Sin duda la Patria es más un sentimiento, una emoción, un objetivo indescriptible y permanente, antes que un frío concepto elaborado a la luz de la razón, del artificio de la ley, del análisis crítico de ideas sazonadas al amparo de reflexiones nacidas de la inteligencia o creatividad humana. Esa patria se fortalece a través de logros alcanzados, de anhelos espirituales, de sueños y esperanzas míticas, reales o imaginarias, que al ir calando en el alma social, van engendrando una identificación con algo que no se alcanza a definir bien, pero que tenemos conciencia que debe existir, que vive en la hondura del alma y de quienes nacen o habitan en ella, como estimulo permanente para la consolidación de un país, de un Estado, de una Nación, de una comunidad que se forja y se nutre con acciones que van formando lazos tejidos por tradiciones, con costumbres ancestrales, que nos unen con recuerdos que el tiempo no es capaz de borrar de la memoria colectiva.
Así entendida la Patria como ente que nos fortalece y del que somos parte, nos lleva a una indiscutida conclusión, la Patria tiene algo de fábula, algo de leyenda y mucho de historia, si es así, no están equivocados los poetas al afirmar que la poesía es la que le da contenido a la historia, es el alimento que da vida a la colectividad de la que formamos parte, es la arteria que transmite y hace latir una aspiración común que se forma por el hecho de haber nacido en un determinado territorio, cuando un afecto común, que se vuelve iconográfico en los símbolos patrios (Escudo, Bandera, Himno Nacional), nos impone respetarlos y se convierten en emblemas que cobijan los más elevados propósitos de realizaciones que por ser comunes nos convocan a todos(as) para alcanzar fines que interesan al colectivo social y procuran generar un bienestar compartido.
De lo expuesto afirmo sin vacilaciones y con profunda convicción, que la Patria será siempre un proyecto en construcción, cuya meta debe consistir en el deseo común de convertir un anhelo personal en un anhelo colectivo, a eso podemos definirlo como patriotismo y para que este exista, se debe poseer una aguda sensibilidad humana, que nos despoje de egoísmos, que nos invite a interpretar o captar con fidelidad el interés o afán de todos, a que seamos tolerantes, para responder con nuestras actitudes y nuestras acciones a las aspiraciones que nos son comunes, sin que ello signifique el despropósito de tratar de contentar o convencer a todos, justamente aquello excluye tratar de satisfacer a nadie en particular, pero si tratar de satisfacer a todos en general, en fin de cuentas los seres humanos nacemos iguales, la ambición, la vanidad, la mezquindad, las conveniencias, el egoísmo, la deshonestidad, el abuso, el aprovechamiento, el enriquecimiento no justificado, la deshonestidad, nos convierten en desiguales y genera inequidades e injusticias sociales, de ahí la importancia de cultivar valores éticos en los y las ciudadanos y ciudadanas, los seres humanos no somos perfectos, pero si podemos tratar de cometer el menor número de errores y ser lo menos equivocados que sea posible, ese debe ser un reto y conducta que debemos asumir sin prisas y sin pausas.
Todo análisis serio necesita ser fundamentado, por ello es necesario recordar al padre de la historia Heródoto, a quien se lo calificó por críticos y amigos como un creador de fábulas y de leyendas, igual crítica se hizo en el Ecuador al que no se discute y se reconoce como nuestro primer historiador, el Padre Juan de Velasco, cuyo mayor mérito fue exactamente el tratar de crear y construir una noción de patria, por ello se sostiene que la primera gran novela ecuatoriana es la Historia del Ecuador fue escrita por el ya mencionado Padre Juan de Velasco, a él le pertenece la teoría de que en la cima de un monte fue depositada desnuda una pareja humana, Quitumbe y Llira, que tuvieron un hijo Guayanay que significa golondrina, que voló y pobló las llanuras que estaban cerca del monte alto, fueron las llanuras pobladas por los Quitus y por sus invasores los Caras. Existe otra teoría y es la que el Ecuador nace como fruto del amor del Inca Huayna Capac con la princesa Pacha, de cuya unión engendran a Atahualpa, que en la célebre batalla de Quipaipan derrota a Huascar en defensa de la heredad territorial, de la dignidad y soberanía patria. La leyenda cuenta que en la historia del Ecuador predomina la influencia de la mujer, las Amazonas, mujeres blancas esbeltas, fuertes, que misteriosamente habitaron en el territorio nacional en la región oriental y cuya existencia da origen al nombre del Río Amazonas, las dos Manuelas, Manuela Cañizares, la líder de la insurrección independentista del 10 de Agosto de 1809, Manuela Saénz, la amante de Simón Bolívar, conocida como “la libertadora del libertador”, aparte de aquello Ecuador tiene su Santa, Mariana de Jesús Paredes y Flores, que también es parte de la leyenda e historia nacional.
Surge a partir de lo expresado una lógica interrogante: existe la Patria o es un sentimiento místico, un enunciado, una palabra, a la que se le da un significado de algo superior, la respuesta es que la Patria existe, como un sublime pensamiento y un vinculo afectivo de un conglomerado humano establecido en un territorio determinado, sometido a una organización que a lo largo de la historia ha tenido y vivido varias etapas, que comienzan con las hordas, con los clanes, tribus, confederaciones de tribus, comunas, hasta llegar a una forma más moderna y sobre todo civilizada de organización que es el Estado, cuya principal particularidad es que la sociedad que forma el Estado esta sometida a un orden normativo de carácter jurídico y/o legal, por eso la ley a la que decidimos someter nuestros actos, es siempre de carácter general, impersonal, rige para todos, establece derechos y deberes de gobernantes y gobernados, es el instrumento a través del cual se resuelvan las controversias o conflictos que se producen entre personas o entre personas e instituciones públicas o privadas, de tal manera, que en un Estado si es que es democrático, nadie esta exento de cumplir con la Ley, nos convertimos en definitiva en una sociedad jurídicamente organizada, las personas en cualquier posición que se encuentren como autoridades o súbditos, estamos sometidos a lo que disponga la norma legal, eso significa ser un Estado de Derecho, un país democrático, sin respeto a la ley es imposible lograr la paz, los códigos que recopilan las normas jurídicas deben ser básicamente códigos de comportamiento.
El ser humano = falto de patriotismo
Si es tan hermoso y gratificante el sentimiento patrio, porque existen seres humanos que se resisten a ser patriotas, fluye la pregunta ¿Qué es lo que hace tan difícil que ese amor que se siente por la tierra que nos vió nacer, no se exteriorice o convierta en un esfuerzo constante, en una alegre realidad compartida por todos?. Para poder explicarlo de una mejor manera, recurro al análisis científico de Maquiavelo, en su célebre obra “El Príncipe”, donde relata con apego a la realidad surgida de hechos y personajes vividos y conocidos por el autor, que lo lleva a concluir en una verdad indiscutible, las sociedades son gobernadas por seres humanos y los seres humanos proceden en la vida de acuerdo a cuatro motivaciones, que a su vez dan origen a tipologías de personas cuya principal característica de vida difieren unas de otras, por ello existen personas en las que prevalece el egoísmo, a esta clase de seres humanos sólo les preocupa o interesa su vida, cuanto pueden lograr para su satisfacción personal, es una persona ajena a interesarse por los demás, su ego es lo único importante, aceptan todo lo que suceda con tal de no perturbarse, no les interesa lo que acontezca en la sociedad, se resisten a meditar sobre problemas existentes y sus posibles soluciones, desconocen la rebeldía ante lo injusto, son cómodos, les resulta igual que alguien sea pícaro u honesto. Existe otra clase de personas donde su principal preocupación es la ambición por el poder, buscan alcanzar un alto cargo público para tener poder, desconocen amigos, son capaces de atropellar todo tipo de principios y valores, si le es preciso no vacilan en avanzar afectando a sus familiares, si tienen que transar con Dios lo hacen sin el más mínimo rubor, con igual actitud y sin inmutarse también transigen con el Diablo, para ellos no existe diferencia entre el bien y el mal, los ambiciosos de poder son personas que generalmente carecen de escrúpulos y lealtad, lo único que les importa es como alcanzar posiciones de mando para usufructuarlas, para promocionarse, para obtener beneficios o satisfacer vanidades personales, familiares ó del grupo que lo sigue o acompaña en el poder. Existen las personas ansiosas de tener dinero, son aquellas que se fijan como meta en su vida acumular la mayor cantidad de bienes o recursos monetarios que les sea posible, entre más dinero acuñan en su vida se sienten más realizados, ese afán por tener dinero, los lleva a obrar en todo cuanto hacen, pensando en cual es el lucro a obtener, la utilidad o ganancia en metálico que obtienen, para ellos todo es negocio, su prioridad es como pueden aprovechar cualquier circunstancia para incrementar su patrimonio, no tienen otra patria y otro Dios que el dinero, de esta ansiedad descontrolada por ganar dinero surge la leyenda del Rey Midas, que se dedicó a ganar todo el dinero que le fue posible sin considerar la situación de los demás, aquello lo convirtió en un hombre de oro , todo lo que consiguió tener a su alrededor era oro, pero del oro no se vive, no se alimenta, de aquella leyenda surge la tesis “el dinero No es capaz por si solo para alcanzar las más importantes satisfacciones humanas, únicamente es necesario para poder supervivir”, en fin de cuentas la ambición por tener dinero lleva al ser humano a enfrentarse con el que no comparte o apoya sus deseos, eso lo deshumaniza, lo vuelve esclavo de su propia ambición y puede terminar convirtiéndose en el ser más desgraciado y pobre de los seres humanos, que es el caso del avaro, aquel que en su placer por ganar y ahorrar dinero termina volviéndose un ser que vive permanentemente buscando como no gastar, afectando su propia comodidad o confort, en definitiva no sólo que se empobrece espiritualmente, sino que se convierte en alguien tan pobre, que olvida aprender a utilizar el dinero para satisfacer sus necesidades, su única satisfacción termina siendo como poseer la mayor cantidad de dinero y bienes que le sea posible, su lema es “cuanto tienes, cuanto vales” ó piensa que el dinero lo consigue todo, lo cual es un error, lo que si es importante es saber utilizar el dinero aprendiendo a ahorrar y gastar buscando vivir con las más anheladas satisfacciones que son más humanas que materiales.
Es necesario resaltar que si un personaje une su ambición de obtener poder y dinero es un sujeto en el que no se puede ni se debe confiar, se convierte en el más abyecto y canalla de los seres humanos, la mentira, la infamia y la ofensa, son las armas que utiliza para alcanzar sus propósitos. Existe de acuerdo a Maquiavelo un cuarto tipo de personas, el hombre de honor, es aquel que privilegia una vida digna, honesta, responsable, su principal característica es que es soñador, vive con ilusiones, es idealista, desinteresado, sólo busca ser una persona laboriosa, respetuosa de los demás, útil a sus semejantes, la gran recompensa de su vida es que no esta preocupado por ver como obtener prebendas de los demás o como los engaña, por eso vive sin perturbaciones, con optimismo, con su conciencia tranquila, es victima de incomprensiones y del celo y maldad ajena, ejemplo de esta clase de personajes son Bolívar, Alfaro, entregaron su vida y sus bienes para que exista una mejor patria, eso lo lograron y los vuelve ejemplos de vida, se realizaron humanamente, aunque sus sueños e ideales no siempre fueron comprendidos, por ello Bolívar murió virtualmente solo y abandonado, Alfaro fue cruelmente asesinado, la frase de Bolívar “antes que me llamen libertador prefiero que me digan que soy un buen ciudadano”, y sentenció “el honor y la gloria de un hombre no esta en el poder, sino en ser un buen ciudadano”, he ahí el más claro criterio de lo que debe aspirar a ser una persona. Para los que no entienden o aceptan esta verdad incuestionable, sólo cabe recordarles que así piensa y actúa la gran mayoría de personas, el ser humano jamás lucho por la opulencia, luchó históricamente por ser libre, por vivir dignamente, por trabajar para subsistir, aunque los ambiciosos de poder y dinero buscan prostituir a los demás con dádivas o mediante la entrega de migajas de lo que obtienen de sus fechorías, de las influencias que les proporciona el dinero y poder que tienen o ejercen.
Ecuador: “Último día del despotismo y primero de lo mismo”
Es la frase fatídica con la que ha vivido políticamente el Ecuador, cuyo nombre es arrancado de una línea imaginaria que divide al globo terráqueo, por ello no es difícil deducir y saber que estamos ubicados geográficamente, en una pequeña parte de las dos mitades en que se divide imaginaria pero no realmente al globo terráqueo, el Norte y el Sur, resulta irrelevante que establezcamos si estamos en el Norte o en el Sur de este satélite del cosmos llamado Tierra. Hay que tener cuidado en decirlo, los gobernantes ambiciosos de poder y dinero nos han colocado en el Sur, afortunadamente aquello no me complica ni confunde, personalmente nací en el Sur muy cerca de la línea imaginaria de la mitad del mundo, aunque mis ancestros vienen del Norte. Volvamos a lo que nos interesa en este capitulo, salvando el gobierno auténticamente revolucionario de Alfaro que luchó por darnos libertad, igualdad de derechos y deberes, libertad de culto y conciencia, equidad de géneros, unir una patria dividida regionalmente, educación libre y de buena calidad, seguridad jurídica, respeto y vigencia de los derechos humanos, todo aquello cobijado en sus ideales y convicciones profundamente democráticos, sus ideas políticas se identificaron con los postulados de la Revolución Francesa “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, con su visión de estadista fue sin lugar a dudas el gran forjador del alma nacional del siglo XX, que lo convierte en un gran constructor del país, un soñador por dotar al país de un sentimiento de nación en el más exigente sentido de la palabra, hizo mucho por el Ecuador y ese mestizo manabita ( hijo de un republicano español y una nativa de Montecristi) fue reconocido por el Ecuador de fines del siglo XX y principios del siglo XXI como el mejor ecuatoriano de todos los tiempos, por eso su gobierno paso a la historia e hizo historia escribiendo páginas que resaltan en la todavía corta existencia del Estado ecuatoriano.
Cual la importancia de la frase “último día de despotismo y primero de lo mismo”, (se afirma fue escrita primeramente en las paredes de las calles de Lima) el que lamentablemente así hemos vivido como país, entre esperanzas y frustraciones, entre afanes de cambio y el resentimiento o desengaño de que todo ha seguido igual o peor que antes, por ello la frase es también una invitación permanente a construir un mejor país, eso es posible, el ejemplo de Alfaro nos hace sentir optimistas, desgraciadamente y quienes para confundir utilizan falsamente el nombre de Alfaro, ha configurado una multiplicada caterva de audaces, cínicos y sinvergüenzas, existen lamentablemente unos cuantos picaros y/o aprovechadores, que ofenden su memoria, cuando una de las virtudes sobresalientes de Alfaro fue la honestidad, su autenticidad, su apego sin disimulos ni desvíos a la doctrina liberal radical, jamás predicó lo que no era capaz de hacer, fue coherente entre su palabra y su acción.
El anhelo de un cambio en democracia y democrática vive en lo más hondo del alma ecuatoriana, aquello nos impone luchar permanentemente por la defensa de la libertad, el Ecuador profundo y diverso no es partidario del autoritarismo, del totalitarismo, somos herederos de la lucha libertaria de Bolívar, el nos creó y nos fundó como Republica libre, altiva, soberana, Bolívar como Espejo, Alfaro, Montalvo, nos legaron libertad, esa es la antorcha que ilumina y se anida en la conciencia cívica de las (os) ecuatorianas (os), cualquier salida de esa ruta democrática a pretexto de cambiar, es traicionar la esencia misma del gran anhelo democrático de cambio, “todo menos la dictadura” lo sentenció Alfaro.
No se puede dejar de reconocer en nuestra historia, la estatura de un gran republicano como Vicente Rocafuerte, su sólida formación lograda en Europa, lo coloca como uno de los más lúcidos Presidentes que ha tenido el Ecuador a lo largo de su trayectoria como país, fue uno de los precursores del advenimiento de un gobierno civilista para terminar con el gobierno militarista de quien fue el primer Presidente del Ecuador, el General venezolano Juan José Flores. Tampoco se puede negar la labor como buen administrador y constructor de una amplia obra pública y educativa de Gabriel García Moreno, lamentablemente su fanatismo religioso oscureció su labor al establecer que para ser ciudadano se requería profesar la religión católica, en una actitud excluyente, sectaria y absolutamente antidemocrática.
En todo caso el país ha vivido desde que nace como país independiente y soberano, entre gobiernos constitucionalmente elegidos y dictaduras militares, todos los gobernantes en su turno buscaron redescubrir el país, reinventarlo, pretendiendo borrar el pasado, en una especie de “borra y va de nuevo”, pero aquello que ha sido perjudicial para el país no ha sido tan negativo como el auge de un populismo que ha buscado y busca explotar el sentimiento o resentimiento de las clases más pobres y de menos niveles de educación, gente que penosamente gusta oír promesas antes que verdades, eso hizo que en el siglo XX después del ocaso del liberalismo y el advenimiento de la llamada Revolución Juliana, promovida por jóvenes militares, tuviera un gran protagonismo como caudillo, el Dr. José María Velasco Ibarra, cuya presencia en la política nacional logró tener una incuestionable influencia durante alrededor de 40 años (1932-1972), dejando una escuela que tuvo sus seguidores, cuyo más notorio exponente de sus prácticas políticas, fue el partido político CFP (Concentración de Fuerzas Populares) del que surgieron dirigentes como Carlos Guevara Moreno y Asand Bucaram, cuyo mecanismo para convocar y convencer a las masas populares, fue el discurso de tarima, esgrimiendo proclamas antioligárquicas, aunque cuando alcanzaron el poder gobernaron con la coparticipación de la oligarquía, esa es la forma de operar del populismo de gran gravitación en la vida de los pueblos latinoamericanos y caribeños, actúan con una postura cuando aspiran al poder, cuando captan el mismo obran con total incoherencia, contradiciendo en los hechos lo que han afirmado con palabras, por eso el Quijote nos enseñó que “del dicho al hecho hay mucho trecho”, lo sensato y racional siempre será creíble, lo tumultuoso, estridente y escandaloso sólo encierra una forma de tratar de convencer con falsas promesas y mentiras.
Hay que superar la desventaja de haber sido una Real Audiencia o una Presidencia de Quito, lo que nos colocó como un país en desventaja frente a nuestros vecinos que tuvieron la condición de Virreinatos, tanto el de Nueva Granada al Norte o el de Lima al Sur, aquello explicaría nuestra debilidad como país que ha sufrido múltiples desmembraciones de su territorio.
Estado gendarme VS. Estado democrático
El Estado nace como una organización moderna de un país, para que un Estado exista es necesario que haya un conjunto de habitantes ocupando un determinado territorio y que exista un ordenamiento jurídico al que se sometan todas las personas que forman el Estado. Debe advertirse que quienes se unen para formar parte de un país, tienen lazos históricos comunes, son herederos de un mismo territorio, tienen un idioma oficial común, costumbres similares, un folklor con rasgos afines, una religión prevaleciente, en síntesis una historia semejante que crea un vínculo solidario que los motiva a unirse para perseguir objetivos y fines comunes.
Los Estados para su existencia requieren del reconocimiento de los demás países del mundo, eso les otorga soberanía e independencia, intangibilidad de su territorio, igualdad de trato sin diferencia de poderes militares, políticos, económicos, el derecho de autodeterminarse libremente sin injerencia externa, darse el gobierno que a bien tengan, justamente es en esta libertad de gobernarse sin intervención de otros países, que surge la posibilidad que puedan darse gobiernos que conviertan al Estado en un ente superpoderoso, que todo lo decide, lo regula y controla, de esa posición emerge un gobierno, fuerte, arbitrario, represivo, totalitario, de corte policial que es al que se llamó Estado-gendarme, quienes ejercen el gobierno son los que determinan que pueden hacer, dejar de hacer o no hacer los habitantes de un país, en que pueden emprender, son los que planifican y establecen cuales son los objetivos y prioridades nacionales, definen cual es su modelo de gestión y desarrollo, porque opciones de vida deben optar sus asociados, frente a ese modelo de gobierno de un Estado despótico y absorbente de todas las atribuciones para señalar el rumbo que debe seguir la sociedad, surgió un modelo de Estado opuesto, aquel que se conoció como el del imperio del “laisser faire laisser passer”, (dejar hacer dejar pasar), este es un modelo de gobierno en el que el Estado todo lo permite y deja al libre arbitrio de las personas lo que deben hacer o no hacer, lo cual coloca en ventaja al que es fuerte políticamente o económicamente frente al que no tiene esas posibilidades, lo cual termina por generar desigualdades y eso no es lo más conveniente para el conjunto de la sociedad.
De lo antes expuesto se plantea el interrogante: debe la persona, el ciudadano (a) estar al servicio del todo poderoso Estado o este justamente se constituye para favorecer el bienestar de todos(as), la respuesta es obvia y lógica, el Estado es un medio que las personas encuentran para buscar un bienestar compartido, mejores condiciones de vida para todos y todas, en consecuencia es deber primordial del Estado respetar los derechos fundamentales de sus asociados y jamás convertirse en el capataz , el que todo lo decide y controla, restringiendo o lesionado garantías fundamentales del individuo, atemorizando a los habitantes para impedirles cualquier tipo de petición o reclamo. Entendido que el Estado debe estar al servicio de quienes lo conforman, sin distinciones de índole política, económica, social, religiosa, género, etc., también resulta lógico que tampoco es admisible la tesis del Estado paternalista que tiene que darnos todo, al que podemos exigir todo, ese tipo de Estado dadivoso tampoco es el rol que le corresponde a esta forma de organización de un país, a lo que el Estado si debe responder es por el bienestar y felicidad de todos, debe hacerlo a través de sus distintas instituciones y funcionarios que deben comprender que son mandatarios del colectivo social, son mandatarios cuya principal obligación es servir a sus ciudadanos y gobernados, el Estado se crea para que pueda existir quien gobierne, para que norme las actividades de sus habitantes, para que sea el que aplique la ley sin favoritismos, el que establezca controladores del uso de los recursos públicos, el que señale como se organiza y como se elige a sus gobernantes, el Estado no puede tener otro rol que no sea el de ser el instrumento o medio para alcanzar el bienestar de todos los que lo integran, el gran facilitador y promotor del interés general, para ello esta investido de la facultad de regular o normar la vida en sociedad, pero jamás para imponer a través de quienes ejercen el poder lo que las personas deseen hacer de sus vida, sin que ello signifique que quienes gobiernan un país no deban preocuparse porque exista orden y respeto entre quienes habitan su territorio, sin lo cual lo que existiría sería caos y anarquía y eso es fatal para la sociedad.
Estado y economía
Los asuntos que deben ser manejados por quienes dirigen un Estado, requieren que ellos tengan tener criterios fundamentales sobre los diversos aspectos que inciden en la heterogénea composición de una sociedad, que demanda tener claras ideas sobre causas y efectos de una determinada situación, aquello exige a la vez conocer hechos y personajes que influyen o confluyen para que se produzca un acontecimiento, lo que sucede es generalmente causal y no casual.
Si algún aspecto merece especial preocupación y atención es el que tiene relación con el difícil mundo de la economía, antes y después de todo es la economía la que incide para establecer criterios que deben adoptarse o emplearse para satisfacer las crecientes necesidades de las personas, para intentar lograr un buen nivel de bienestar general, por eso en materia económica, no debe perderse de vista que los tres elementos que integran lo económico, están relacionados con la producción de bienes y servicios, con la distribución o circulación de los mismos para que lleguen a todos de una manera igualitaria, con el consumo, es decir que todos tengan la capacidad adquisitiva para poder acceder a la adquisición o disfrute de lo que se produce.
De acuerdo al sistema político imperante, el control de la economía puede estar dirigido por quienes gobiernan el país, la otra alternativa es que el Estado permita la mayor libertad posible para que los habitantes del país se dediquen a la actividad económica que ellos escojan o prefieran, en este sistema puede producirse que la riqueza se concentre en quienes más dinero poseen, lo que genera la posibilidad de que quienes tengan muchos recursos económicos tengan excesiva influencia en la toma de decisiones de quienes gobiernan, en la misma medida que el poseer poder político excesivo hace que el poder absoluto corrompa absolutamente, la concentración de riqueza en pocas personas hace que estos sean los que con su poder económico den disposiciones a quienes ejerzan el poder político y se convierten en beneficiarios indebidos e ilegítimos de lo que pertenece a todos, la igualdad de derechos y oportunidades es un imperativo en la búsqueda del bien común.
No existen formulas mágicas en economía, su manejo es altamente sensible, sin embargo las experiencias históricas nos enseñan que un manejo centralizado de la económica por parte del Estado, termina por crear problemas de desabastecimiento, de escasez o insuficiencia de bienes y servicios, se desmotiva la producción, conceder exceso de libertad para que sean la oferta y la demanda las que regulen el mercado, provoca que haya desigualdad, en que el que más dinero tiene este en mejores condiciones que el que menos tiene, se produce una especie de “lucha entre tiburones y sardinas”, en la que es lógico que “el pez grande se coma al pequeño”, por eso se sigue buscando mecanismos o tesis en la que exista la más amplia distribución de la riqueza utilizando varias opciones, entre ellas la imposición de tributos en virtud del cual quien más gana más impuestos paga, lo cual permite a través de la ejecución de obra publica o la prestación de servicios públicos, se redistribuya la riqueza, en esa línea de pensamiento el Estado se reserva el derecho de administrar y explotar los recursos naturales (petróleo, minas) de administrar los servicios básicos, como luz, agua, telecomunicaciones, la construcción de carreteras, entre otros, es decir el Estado debe regular las actividades económicas que impidan o limiten excesos de quienes más recursos económicos posean, para evitar crear desigualdades muy pronunciadas entre pocos que tienen mucho y muchos que tienen poco o no tienen nada, en ese ambiente el monopolio (manejo de una actividad por parte de una solo persona o empresa) es totalmente nocivo, el monopolista impone su criterio, precios, abastecimiento, desabastecimiento, etc., en igual medida el oligopolio (el manejo de una determinada actividad económica por pocos) es también altamente negativa para el bienestar colectivo, todo lo expresado para que tenga buenos resultados exige que se proceda correctamente, donde no hay honestidad nada es posible.
En todo caso en materia económica no se puede descuidar que hay que controlar la inflación, impedir que los precios de los productos no tengan costos excesivos, que puedan ser adquiridos por la mayoría de las personas, hay que favorecer el pleno empleo, lo cual permite a las personas contar con ingresos fijos y confiables que favorecen la circulación de dinero, con lo cual se dinamizan las actividades económicas de un país, hay que estimular el crecimiento económico apoyando la producción, favoreciendo el ahorro y la inversión que son los mecanismos que permiten que exista un auge en la economía, estos tres factores son claves para lograr que existan mejores niveles de bienestar en un país, debiendo siempre tenerse en consideración que estos elementos interactúan socialmente, de tal manera que no se puede favorecer un factor en perjuicio de los otros factores, de ahí la necesidad de encontrar equilibrio en las decisiones o medidas económicas que se implementen, de lo contrario “el remedio puede ser peor que la enfermedad”.
Tampoco es socialmente beneficioso que en un Estado se efectúen enfoques parciales de aspectos de orden político, económico, administrativo, sin tener en cuenta los efectos sociales que uno u otro pueden causar, todo esta interrelacionado, todo interactúa, de ahí nace la habilidad del gobernante de saber utilizar adecuadamente los criterios con la única finalidad de favorecer el bienestar común, debiendo también tenerse en consideración antecedentes, circunstancias presentes y objetivos de largo alcance, hay que analizar tanto procesos como resultados, hay que reflexionar sobre situaciones internas del país y realidades internacionales, todo ello incide en la economía de un país, por ello sostenía que gobernar es un arte y ciencia a la vez.
Mucho se ha hablado del mercado como el gran regulador de la economía, sin duda el mercado es una realidad, no se puede producir sin considerar que lo que se produce debe tener aceptación en el mercado de consumidores, hay que verificar la capacidad de demanda de quienes forman parte del colectivo social, hay que explorar nichos en el mercado al interior y exterior del país, que permitan potenciar nuestra actividad económica, para todo lo expresado hay que convenir que actualmente hay que considerar la publicidad como un aliado del mercadeo de bienes y servicios, en resumen hay una gama de los más diversos aspectos que concurren en el desarrollo económico de un país o de una sociedad, lo que no puede tolerarse es la incorrección, la deslealtad con el país, para eso no existe tesis económica que sea favorable.
Corrupción: del contrabando al narcotráfico
El ser humano (no sólo los y las ecuatorianos y ecuatorianas) tienen tendencia a disfrutar con lo prohibido, esa actitud es hasta cierto punto normal, pero lamentablemente adopta en muchas personas una especie de norma de conducta que invade lo ilegal e inmoral, situación que no puede ser aceptada ni tolerada por la sociedad, históricamente las colectividades humanas jamás estuvieron de acuerdo con lo deshonesto, percibió e intuyó siempre que ese comportamiento es lesivo al interés general, por eso invariablemente lo reprochó.
Los tiempos han cambiado, actualmente la sociedad no se inmuta ni se irrita ante actos de corrupción evidentes, se llega a niveles de admitir que lo que antes eran vicios ahora son costumbres, aquella sanción cívica del desprecio y asilamiento que antaño hacía la sociedad a quienes se llegaba a saber eran corruptos ha desaparecido, lamentablemente la justicia siempre fue lenta y ciega, el poder influyó en sus decisiones, los pícaros siempre se colocaron y colocan a buen recaudo, los más atrevidos llegan a niveles de concebir que entre más dinero se robaba o roba más dinero había o hay para comprar su impunidad, pero la sociedad no perdonaba la corrupción, la despreciaba y condenaba, los sectores sociales trabajadores y honrados le cerraban la puerta a los corruptos, actualmente se ha generalizado tanto la corrupción que parece indetenible e incorregible, se ha patentado la expresión infame “ la mitad de la gente vive del sudor de su frente, la otra mitad del sudor de la gente” o lo que en el campo se dice “ habiendo tontos aunque no haya invierno”, los hombres honestos no se deben olvidar que se puede ser generoso pero no torpes, Einstein nos advirtió “la estupidez es lo que más libre transita por el mundo” y esta actitud hay que evitarla, en el fondo es perjudicial a uno mismo y nadie tiene derecho a autoperjudicarse.
En tiempos pasados, aparte de hurtos y robos comunes cometidos contra los bienes de las personas, despojándolas de sus pertenencias, entre ellos el repugnante abigeato (robo de ganado en el campo), el delito que más reproche generaba en la sociedad, era el contrabando, esto es el comercio ilícito de objetos que sólo los podía comercializar el Estado, como era el caso de la sal, del aguardiente, etc., o cuando se introducían mercaderías provenientes del extranjero sin pagar los impuestos o aranceles que correspondían, evadiendo o eludiendo los controles aduaneros, ser “contrabandista” era un estigma inaceptable para la colectividad, existieron contrabandos o los comúnmente llamados “matutes” de poca y elevada cuantía, pero en todo caso, era una conducta que se la rechazaba con el mayor de los énfasis por parte de la colectividad, hoy este delito o forma de perjudicar al Estado ha pasado a un segundo plano, ha perdido notoriedad, hay sitios donde los contrabandistas comercializan sus bienes incluso con aceptación de las autoridades, aquello tiene su explicación ante otros actos de corrupción en que el impuesto con el que se castiga a la sociedad por el perjuicio que se le causa, tiene procedimientos menos onerosos y menos largos, sin mayores esfuerzos, sin necesidad de pensar o de realizar alguna maniobra inteligente, hoy es cuestión de ponerse de acuerdo en el atraco a los fondos públicos a efectuarse, se llegó al extremo de venderle a la sociedad ecuatoriana la inaceptable tesis “no importa que robe con tal que haga obras”, semejante absurdo sólo es admisible en una colectividad que renuncia a ser honesta, aquello hizo al ex Presidente Carlos Julio Arosemena Monroy, en su postrer declaración pública siempre sentenciosa a sostener, “ el Ecuador no tiene futuro está enfermo de corrupción, el pueblo está corrompido”, fin de la cita, era la opinión de quien fue un crítico de quienes en algún momento en su vida los llamó “los enloquecidos por el dinero”. En definitiva esta de moda aquella expresión “antiguamente con cadenas desde el cuello colgaban a los ladrones, actualmente del cuello de los ladrones cuelgan las cadenas (de oro)”.
Era conocido en el escenario político, que en los gobiernos velasquistas (siglo XX) el círculo cercano al Presidente era proclive a cometer actos incorrectos, se comentaba que en toda compra o contratación pública se estilaba pactar una comisión en beneficio del funcionario público de un 5% del valor del bien adquirido o la contratación celebrada, por supuesto existieron muchas excepciones que no eran escasas, habían muchos funcionarios honestos, pero penosamente el país se descompone en niveles escandalosos, cuando ingresan los petrodólares, ahí la adquisición de bienes, la contratación de obra pública e incluso la adquisición de deuda pública, se la negociaba en porcentajes que se comentaba oscilaban entre el 20% y 30% del monto de lo que se adquiría o contrataba, con el agravante que para que esa comisión se incrementara, se aumentaba el precio de la obra o se aumentaba a conveniencia y/o fraudulentamente volúmenes de obra, de esa realidad queda un legado al país, se generalizó el auge de la corrupción que penetró en todas las capas sociales, incluyendo banqueros, empresarios, dirigentes de barrio, dirigentes de gremios laborales, los legisladores antes conocidos como “Honorables” por la fiscalización que hacían en defensa del interés nacional, descendieron a convertirse en meros tramitadores de partidas presupuestarias, por lo que recibían comisiones por conseguirlas y en muchos casos no sólo se encargaban de conseguir el dinero, sino que se convertían en contratistas de las adquisiciones (caso red Peñaranda) o de la obra a ejecutarse, en esos casos el atraco ya llegaba a un 50% del monto del dinero público a invertirse, aquella realidad es la que muestra personas que antes fueron muy pudientes y honorables que hoy están empobrecidas, mientras ha crecido el número de nuevos ricos salidos de la nada, que ni han heredado ni han trabajado para justificar su fortuna, la antigua penalización del enriquecimiento no justificado paso a convertirse en una sanción en extinción, naciendo la figura de personajes “exitosos”, quienes lo único que hicieron y hacen es traficar con dineros que nos pertenecen a todos los ecuatorianos.
Sin duda el auge petrolero descompuso moralmente al país, los inicios de la exploración o explotación petrolera delatan los intereses que provoca y convoca el llamado “oro negro”, no se debe olvidar que a inicios de la misma, en el Ecuador se forma una empresa de “6 ilustres desconocidos” para negociar un contrato de explotación con el Consorcio ADA, aquello ya sugería los intereses que tenían los funcionarios públicos encargados de la administración o dirección del negocio petrolero del país, buscaban ser ellos mismos los beneficiarios de La contratación en asuntos petroleros, eso explica por que se constituyó esa empresa fantasma que tanta critica generó en esa época.
Pero si el petróleo ennegreció la conciencia de muchísimos ecuatorianos (as), volviendo apegada a la realidad la frase atribuida a Belisario Betancourt ex Presidente de Venezuela, “el petróleo es el estiércol del diablo”, el crecimiento de la corrupción no se ha detenido y se sigue avanzando, el negocio de la guerra reflejada en el trafico de compra de armamento con jugosas comisiones de por medio, esta siendo desbordado por el negocio ilícito más lucrativo que exhibe la humanidad en los últimos años, el auge del narcotráfico, que no sólo comercializa uno de los productos que más envenenamiento causa en la mente y hábitos de las personas, sino que se ha convertido en el mayor detonante de la inseguridad, pues es un negocio que se forma y opera a través de bandas y pandillas asalariadas, que se disputan mercados nacionales o extranjeros, creando un ambiente de terror, que mantiene en zozobra a los países que procesan químicamente el producto a consumirse, ejemplos de estos casos son México y Colombia, lo cual ha salpicado más acentuadamente a los países centroamericanos y del que el Ecuador no se ha librado, lamentablemente somos un territorio en el que grupos de sicarios han sido enrolados por los traficantes de drogas, convirtiendo al país en un lugar de tránsito para el comercio y consumo de drogas, lo cual está sembrando temor y angustia en el país, la inseguridad se esta convirtiendo en un problema que crece, tiene penetrada la propia fuerza policial y la función judicial, es decir los custodios de la seguridad de las personas se han aliado y toleran la delincuencia.
Sin duda la corrupción siempre fue parte de la naturaleza humana, el extraordinario poeta argentino Enrique Santos Disciápolo lo patentó a principios del siglo XX en el tango “cambalache”, él lo decía “el que no llora no mama el que no roba es un gil”, agregaba “cualquiera es un ladrón, cualquiera es un señor”, hermoso poema de incuestionable apego a la realidad latinoamericana y caribeña, hay que estar claros se debe ser bondadosos pero no hay que olvidare que existen quienes viven de la comedia humana y hay quienes sienten la tragedia humana, no se debe ser generosos con quienes viven de la comedia humana y de la farsa burlándose de la buena fe ajena.
Diversidad = desunión
Una de las mas notorias características que exhibe el Ecuador como país, es su diversidad, esa es sin duda su mayor riqueza, lo vuelve un país que ofrece variados atractivos para ser visitado, pero paradójicamente ha sido el factor que mas ha influido en su subdesarrollo como consecuencia de su desunión y de inocultables vestigios de regionalismo, al extremo que para buscar objetivos nacionales que nos unan como país, se tuvo que recurrir a mantener vivo y en permanente debate el problema de límites con el Perú. Justamente a partir de la década de los años 60, en el siglo XX, el ex Presidente Dr. José María Velasco Ibarra denunció con fines políticos y para evitar o atenuar controversias con la oposición, la nulidad del Protocolo de Río de Janeiro suscrito en el año 1942, lo cual se convirtió en tesis nacional. En los últimos años la selección nacional de football ha generado una solidaria emoción en los ecuatorianos y ecuatorianas de todos los confines del territorio nacional, por el aliciente que significó el haber clasificado a los dos últimos campeonatos mundiales de este deporte, que sin duda convoca multitudes, por ser el más popular de los deportes en América del Sur y en casi todos los países del mundo.
Nada afecta más a una persona o a una agrupación de personas, que no conocerse o reconoce así mismo, el Ecuador tiene 5 regiones claramente diferenciadas por etnias, costumbres, clima, realidades geográficas, folklore, entre las más evidentes, esas regiones son Costa, Sierra, Austro, Amazonía y la Región Insular o Galápagos, felizmente las facilidades de comunicación que existen actualmente han atenuado diferencias entre regiones del país que antes eran muy enraizadas. No se pueden olvidar las expresiones del creador del país, el Libertador Bolívar cuando advertía que el entonces Departamento de Quito que formaba la Gran Colombia, era un Departamento de difícil gobernabilidad, en el que prevalecían los desencuentros entre los habitantes de las distintas regiones, esa realidad explica que la división territorial que inicialmente promovió Bolívar en el Congreso de Angostura de 1824, dividiendo el país en 8 regiones, Imbabura, Pichincha, Chimborazo, Azuay, Loja, Guayas, Manabí y Galápagos, tuvo que ser revisada y cuando se crea el país con el nombre de Ecuador en 1830, se lo divide en 3 Departamentos, Sierra con su capital Quito, Costa con su capital Guayaquil y Austro con su capital Cuenca, la Amazonía carecía de identidad y presencia social, política o económica y Galápagos pasó a formar parte del Departamento de la Costa.
Esta falta de unidad nacional y de consistencia en una real adhesión a la causa de una sola patria, tiene su razón de ser al no haberse hecho esfuerzos por reconocer nuestra diversidad, eso ha motivado una mayor fragmentación nacional, hoy existen 24 provincias y se viene planteando desde el año 1999 que el país adopte un régimen de autonomías provinciales o regionales, que descentralice administrativamente el país y lo desconcentre políticamente, debe advertirse que las provincias que realizaron Consultas Populares para establecer que pensaban sus habitantes sobre el régimen de autonomías, (como el modelo adoptado por España), se pronunciaron abrumadoramente a favor de este modelo de administración y gobierno del Estado, este régimen terminaría con celos y recelos sobre un desarrollo justo y armónico del país, sin privilegios ni inequidades, eso sin duda contribuiría a una más solida unidad nacional y un más acentuado sentimiento de patria, nadie sentiría estar ajeno y distante del centro del poder situado en la capital de la República.
Actualmente se busca impulsar desde el organismo de planificación del Estado, una regionalización que tiene la debilidad de no ser voluntaria, eso conspira contra un proyecto de descentralizar efectivamente el gobierno y administración del Estado, generando la existencia de sectores marginados de una mejor atención de sus gobierno central y seccionales, desmotivando a su vez el estímulo de crear una alma nacional sólida, fraterna y solidaria. Si el país desea cambiar para procurar un desarrollo y bienestar compartido debe avanzar en un proceso de descentralización profunda, no impuesta sino voluntaria, la mancomunidad de provincias vecinas es y debe ser el punto de partida para lograr una mayor unidad y una justicia social que llegue a todos los confines de la patria, su inmensa riqueza no puede ser desaprovechada, esta recurrente falta de acuerdos nacionales es lo que motivó a uno de los más lucidos ecuatorianos del siglo XX, que llegó al altísimo cargo de Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, una especie de Jefe de Estado de jerarquía internacional, el Dr. Leopoldo Benítes Vinueza, censure una falta de unión mínima que nos haga aprovechar adecuadamente nuestras riquezas y construir un país con mejores niveles de bienestar compartidos, a ese criterio responde el título de su libro “Ecuador: Drama y Paradoja”. No se puede dejar de recordar lo que afirmó el ex Presidente de Francia Francois Mitterrand, hay que unir a la Francia para hacerla fuerte pero hay que descentralizarla para que no se desuna.
Izquierda - derecha
Luego del triunfo de la Revolución Francesa en 1789, se formaron dos bandos, por un lado (los girondinos), los que buscaban apaciguar las reacciones revolucionarias contra la tiranía de anteriores regímenes absolutistas y no perseguían sancionar a quienes habían usufructuado el poder para favorecer intereses de la realeza, de los señores feudales, de la alta cúpula del clero y las castas militares, es decir, promovían una conciliación sin revanchismos, por otro lado (los jacobinos) quienes buscaban un cambio radical que terminara con todo vestigio del sistema político que había gobernado Francia, sin perdón ni olvido para nadie, que buscaban se castigara a quienes habían gobernado Francia con abusos y privilegios, planteando establecer un gobierno popular para beneficio de todos sin distingos de clases o posiciones económicas o de cualquier índole, aquella división formó en la Asamblea Nacional Legislativa francesa dos grupos o bloques de legisladores, los unos se sentaban al costado derecho y los otros al costado izquierdo, aquello da nacimiento a lo que históricamente predominó en el escenario político a nivel mundial, la izquierda y la derecha, con variables como el centro o el centro izquierda, es decir y esto es necesario precisarlo, el partidario de la llamada derecha luchar por mantener un estatus que termina por favorecer a quienes buscan concentrar poder y manejar los intereses de un país, de acuerdo a la conveniencia y visión del grupo gobernante, como sucedía justamente en los gobiernos monárquicos que terminaban por degenerar en gobiernos tiránicos, despóticos, intolerantes, totalitarios, caso histórico de este tipo de régimen de gobierno, fue el del Rey Luis XIV de Francia que exclamó “El Estado soy yo”, o “después de mi el diluvio” (après moi, le déluge) ejemplos de este modelo concentrador de poder con variaciones de forma en el ejercicio del mismo, fueron el fascismo y el nazismo en Italia y Alemania, un modelo de gobierno que absorbía las mayores atribuciones y manejaba todos los recursos públicos, todo lo decidía el caudillo o el buró político gobernante, este mismo modelo, se dió en los países que adoptaron el régimen comunista en Europa Oriental, que terminaron por imponer la existencia de un partido único y asumieron el control total del poder, sin permitir ningún tipo de oposición. Estos regímenes de corte dictatorial o tiránicos que pueden tener el membrete de izquierda o derecha, utilizan los mismos métodos o estrategias para gobernar e imponer sus puntos de vista, llegan a desconocer los derechos humanos y tienen como denominador común un Jefe cuya voluntad omnímoda se impone sobre cualquier otro criterio, el interés colectivo queda subordinado a su pensamiento irrefutable, a lo que piensa y quiere el caudillo o su grupo muy cercano de amigos, aduladores o comensales de palacio, eso es lo que prevalece, atacando o sancionando con agresividad a quienes no compartían o comparten sus tesis o criterios.
Un verdadero izquierdista lucha por un cambio para mejorar la condiciones de vida de la sociedad, para ello es necesario instrumentar acciones orientadas a esa finalidad, reducir la gestión a tratar de buscar culpables del pasado (sin que ello signifique no sancionar a quienes han delinquido), es desperdiciar el tiempo en no buscar como solucionar problemas de presente o de futuro, la búsqueda a la igualdad exige concentrar esfuerzos porque aquello se convierta en realidad, entre ellos el de que exista justicia que aplique la ley sin temor ni favor, la propuesta de incentivar la conflictividad entre grupos o clases sociales termina por postergar la posibilidad de alcanzar una más justa distribución de la riqueza y que florezca el revanchismo social, lamentablemente el odio de los unos contra los otros, sólo contribuyó a formar grupos políticos de poder que utilizaron las mismas prácticas de quienes se dice combatir.
En oposición a este régimen absolutista de gobierno, existe la democracia como sistema de gobierno, en el que gobernantes y gobernados someten todos sus actos a lo que disponga la ley, cuyas disposiciones deben procurar que las mismas sean de carácter general, que se apliquen para todos con criterio de igualdad, que se respete la libertad, que nadie este al margen de la ley, que todos sean partícipes de la búsqueda de un mayor bienestar y de una mejor calidad de vida, la izquierda auténtica procura una democracia participativa, institucionalizada, con justicia social, basada en una división de poderes que establezca frenos y contra frenos para que nadie abuse ni se aproveche de sus funciones para beneficio personal, familiar o del grupo al que se pertenece o lo rodea, la izquierda en definitiva sostiene que el interés general prevalece sobre el interés individual o personal.
En esa división de izquierdistas y derechistas, existen quienes dentro de su postura, optan por actitudes más equilibradas, menos radicales o extremistas, en este espacio se encuentran el llamado centro derecha y el centro izquierda, que siendo partidarios de una u otra tendencia, no aceptan los extremismos de una u otra postura, bajo el argumento que aquello lo único que produce es generar un ambiente de conflictividad, de desunión, de desencuentros sociales, lo cual en la práctica desgraciadamente conduce a que se debilite la posibilidad de lograr un mayor bienestar compartido, una mejor calidad de vida, el que se puedan establecer políticas permanentes y consistentes que beneficien a todos especialmente a los más pobres, como el caso de la atención a la salud, una buena educación, una amplia cobertura en materia de seguridad social , un programa de vivienda que atienda la aspiración de todos de tener un lugar confortable para vivir, el contar con créditos para mejorar la producción de bienes y servicios, el disfrutar de un suministro de servicios básicos (agua, luz, teléfono), que sean accequibles a todos y a todas, estos servicios que el gobierno debe prestar a sus habitantes deben ser objetivos nacionales permanentes, que no deben en un Estado democrático ser utilizados como plataformas de promoción política coyuntural, deben ser políticas prioritarias y constantes para alcanzar un mejor nivel de vida, para que aquello sea factible requiere la coparticipación del conjunto de la sociedad representada por sus legítimos directivos, la mayor unidad que sea posible, hay que admitirlo, en un Estado democrático la ley es el único instrumento para resolver controversias interpersonales o de personas con instituciones, lo cual sólo es viable en un Estado de Derecho, que es el que viabiliza que exista una justicia imparcial, independiente, que en fin de cuentas es la más elevada aspiración de una sociedad, esa justicia no puede ser dependiente de quienes ejercen el poder político, sólo así se puede aspirar a que exista igualdad, a que se le de la razón a quien la tiene, que se sancione al deshonesto que perjudica a otro o a todos, que se castigue al que cause daño y no permita que exista impunidad para nadie, por ello el inmenso Eloy Alfaro sostuvo “donde no existe justicia se viene al suelo ese edificio llamado nación”.
Debe quedar claro que un izquierdista auténtico, un verdadero revolucionario, exhibe un comportamiento justo, honesto, es ajeno a fanatismos y dogmas que son perturbadores, buscan dejar que florezca un pensamiento que busque la satisfacción de quienes forman un país sin distingo alguno, es lo contrario a la prepotencia, a la imposición de conveniencias, de caprichos, a sacrificar principios doctrinarios, un auténtico revolucionario es y debe ser un idealista cuyos sueños deben ser ver una sociedad sin privilegios y canonjías para nadie, donde todos sean iguales ante la ley, donde exista igualdad de oportunidades para todos, esa izquierda revolucionaria nace con el único y verdadero socialismo que predicaba, “a todos según sus necesidades y a cada cual de acuerdo a su capacidad y sus méritos”, aquello puede parecer utópico, irreal, iluso, pero quien busca un cambio radical hace esfuerzos sin claudicaciones para justamente construir esa posibilidad, debiendo precisar que el anhelo de cambio no puede ser sin beneficio de inventario, lo bueno no es cambiable, lo que debe cambiarse es lo injusto, lo deshonesto, pero las buenas costumbres hay que mantenerlas como lo sostuvo Alfaro que pregonó “dejadme mantener las buenas costumbres y te devolveré libertad y gloria”.
Lamentablemente la realidad política vuelve frágiles a los dirigentes políticos que no tienen el respaldo de una doctrina, que son huérfanos de convicciones y de principios, cuando eso sucede prevalece y triunfa quien es capaz de hacer creer a los demás, no lo que los beneficia a todos sino lo que él ambiciona, por eso la actividad política se vuelve ríspida, áspera, ácida, el más atrevido es el que más ventajas personales logra, en esa disputa por captar posiciones de poder, el insulto, la agresión, la bravuconada, la ofensa de unos contra sus adversarios, se vuelve una práctica común y hasta se llega a ponderar esa forma de hacer política, o más exactamente de politiquear, esas actitudes son las que hicieron exclamar al General Charles de Gaulle en Francia “sueño con políticos descartables como los pañales que usan los niños y ambos por la misma razón”, o de ese histórico grafiti que apareció en la lucha revolucionaria de los franceses “las prostitutas al poder porque sus hijos han fracasado”.
Esa forma agresiva de hacer política buscando confundir a pícaros y honrados, es la que ha logrado que personas dignas y capaces se abstengan de intervenir en una contienda política, para no verse envueltos en ese lenguaje y actitudes con olor a cloaca que utilizan los politiqueros, cuando debe admitirse que la política como actividad humana es noble, es la que permite servir a la patria y a la comunidad favoreciendo el bienestar común, el ser útiles a los demás el pensar en el bien de todos y no en el bienestar personal.
Ante esa triste realidad de hacer actividad política que prevalece sobre todo en países subdesarrollados, sólo resta exclamar: que nunca desfallezca la esperanza de vivir en una patria, donde las virtudes y derechos de las personas, sean valoradas en su justa medida mediante una correcta aplicación de la ley, donde la deshonestidad y la mentira no tengan cabida.
Finalmente a estas alturas del desarrollo de la civilización humana, en el que se han vivido diferentes etapas en la organización de la sociedad, de un mundo que en la antigüedad prevaleció la sociedad bucólica, en la que la actividad agropecuaria era la que más influía en el gobierno y economía de los países, la riqueza estaba en el campo, en la zona rural, esa etapa fue sustituida por otra etapa, en que prevaleció la actividad industrial, comenzó a existir un desplazamiento poblacional del campo a la ciudad, provocándose la concentración de capitales en pocas manos, generando una clase trabajadora que se ampliaba cada vez más al ir prácticamente desapareciendo el pequeño artesano individual (caso sastres, zapateros) sustituidos por empresas fabricantes de ropa, de calzado en serie y en grandes cantidades, provocando con ello una división y confrontación entre el capital y el trabajo, elementos que económicamente deben complementarse pues ambos concurren para mejorar las condiciones de vida del colectivo social, actualmente se habla de una sociedad posindustrial, de mega empresas, pero con la prevalencia de un irrefrenable desarrollo tecnológico, aquello ha llevado al mundo a sostener que se vive la sociedad del conocimiento, es decir el conocimiento se ha convertido en el factor de mayor influencia en la vida de las sociedades contemporáneas, la invención, la patente de un determinado producto, el llamado know how (como hacerlo), se están convirtiendo en los elementos de mayor gravitación en el desarrollo de las colectividades humanas, con el auxilio de la ciencia y la tecnología, con el avance de las comunicaciones, las fronteras de los países han desaparecido, se habla de una sociedad globalizada, internacionalizada, interdependiente, de un mundo virtual en el que se puede conversar y contratar desde los más distantes sitios, las transacciones comerciales se incrementan cada vez más a través de redes informáticas, el uso del internet es de imperiosa necesidad y creciente utilización.
En ese escenario y después que el mundo derrumbó la pugna Este-Oeste, que la guerra fría es parte del pasado, que el comunismo como ideología política tuvo un efímero protagonismo histórico, la revolución rusa de los bolcheviques de 1917, apenas ejerció dominio sobre parte de la humanidad durante 70 años, sin haber conseguido en la práctica se haga realidad su propuesta de una sociedad donde todo este manejado con criterio comunitario, en que el Estado se convierta en un simple instrumento cuyo rol sea el de viabilizar que todo lo que se produzca y consuma sea decidido y resuelto por la comunidad, inversamente en la práctica el Estado se convirtió en el ente que todo lo decidía y hacía, favoreciendo un manejo concentrador, burocratizado y tecnocrático del poder, prescindiendo de la voluntad y opinión ciudadana, modelo de gobierno que también fue adoptado por el nacismo y el fascismo, en que el caudillo era al que imponía su criterio, el Estado pasó a ser gobernado unipersonalmente (Hitler y Mussolini), los caudillos eran los que decidían que se podía y no podía hacerse en el país, convirtiendo su voluntad en omnímoda, coercitiva, abusiva, totalitaria, tiránica, como lo hizo Stalin en su momento en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
No obstante que existen extremismos de derecha (grupos oligárquicos de gran poder económico a lo que une una herencia de abolengo o de realeza (supuesta o real) y de grupos de extrema izquierda intransigentes con sus ideas y propuestas, queda claro que actualmente existen tendencias orientadas hacia la vigencia de una democracia con marcada tendencia a defender prioritariamente las garantías fundamentales de las personas, frente a esa tendencia subsisten posturas que promueven manejos autoritarios del poder, que incluyen ingredientes populistas, a lo cual se une si se debe mantener una libertad económica a ultranzas sin ningún control, o si el Estado debe ser el gran regulador o controlador de la actividad económica, son las tesis que van teniendo una mayor prevalencia en la actualidad, haciendo que los términos izquierda y derecha vayan convirtiéndose en expresiones que no responden a realidades presentes, hoy se lucha por la vigencia de una democracia, de un ejercicio del poder descentralizado, participativo, internacionalizado, de apertura al comercio mundial, de crecientes migraciones, de brotes de luchas xenofóbicas o racistas, ambiente en el que no puede prescindirse de un buen líder, no de un autócrata, es necesario alguien que conociendo los diferentes actores y sectores sociales gobierne eficientemente, sistema opuesto a modelos donde el ejercicio del poder es vertical con gran influencia del Estado y quienes lo dirigen (caso ciertos países árabes, africanos y algunos de América Latina y el Caribe) aquello las va convirtiendo en tesis que actualmente están en auge, escenario en el que hay que tener encuenta el avance e influencias de los medios de comunicación y del mercado internacional, los cuales gravitan poderosamente en la política contemporánea, por eso a los regímenes autoritarios les es difícil mantener su poder hegemónico, las antiguas monarquías absolutistas se han vuelto democráticas, esta realidad nos lleva a la conclusión que antes que hablar de izquierda o derecha, hay que dividir actualmente las posiciones políticas en democráticas o totalitarias, en doctrinarias y populistas.
Del pan y circo al marketing
En el Imperio Romano los Césares (emperadores) sostuvieron que a los pueblos hay que darles pan y circo, es decir no descuidar darle la posibilidad de que subsistan y hacer de la actividad política una comedia fabricando o estimulando un hecho para que las personas se distraigan con una controversia real o aparente entre actores políticos, para que sea ese hecho artificiosamente estimulando sea el que ocupe la atención de la población, para que cuando esa distracción sea posible, entre gallos y medianoche, festejos y pactos de toma y daca, buscar un ambiente para que quienes gobiernen se beneficien del ejercicio del poder. En todo caso esta comedia llega a tales niveles, que en ocasiones la aparente controversia política es puro teatro, no existe la real agresión o pugna que aparenta existir, porque en fin de cuentas al político le interesa es como adquirir poder, esta forma convencional de hacer política es la que da origen a la frase “los políticos son como los perros que pelean cuando el hueso tiene carne, pero cuando se comen la carne, juegan con el hueso”, eso explica porque quienes fingen de enemigos aparecen después juntos en un convenio o acuerdo en la que están juntos y unidos en una posición política que es siempre circunstancial, pero de repente aparecen juntos rojos y azules, amarillos y naranjas, verdes y azulejos y todo el arcoíris de los grupos políticos.
Los griegos en su profundo filosofar de la vida, sostuvieron que los pueblos necesitan subsistir no en la opulencia, pero si para satisfacer sus necesidades básicas, pero aparte de ello era necesario darles la oportunidad de distraerse, de recrearse, eso explica que es en Grecia en la ciudad de Olimpo, donde se originan los juegos deportivos de mayor connotación mundial que son las Olimpiadas, para los griegos las actividades físicas contribuían a tener una mente fresca, sin traumas, “cuerpo sano en mente sana” fue su expresión histórica, sin duda el descanso, la distracción genera alegría, disminuye tensiones, crea felicidad y eso es lo que debe buscarse permanentemente en una sociedad, actualmente se habla del auge del tiempo libre.
Esas prácticas políticas falsas, a las que antes hacíamos referencia, explican porque el uso de la tarima populachera genera buenos réditos electorales, es un buen medio de entusiasmar y emocionar a las masas populares y hacer una especie de show que gusta a los sectores populares, marginales, económicamente deprimidos. Se le atribuye al ex Presidente ecuatoriano Dr. José María Velasco Ibarra la frase “dadme un balcón en cada pueblo y convenceré al pueblo que voten por mi”, (fue electo cinco veces Presidente del Ecuador), pero esos medios de convencer al electorado han cambiado, hoy se usan cada vez más los medios de comunicación sobre todo los audiovisuales en los que la publicidad es fundamental, dando origen a un marketing político para apoyar una candidatura, un programa de gobierno o a un determinado candidato, los niveles de influencia de la publicidad son de tal incidencia que un candidato termina por ser un producto que se lo ofrece a un mercado de electores, eso a su vez vuelve costosa una campaña electoral, hay que tener publicidad en televisión, radio, (existen unas 1.000 en el Ecuador) y en un menor porcentaje en prensa escrita, el axioma “anunciar es vender”, propia de una actividad comercial, se ha trasladado a la política, tal es el grado de influencia de los medios de comunicación que se afirma con mucha razón “lo que no se anuncia o comunica no existe”.
En los últimos años ha crecido como medio de comunicación o promoción política, el uso de redes informáticas, los mensajes a través de la computación o de teléfonos celulares se están volviendo cada vez más utilizados en el ámbito político, sin duda la llamada sociedad de la información esta generando una incuantificable cantidad de adherentes, los que no están incorporados a estas redes telemáticas es como que están ausentes del mundo actual, el intercambio y difusión de criterios o invitaciones a determinados actos de carácter político se están volviendo cada vez más utilizados, es un eficaz mecanismo de promoción de cualquier tesis o comunicar cualquier opinión, se esta convirtiendo en el medio de mayor utilización para la interactuación de las personas.
No existe mayor placer para un ser humano que el placer de servir, el ser útil a los demás, la vocación de servir nos permite la inmensa satisfacción de generar satisfacción y felicidad en muchas personas, así debe ser entendido el ejercicio de una función publica, lamentablemente el ejercicio del poder envanece o halaga tanto a quien tiene poder que se olvida de su deber de ser un servidor publico, que en el fondo es un mandatario del mandante que es el pueblo, se transforma en una especie de redentor, de dueño de la verdad y de un gran capataz dueño del país o de la parcela del poder que ejerce, o en el peor de los casos utiliza la posición política para enriquecerse. Es indiscutible que en política la existencia de un líder es una necesidad, pero ese líder debe estar consciente que para gobernar eficientemente es necesario contar con un equipo de colaboradores, un buen jefe es un buen equipo de colaboradores y/o asesores especializados en su profesión u oficio, es como una especie de un conjunto musical donde debe ubicarse a cada cual tocando el instrumento que le corresponde, para que lo toque el que tiene conocimiento o habilidades, de no actuarse así, el eco de lo que se hace suena desafinado, incoherente, desagradable, en definitiva el líder es indispensable para administrar o gobernar, la cabeza debe ser una sola, lo contrario es como tener un monstruo bicéfalo, tricéfalo, etc., es como una nave que debe tener una sola dirección, solo un capitán que en último termino decida la ruta que se sigue, es el que resuelve en los imprevistos o contingencias o emergencias que se presentan en la travesía, si existe más de una cabeza que gobierne o dirija, se pueden producir decisiones o criterios dispares o contrarios que afectan la gestión emprendida, de ahí la conveniencia de tener un buen líder, sabio, experimentado, sereno, capaz, enérgico cuando debe serlo, conocedor de las diversas aristan del heterogéneo universo social, por ello reitero gobernar es un arte, si bien es verdad nuestro comentario esta referido específicamente a la actividad política, no se debe ignorar o desconocer que en las distintas actividades que se realizan en una sociedad, existen personas que se realizan y son exitosas en las actividades a las que se dedican, quienes contribuyen desde el sector en el que actúan a que se mejore el bienestar o calidad de vida de los habitantes del país, aquello es muy útil a la sociedad, lo que no debe permitirse es que unos se aprovechan en perjuicio de los demás, hay que ser inclaudicables en exigir conductas honestas, dignas, sinceras, decentes, respetuosas del derecho de cada uno.
Política: arte, ciencia u oportunidad de enriquecerse
Descrito brevemente lo que es el Estado, como forma de organización de un país, surge el interrogante, quienes gobiernan un país como directivos de sus Funciones (Ejecutiva, Legislativa, Jurisdiccional, Control. Electoral) deben tener o no conocimientos del arte o ciencia de gobernar o administrar, para poder enrumbar la nave del Estado por la mejor de las rutas y alcanzar los fines que persigue una sociedad civilizada, es obvio que deben tener una formación y conocimiento de realidades que les permitan enfrentar con eficiencia la tarea asumida. Quien gobierna debe tener muy claro que existe una trilogía de factores que deben ser permanentes cuidados, estabilidad, seguridad y bienestar, sin estabilidad lo que existe será incertidumbre, desconfianza en el futuro, perdida de esperanza, posibilidades de que la sociedad se caotice, se desmorone la autoestima, se produce desmotivación, en ese escenario se crea inevitablemente lo que se conoce como en “río revuelto, ganancia de vividores”, es decir la inestabilidad es pariente cercana del caos, de la anarquía, en el que es muy difícil planificar u obtener buenos réditos sociales a mediano y largo plazo, sin estabilidad se vive de coyunturas, en las que sacan ventajas los que se aprovechan de las circunstancias, sin propuestas coherentes, fundamentadas y de real beneficio colectivo, así mismo sin seguridad lo que existe es intranquilidad, temor de ser vejado e incluso asesinado, se engendra un peligroso contagio de la violencia, surge la Ley del más fuerte, del más agresivo, hay irrespeto a todo y a todos, en ese clima es imposible pensar en una supervivencia en la que no existan temores ni miedo, vivir en ese ambiente donde exista inseguridad, donde se transita atemorizado, es la peor de las tragedias que le puede suceder a una colectividad, igualmente sin bienestar desaparece la posibilidad de una vida digna, confortable, en la que todas tenemos derechos a la satisfacción de las necesidades más prioritarias, a tener una vida digna, con un mínimo de confort, y a no vivir en permanente angustia en la que no existe posibilidades de vivir con el aliento de alcanzar satisfacciones o felicidad personal.
De lo antes expuesto se infiere que para poder dirigir o gobernar un país se requiere no sólo de conocimientos, de saberes que hay que interrelacionarlos, todo en la vida interactúa, hay que dominar la causa del problema y el efecto que puede provocar el mismo, hay que saber como hacer las cosas y hacerlas bien para lograr la satisfacción de todos, por ello un buen político debe ser hábil, poseer destrezas, en consecuencia un buen gobernante debe poseer el arte de gobernar, debe estar familiarizado con la Ciencia Política o la Ciencia de Estado, el buen político debe conocer a los actores sociales para tratar de cometer el menor número de errores, por ello se afirma que gobernar es rectificar, en síntesis la política por la serie de aristas o variables que deben enfrentarse, es una actividad compleja, se requiere un buen bagaje de experiencias y de amplios conocimientos de la realidad social, no puede un buen político apostar a beneficiarse personalmente del ejercicio del poder, a buscar enriquecerse, eso sólo contribuye a crear desconfianza y falta de credibilidad, y de esa manera no es posible alcanzar algo positivo y beneficioso para la colectividad.
La tristeza: un sentimentalismo atávico
El sabio alemán Teodoro Wolf que visitó el Ecuador con la misión geodésica francesa y nos ubicó como país en la latitud cero, observó que los ecuatorianos somos especiales “nos sentimos felices oyendo música triste, vivimos sin trabajar al lado de minas de oro y nos sentimos tranquilos al lado de volcanes”, gustamos de los sonsonetes musicales que sólo sirven para hacernos acordar de nuestras pobrezas, de nuestras deudas y en ciertos casos de “esa ingrata y pérfida mujer” como lo decía Benjamín Carrión, quizás quisimos imitar la fanfarronada de la música mexicana “si me han de matar mañana, que me maten de una vez”, eso explica porque nos gusta “yo quiero que a mi me entierren como a mis antepasados”, en vez de deleitarnos con música más alegre como “se va el caimán, se va el caimán”, o la del “alacrán tumbando caña”, o de aquella poesía lojana, “yo quisiera mirar todo blanco, ni una sola bandera en la tierra y que el pobre no vaya a la guerra y que muera tranquilo en su hogar”, expresiones cursilonas y sencillas, pero que reflejan lo que las buenas gentes anhelan, esas realidades hicieron que justamente el mismo Carrión sostuviera la tesis, que si el Ecuador no puede ser una potencia política, militar, económica, diplomática, que sea una potencia cultural, donde la inspiración poética, la pintura de Caspicara, el arte de Miguel de Santiago, la rebeldía de Espejo, el descubrimiento del árbol de la cascarilla que produce la quinina, para calmar dolores y fiebres, que hizo exclamar a Amado Nervo, “creo en Dios y en el noble sulfato de quinina”, que el haber sido la cuna de literatos, artistas y ciudadanos que con su talento y capacidad traspasaron con su buen nombre las fronteras patrias, nos sirvan de permanente estimulo para superarnos y progresar como personas y como país.
No se puede ni debe vivir con pesimismos, el Ecuador debe cambiar su mentalidad inhibida de contentarse con ser un país pequeño ubicado en la mitad del mundo, debe apostar a ser un país de primer nivel, para ello debemos empezar en aceptarnos en nuestras debilidades y fortalezas, aceptarnos tal como somos, hay que superar arraigados complejos o resentimientos nacidos de la subyugación de la que fuimos objeto durante la Colonia, olvidemos lo melancólico o aquellos maltratos que nos vuelven desconfiados, resentidos, temerosos de decir lo que pensamos, de seguir disfrutando siendo “cuentachismes”, reivindiquemos de la conquista hispana lo positivo, entendámosla como la unión de dos razas que origina un mestizaje, construyamos a partir de esa unión étnica una identidad que lejos de hacernos sentir inferiores nos haga sentir que somos capaces de construir una patria digna (sin picardías), altiva (sin complejos), soberana (libre e independiente), que sea fruto de la inspiración de nuestras riquezas y virtudes , Bolívar en el siglo XIX nos enseñó el valor del honor, de la gloria, de lo hermoso que es ser y sentirnos libres, nos legó libertad para que dejemos de ser sumisos ante el déspota, humildes ante el tirano, complacientes ante el farsante y sinvergüenza, quiso motivarnos para que sintamos el orgullo de ser parte de una patria engrandecida que este formada por buenos ciudadanos, Alfaro tomó la posta de Bolívar y fue el constructor de esa nueva patria en el siglo XX, esa herencia debe elevar nuestra autoestima, nuestro orgullo, esta por verse si alguien tiene la estatura moral y cívica para edificar una renovada la patria del siglo XXI, esta es una materia pendiente que tiene el país y sus dirigentes o lideres, ojalá resucite la patria como lo ansiaba y exclamó Espejo el siglo XVIII, Montalvo lo reclamo hidalgamente “desgraciados los pueblos donde la juventud sea sumisa con el tirano”, no se puede ni debe aceptar el abuso, el atropello, la insolencia de nadie, los jóvenes están retados a edificar un mas esclarecido futuro.