causa de gente honesta, un criminal que asesina  a sus semejantes,  no puede ser convidado a compartir con quienes  respetan la vida de los demás, un desleal no puede formar parte del  grupo de apóstoles de la justicia, de la verdad, de la libertad, su condición  de Judas ensucia  y contamina cualquier ambiente, lo vuelve promiscuo, hay que aprender a escoger compañeros de ruta, no hay que olvidar el axioma  “dime con quien andas y te diré quién eres”, “hay que poner de moda la honradez”, nos pedía Séneca, sin valores y virtudes no es posible ninguna convivencia saludable, apostemos por escoger el difícil reto de desafiar la farsa, la corrupción, la falta de escrúpulos, la impunidad, hay que  ser firmes en nuestros superiores anhelos humanos, mantengamos la legitima aspiración de pensar que el imperio de la justicia sí es posible,  que dar la razón a quien la tiene no es difícil, que no cuesta nada ser respetuoso del derecho ajeno, que tampoco es difícil despreciar al sinvergüenza, al insolente, al que se aprovecha de la buena fe de los otros, tengamos ideales, principios, aprendamos a vivir sin perturbaciones, tengamos la inteligencia mínima  de entender que vamos en la misma nave, y para no naufragar  en una sórdida batalla  de intereses que se contraponen,  rememos en una dirección que posibilite con la practica de  las virtudes  y al amparo de  principios inclaudicables e intransigibles, alcanzar los más altos anhelos de una vida tranquila y feliz, sin pensamientos atropellados por nuestra propia descomposición  y ambiciones bastardas, recordemos permanentemente que el que vive sin tratar de alcanzar poder, de acumular  fortuna, el que práctica el desinterés, ese vive feliz, vivamos vigilantes del comportamiento y actitudes de las personas, de sus acciones, las palabras que no van acompañadas de conductas y acciones coherentes, son solo  eso,  palabras.




Futuro inseguro e imprevisible
El poeta español Félix María de Samaniego estuvo acertado en su frase “hay que entender que si el presente no está seguro mucho menos lo está el futuro”, no es alejado de la realidad sostener que el mundo asiste a un cambio  de civilización, los modelos políticos y económicos que hemos vivido están agotados, el sistema comunista se derrumbó junto con el reprochable muro de Berlín que dividió infamemente una ciudad y un país: Alemania, su modelo capitalista está cada día más agrietado, hay males sociales que avanzan, el narcotráfico  y con ello el crimen organizado , el tráfico  de armas sigue siendo un buen negocio y con ello los vientos  de una nueva guerra soplan con posibilidades de convertirse en un remolino de devastadoras consecuencias, Estados Unidos y Europa, ven tambalear su  antigua supremacía, las democracias van  cediendo terreno a las autocracias, en fin, el panorama es sombrío y el futuro asoma nublado.

En nuestro pequeño Ecuador no existe un proyecto de país de largo aliento, lamentablemente se  mantiene una cultura política que prioriza  la inmediatez, lo coyuntural, lo mediático, lo electoral, en definitiva no se piensa en las nuevas generaciones sino en las próximas elecciones, con excepción de la Revolución Liberal Alfarista  que buscó construir un país para el futuro, en los restantes gobiernos civiles o militares (incluyendo el largo  periodo de García Moreno 1861-1875, y la dilatada influencia de  Velasco Ibarra  1932-1972) no existió un plan orientado  a sentar bases sólidas para edificar un mejor país para el futuro, plan en el que sin duda el  factor confianza se constituye  en el soporte fundamental,  para ello hay  que privilegiar el interés nacional por encima de intereses  de grupo  y facciosos, sean estos de  índole político o económico,  para que esto sea factible debe pensarse en la unidad del país en  base a objetivos nacionales identificables, definidos. Aquello llevó a Alfaro a construir una red de ferrocarriles que uniera las distintas  regiones  del país, que nos  hiciera sentir que somos parte de una misma patria, que tenemos intereses  comunes, que todos somos iguales ante la ley, que no pueden existir ni privilegios ni abusos, que no deben haber tratos discriminatorios en razón de edad, sexo, raza, condición social  o económica, es en este aspecto que  garantizar el pleno ejercicio de los derechos humanos se vuelve un imperativo, para que ello sea viable, es necesario contar con una administración de justicia recta, independiente, autónoma económicamente,  transparente, que aplique la ley sin temor ni favor, ajena a influencias de gobiernos de turno,  con jueces  impermeables al soborno y al tráfico de influencias.


Democracia  real  o formal
Para  comprender lo que es una democracia es indispensable pensar en el origen etimológico de esta palabra, tan usada y tan poco practicada, demo=pueblo y cracia=gobierno, es decir gobierno del pueblo, de tal manera  que una democracia  existe solo en la medida que se gobierna para el conjunto de la población  de un país, en una democracia el pueblo elige a sus gobernantes y esos gobernantes se deben al pueblo, es el gobierno nacido del pueblo,  y debe ser ejercido para el pueblo, por eso en una democracia el gobernante es el mandatario y el pueblo, el mandante,  que incluso puede revocar el mandato dado al gobernante. Simón Bolívar definió a un gobierno democrático como aquel que es capaz de darle  a su colectividad  la mayor estabilidad, seguridad o tranquilidad y el mayor bienestar posible, esos indicadores  no están  cerca de ser conseguidos y disfrutados en el Ecuador, es verdad que el gobierno del Presidente Econ. Rafael Correa Delgado, ha logrado controlar la inestabilidad política imperante, ha construido un liderazgo robusto,  esos son sus principales logros, aunque para ello, en el ejercicio de su gobierno  haya exhibido actitudes  con una dosis de autoritarismo y sembrado algún nivel de temor,   de miedo,  de percibirse que existe represión. En todo caso, en cuanto  a estabilidad el balance  es positivo, no se puede afirmar lo mismo  en cuanto a tranquilidad pública, la seguridad ciudadana sigue siendo una asignatura  pendiente, la delincuencia no ha sido detenida, incluso hay ascenso del crimen organizado, pandillas de sicarios originadas por el crecimiento del narcotráfico  que va penetrando en cada vez más amplios sectores sociales. Desde el punto de vista  económico tampoco existe tranquilidad, al asumir el gobierno excesivas facultades provoca que unos puedan disfrutar del uso del poder con la mayor discreción y amplitud posibles, y otros, la mayoría, deban someterse a lo que decidan los funcionarios con  atribuciones para tomar decisiones, eso genera incertidumbre, intranquilidad, desconfianza en quienes no tienen acceso  a los círculos cercanos del  gobierno. 

Cómo medir el bienestar,  para ello hay necesidad  de considerar una serie de  factores que confluyen al logro del mismo, entre ellos el que la población goce de garantías  respecto de sus derechos individuales y colectivos como son: la libertad, el respeto a la dignidad y la honra, a la privacidad  de sus comunicaciones, a transitar por el territorio nacional, a entrar y salir del país, el derecho a un debido proceso, a estar informados  de los acontecimientos que se suceden en el país o en el exterior, a gozar de derechos políticos  para elegir y ser elegidos a cualquier cargo público. A ello habría  que agregar el tener la posibilidad de una vida confortable, que incluya acceder a una buena alimentación, con ingresos que permitan financiarla, lograr una plaza de trabajo, un empleo, que existan garantías para la inversión  a través del ahorro  o de la inyección de capitales internos  y externos, una confiable atención a la salud, a una buena educación, programas de vivienda social para tener un hogar confortable, una seguridad social que posibilite estar cubiertos en momentos en que disminuye la capacidad de autogestión, como los casos de vejez, viudez, cesantía, invalidez, programas de  ayuda especial para los niños, adultos mayores, discapacitados,  minorías étnicas, programas de crédito para pequeños productores, sobre todo en el campo agropecuario y pesquero, para el sector artesanal, para el microempresario, en definitiva  hay que procurar que todos tengan una vida sin apremios y digna, que existan  buenos servicios públicos, entre estos contar con suministro de agua potable, alcantarillado sanitario, luz eléctrica,  telecomunicaciones, vías de comunicación, cuando se apunte a lograr toda esta gama de servicios públicos se puede hablar de la existencia de un buen nivel de bienestar compartido.

Por qué sostener que existe un futuro incierto, porque el país depende   cada vez más del precio del petróleo, que a su vez depende de la economía externa, porque hay un país con un creciente  gasto público corriente, el cual  es muy alto  en relación a su Producto Interno Bruto, la deuda pública externa y la interna principalmente con el IESS crecen,  eso solo contribuirá a deteriorar a futuro las condiciones de vida de la población, la inversión es escasa, aunque hay que destacar la alta inversión en proyectos de generación eléctrica, eso es positivo, sin embargo en el contexto de una visión de país, el crecimiento económico es de baja expectativa, la ecuación crecimiento económico frente a la inflación se neutraliza, estamos lejos de lograr consensos mínimos para definir objetivos nacionales de largo aliento, frente a ese panorama solo queda esperar que los recursos naturales que no son renovables,  sigan brotando de las entrañas de una tierra que ha sido siempre generosa en todos sus aspectos, la explotación minera  comienza a ser de gran atracción  y  potenciará los ingresos públicos. No quedan dudas, el país siempre fue como una nave “al garete”, su riqueza natural y diversa  hizo flotar la nave del Estado, por eso no hemos naufragado.

Corolario
Sin que esta sea una visión pesimista de la realidad presente y futura, es indiscutible que el individualismo, el consumismo y la tendencia a lograr con facilidad lo que debe ser obtenido con esfuerzos y sacrificios, ha  destrozado toda tabla de valores,  más  allá de los cambios climáticos y las sequías, de las inundaciones y contaminaciones ambientales, el mundo está  sumergido en un oleaje de una irrefrenable corrupción  y en ese ambiente solo existe una posibilidad: el deterioro de las condiciones de vida del conjunto de la población, no hay que olvidar: el que se enriquece deshonestamente perjudica a todos.