A estas alturas del desarrollo de la civilización humana, no quedan dudas de que el gran depredador de su propia especie y todo lo que lo rodea es el ser humano, carente de la menor sensibilidad para ser solidario, su vida generalmente la dedica al logro de ambiciones o a la satisfacción de placeres transitorios que van deteriorando su conciencia, relegando con esa actitud sus propias posibilidades de tener una vida saludable, tranquila, sosegada, que estimule sus ansias de vivir, liberado de tensiones que lo agobien, que al final terminan por afectar su propia supervivencia acortando su periodo de vida, se lo ha repetido, el "stress" con sus efectos colaterales de tensión y depresión, es en el mundo contemporáneo que vive agitado y a prisa el enemigo o asesino número uno de la existencia vital de las personas.
Por la reflexión antes expuesta, es que llegamos a la conclusión que la vieja tesis de Hobbes que el "hombre es el lobo del hombre”, se convierte en una sentenciosa realidad en la convivencia siempre conflictiva de los seres humanos, incapaces de vivir armónica y fraternamente, a diferencia de los demás seres vivientes que demuestran una natural tendencia a ser fraternos y solidarios. Esa verdad que ya no puede discutirse, explica como uno de los más agresivos vicios que destruye al mundo actual como es el cultivo, procesamiento, tráfico y consumo de drogas, se está convirtiendo en el más lucrativo de los negocios que en la actualidad conoce el planeta tierra, negocio que supera incluso al de la venta de armas, al todavía atrayente y antes muy repulsivo negocio ilícito del contrabando, e incluso a la venta de bienes de enorme atracción consumista como es el de la industria automotriz.
Lo grave de la comercialización de drogas es que en este negocio se incorpora un cruel y devastador asesinato de las mentes y organismos de las personas individualmente consideradas, a lo que debe agregarse que aquella actividad tan lucrativa incide en producir arrolladoras consecuencias en la conducta de las sociedades contemporáneas, las drogas no sólo generan por la desmesura en las ganancias de su comercialización, una excesiva atracción económica en las personas para ganar dinero fácil, sino que es un agente que va creando un clima de inseguridad, de temor, de degeneración genética, cuya influencia en la vida familiar y en la propia organización política de un país, están contribuyendo a crear hordas delincuenciales que están terminando por edificar un ambiente de intranquilidad que vuelve virtualmente invivible una vida con un mínimo de seguridad, lo evidente es que tenemos un sicariato en pleno auge, que no podemos engañarnos, tiene estrecha vinculación con el auge de carteles y de bandas de intermediarios vinculadas a la droga, que no conocen de escrúpulos y que definitivamente están secuestrando la tranquilidad de la sociedad, es triste admitirlo, pero ya no se está seguro en ninguna parte.
Mina Seinfeld afirma con toda razón: el consumo de drogas es un problema social que afecta al individuo, a la familia, al grupo social, a la comunidad, a la ciudad, al Estado, para contrarrestar esa dura realidad plantea la necesidad de implementar medidas preventivas, las cuales deben ser de carácter interdisciplinarias, si se considera que el uso de drogas provoca problemas de memoria y aprendizaje, de distorsión en la percepción, dificultad para el raciocinio, falta de coordinación, ansiedad, pánico, problemas en la gestación en madres consumidoras, depresión e incluso esquizofrenia, aparte de que puede influir en problemas cardiacos, infecciones o lesiones pulmonares, cáncer, envejecimiento de células, amnesia, psicosis, es decir una gama de afectaciones agresivas a la salud, que provocan daños o deficiencias irreversibles sobre áreas cerebrales críticas que deterioran la capacidad de pensar, influyen negativamente en la toma de decisiones, inciden en la voluntad, tres pilares sobre los que se asienta la democracia.
Desde otro ángulo de vista en los países o ciudades donde el consumo es elevado, aparte de volverse altamente inseguros, aumentan la prostitución, los índices de criminalidad, provocan malestares y conflictos diplomáticos entre países y obligan a la militarización de grandes extensiones de territorios nacionales, fomentan el terrorismo, provocan ausentismo escolar y el abandono de los estudios, obligando a que se utilicen cuantiosos recursos económicos para combatirlo, que a su vez disminuyen recursos para la salud, para la educación, para proteger una ecología comunal al descuidarse plazas y espacios verdes, la basura se apodera de las calles, en definitiva los ciudadanos inocentes son privados de sus derechos humanos como seguridad, salud, trabajo, libre circulación.
Por todo lo antes dicho la autora sostiene que siendo una enfermedad psicosocial debe ser tratada como tal, para ello plantea la conveniencia de la prevención que busca liberar a un adicto al que considera es un esclavo de las drogas. El adicto es un ser que está sufriendo y busca en las drogas un escape, una solución mágica que le permita tolerar una realidad que no puede resistir, lo que el adicto busca y quiere es muy simple, felicidad y ser aceptado y reconocido por lo que es. La prevención no sólo debe ofrecer tratamiento al adicto, debe ofrecerle caminos posibles para alcanzar felicidad y escenarios que le posibiliten enfrentar las presiones de la sociedad.
Pero Mina Seinfeld va mucho más allá de lo que parece a primera vista, advierte sin ambages, un adicto no reconoce entre drogas legales e ilegales, afirma que ambas son devastadoras, el alcohol, el cigarrillo y los psicofármacos son tan letales y adictivos como la cocaína, la marihuana o el éxtasis, la prevención no puede en consecuencia limitarse al campo de las drogas ilegales, debe evitar el ingreso al consumo de cualquiera de estas sustancias, por lo señalado sostiene que las campañas preventivas deben lograr la interacción entre familias, escuela, organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación, instituciones políticas, solo así es posible atacar el flagelo de las drogas desde todos los ángulos posibles, con un mensaje que debe ser coherente, uniforme, claro, consistente, para evitar interpretaciones confusas.
Por la reflexión antes expuesta, es que llegamos a la conclusión que la vieja tesis de Hobbes que el "hombre es el lobo del hombre”, se convierte en una sentenciosa realidad en la convivencia siempre conflictiva de los seres humanos, incapaces de vivir armónica y fraternamente, a diferencia de los demás seres vivientes que demuestran una natural tendencia a ser fraternos y solidarios. Esa verdad que ya no puede discutirse, explica como uno de los más agresivos vicios que destruye al mundo actual como es el cultivo, procesamiento, tráfico y consumo de drogas, se está convirtiendo en el más lucrativo de los negocios que en la actualidad conoce el planeta tierra, negocio que supera incluso al de la venta de armas, al todavía atrayente y antes muy repulsivo negocio ilícito del contrabando, e incluso a la venta de bienes de enorme atracción consumista como es el de la industria automotriz.
Lo grave de la comercialización de drogas es que en este negocio se incorpora un cruel y devastador asesinato de las mentes y organismos de las personas individualmente consideradas, a lo que debe agregarse que aquella actividad tan lucrativa incide en producir arrolladoras consecuencias en la conducta de las sociedades contemporáneas, las drogas no sólo generan por la desmesura en las ganancias de su comercialización, una excesiva atracción económica en las personas para ganar dinero fácil, sino que es un agente que va creando un clima de inseguridad, de temor, de degeneración genética, cuya influencia en la vida familiar y en la propia organización política de un país, están contribuyendo a crear hordas delincuenciales que están terminando por edificar un ambiente de intranquilidad que vuelve virtualmente invivible una vida con un mínimo de seguridad, lo evidente es que tenemos un sicariato en pleno auge, que no podemos engañarnos, tiene estrecha vinculación con el auge de carteles y de bandas de intermediarios vinculadas a la droga, que no conocen de escrúpulos y que definitivamente están secuestrando la tranquilidad de la sociedad, es triste admitirlo, pero ya no se está seguro en ninguna parte.
Mina Seinfeld afirma con toda razón: el consumo de drogas es un problema social que afecta al individuo, a la familia, al grupo social, a la comunidad, a la ciudad, al Estado, para contrarrestar esa dura realidad plantea la necesidad de implementar medidas preventivas, las cuales deben ser de carácter interdisciplinarias, si se considera que el uso de drogas provoca problemas de memoria y aprendizaje, de distorsión en la percepción, dificultad para el raciocinio, falta de coordinación, ansiedad, pánico, problemas en la gestación en madres consumidoras, depresión e incluso esquizofrenia, aparte de que puede influir en problemas cardiacos, infecciones o lesiones pulmonares, cáncer, envejecimiento de células, amnesia, psicosis, es decir una gama de afectaciones agresivas a la salud, que provocan daños o deficiencias irreversibles sobre áreas cerebrales críticas que deterioran la capacidad de pensar, influyen negativamente en la toma de decisiones, inciden en la voluntad, tres pilares sobre los que se asienta la democracia.
Desde otro ángulo de vista en los países o ciudades donde el consumo es elevado, aparte de volverse altamente inseguros, aumentan la prostitución, los índices de criminalidad, provocan malestares y conflictos diplomáticos entre países y obligan a la militarización de grandes extensiones de territorios nacionales, fomentan el terrorismo, provocan ausentismo escolar y el abandono de los estudios, obligando a que se utilicen cuantiosos recursos económicos para combatirlo, que a su vez disminuyen recursos para la salud, para la educación, para proteger una ecología comunal al descuidarse plazas y espacios verdes, la basura se apodera de las calles, en definitiva los ciudadanos inocentes son privados de sus derechos humanos como seguridad, salud, trabajo, libre circulación.
Por todo lo antes dicho la autora sostiene que siendo una enfermedad psicosocial debe ser tratada como tal, para ello plantea la conveniencia de la prevención que busca liberar a un adicto al que considera es un esclavo de las drogas. El adicto es un ser que está sufriendo y busca en las drogas un escape, una solución mágica que le permita tolerar una realidad que no puede resistir, lo que el adicto busca y quiere es muy simple, felicidad y ser aceptado y reconocido por lo que es. La prevención no sólo debe ofrecer tratamiento al adicto, debe ofrecerle caminos posibles para alcanzar felicidad y escenarios que le posibiliten enfrentar las presiones de la sociedad.
Pero Mina Seinfeld va mucho más allá de lo que parece a primera vista, advierte sin ambages, un adicto no reconoce entre drogas legales e ilegales, afirma que ambas son devastadoras, el alcohol, el cigarrillo y los psicofármacos son tan letales y adictivos como la cocaína, la marihuana o el éxtasis, la prevención no puede en consecuencia limitarse al campo de las drogas ilegales, debe evitar el ingreso al consumo de cualquiera de estas sustancias, por lo señalado sostiene que las campañas preventivas deben lograr la interacción entre familias, escuela, organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación, instituciones políticas, solo así es posible atacar el flagelo de las drogas desde todos los ángulos posibles, con un mensaje que debe ser coherente, uniforme, claro, consistente, para evitar interpretaciones confusas.
Este trabajo por establecer campañas preventivas tiene ya programas concretos como "Forjando Liderazgo", cuyo objetivo es reducir la demanda de drogas en Latinoamérica el cual está promovido por la Red Interamericana de Prevención de Drogas (RIPRED) y la Drug Free American Foundation (DFAF), programa que tuvo su inicio en el año 2002, habiéndose realizado más de 70 seminarios que han dado origen a la formación de Redes de Comunicadores, Redes de Universidades, Redes de Padres como la denominada "Padres en la Ruta" en Córdova Argentina, que nació en 1997, igualmente se formó la Red La Paz en Colombia, la Red Amor Exigente en Brasil que fue adoptada en 1987 bajo la dirección de María Silvia Carvallho de Menezes, igual sucede con el Club de Lecturas en México, es decir existen hechos y esfuerzos tangibles que permiten afirmar que la campaña no ha caído en el vacío.
Mina Seinfeld concluye estableciendo las acciones concretas a implementarse para hacer efectiva la prevención, que deben ser interdisciplinarias y sistemáticas, debidamente articuladas, precisando que deben haber cuatro grupos claves en la campaña: a) el gobierno, b) las organizaciones no gubernamentales, c) la opinión pública y los ciudadanos en general, d) los especialistas (sicólogos, maestros, neurocientíficos, sociólogos, comunicadores, etc.), remarcando que las ciudades preventivas son claves, sosteniendo que las sociedades no se suicidan, pero necesitan de líderes capaces y entusiastas para organizar y entusiasmar al resto.
Afortunadamente para nuestro país, para Manabí, para Manta y orgullosamente para nuestra Universidad, nuestra apreciada catedrática Lic. Olga Vélez de Mendoza, ha dedicado su vida a proteger a los adictos, a cuidarlos, a orientarlos, a ayudarlos en sus tratamientos terapéuticos, habiendo convertido a Manta en la primera ciudad preventiva del Ecuador, a la que posteriormente sumó 12 ciudades más de nuestra provincia, colocándonos como pioneros en el Ecuador en campañas preventivas contra el uso y consumo de drogas, habiendo logrado establecer vinculación con organismos del Estado y organizaciones internacionales como RIPRED y DFAF a las que nos referimos anteriormente.
Para fines pedagógicos nuestra Facultad de Trabajo Social con su Decana, Lic. Olga Vélez de Mendoza a la cabeza, está trabajando en sectores marginales utilizando el Modelo de Intervención en la Realidad, de Boris Lima, que identifica 6 fases en el tratamiento del programa, la primera es la sensitiva que permite aproximarse a la realidad, a las personas, a las costumbres, a datos útiles y experiencias de orden económico, político, cultural, el objeto es captar al hombre común porque este vive y actúa prácticamente, la segunda fase es un conjunto de conocimientos que permite acceder a información técnica que proporciona datos sanitarios, antecedentes históricos, población, edades, ocupaciones, producción, estadísticas, esta es una fase exploratoria que sirve de base para detectar los problemas de la sociedad, la tercera fase es aquella con la cual se pretende aprehender las características generales y particulares en la cual se interviene, cuanto más se avance es esta fase, más se desarrolla el proceso de concertación, movilización e incorporación de la población, es cuando se incluye la técnica de dinámica grupal, la cuarta fase busca que la población se integre al análisis de los fenómenos que le son inherentes para determinar con objetividad la problemática, la quinta fase penetra en la elaboración de los modelos de acción que incluye asistencia social, capacitación, organización, movilización de la comunidad para mejorarla a través de la cooperación y la autoayuda, la sexta fase es la que se centra en la ejecución y control que implica encontrar la estrategia y la táctica para orientar, organizar y movilizar a la comunidad, imprimiendo la dirección correcta para logar el cambio deseado.
Descrito el modelo académico se lo puede adoptar en la construcción, fortalecimiento y desarrollo de las unidades preventivas, para ello se ha avanzado en la organización en la parroquia Manta de 37 barrios, en Tarqui de 39, en Los Esteros de 32, en Eloy Alfaro de 24, en San Mateo 7, en San Lorenzo 5 y en Santa Marianita 5, para aquello los estudiantes de Trabajo Social realizan pasantías en los lugares de tratamiento y rehabilitación de drogodependientes llámense clínicas, comunidades terapéuticas y otros sitios adecuados para estos fines.
Esta capacitación y pedagogía en la que tanto empeño ha puesto Olga Vélez de Mendoza busca integrar entidades y personas en su programa de prevención para desembocar en una conclusión categórica, el problema no es la droga ni su existencia, sino el individuo con sus realidades insatisfechas quien la busca, sin duda el gran problema social siempre será el comportamiento o conducta de las personas, la práctica de valores, su educación formativa, el poder contar con una sociedad que lo motive y no que lo deprima.
Justamente sobre estos temas, dos de nuestros más sobrios y auténticos catedráticos nos entregan aportaciones de un valor incuantificable, el Dr. Abelardo Ronquillo, nos ofrece lecciones de moral y ética en un libro que debe ser incorporado como texto obligatorio para ser leído y estudiado en Universidades y en todos los niveles educativos, queda muy claro sin la observancia de principios éticos y morales nada tiene ningún valor. El Lic. Guido Vásconez, nos nutre y orienta con la profundidad de su acerbo de conocimientos genuinamente académicos sobre lo que deben pensar y realizar las Universidades, que nadie discute deben buscar inalterablemente su mejoramiento, su excelencia, el encuentro con los nuevos desafíos y las propuestas para superar los grandes problemas que nos presenta el mundo contemporáneo, para ello debe revisar, y renovar su malla curricular en su parte formal y real, articular el trabajo académico para poder avanzar en la formación interdisciplinaria y transdisciplinaria, que viabilicen un conocimiento holístico de un mundo globalizado donde todo interactúa y para ello hay que poseer un conocimiento de las distintas variables y aristas de la compleja y heterogénea problemática social.
El libro Ciudades Preventivas incorpora también las vivencias y versadas opiniones de Franklin Alcaray del Castillo de Bolivia, de Beatriz Velásquez Muñoz de México, del Lic. Carlos Arriaga, de Luis Viale de Argentina, todos contribuyendo a reforzar la tesis de la prevención como la postura más eficaz para contrarrestar tan desbastador mal que sufre la humanidad como es el tráfico y consumo de drogas.
Julio 27/2010
Mina Seinfeld concluye estableciendo las acciones concretas a implementarse para hacer efectiva la prevención, que deben ser interdisciplinarias y sistemáticas, debidamente articuladas, precisando que deben haber cuatro grupos claves en la campaña: a) el gobierno, b) las organizaciones no gubernamentales, c) la opinión pública y los ciudadanos en general, d) los especialistas (sicólogos, maestros, neurocientíficos, sociólogos, comunicadores, etc.), remarcando que las ciudades preventivas son claves, sosteniendo que las sociedades no se suicidan, pero necesitan de líderes capaces y entusiastas para organizar y entusiasmar al resto.
Afortunadamente para nuestro país, para Manabí, para Manta y orgullosamente para nuestra Universidad, nuestra apreciada catedrática Lic. Olga Vélez de Mendoza, ha dedicado su vida a proteger a los adictos, a cuidarlos, a orientarlos, a ayudarlos en sus tratamientos terapéuticos, habiendo convertido a Manta en la primera ciudad preventiva del Ecuador, a la que posteriormente sumó 12 ciudades más de nuestra provincia, colocándonos como pioneros en el Ecuador en campañas preventivas contra el uso y consumo de drogas, habiendo logrado establecer vinculación con organismos del Estado y organizaciones internacionales como RIPRED y DFAF a las que nos referimos anteriormente.
Para fines pedagógicos nuestra Facultad de Trabajo Social con su Decana, Lic. Olga Vélez de Mendoza a la cabeza, está trabajando en sectores marginales utilizando el Modelo de Intervención en la Realidad, de Boris Lima, que identifica 6 fases en el tratamiento del programa, la primera es la sensitiva que permite aproximarse a la realidad, a las personas, a las costumbres, a datos útiles y experiencias de orden económico, político, cultural, el objeto es captar al hombre común porque este vive y actúa prácticamente, la segunda fase es un conjunto de conocimientos que permite acceder a información técnica que proporciona datos sanitarios, antecedentes históricos, población, edades, ocupaciones, producción, estadísticas, esta es una fase exploratoria que sirve de base para detectar los problemas de la sociedad, la tercera fase es aquella con la cual se pretende aprehender las características generales y particulares en la cual se interviene, cuanto más se avance es esta fase, más se desarrolla el proceso de concertación, movilización e incorporación de la población, es cuando se incluye la técnica de dinámica grupal, la cuarta fase busca que la población se integre al análisis de los fenómenos que le son inherentes para determinar con objetividad la problemática, la quinta fase penetra en la elaboración de los modelos de acción que incluye asistencia social, capacitación, organización, movilización de la comunidad para mejorarla a través de la cooperación y la autoayuda, la sexta fase es la que se centra en la ejecución y control que implica encontrar la estrategia y la táctica para orientar, organizar y movilizar a la comunidad, imprimiendo la dirección correcta para logar el cambio deseado.
Descrito el modelo académico se lo puede adoptar en la construcción, fortalecimiento y desarrollo de las unidades preventivas, para ello se ha avanzado en la organización en la parroquia Manta de 37 barrios, en Tarqui de 39, en Los Esteros de 32, en Eloy Alfaro de 24, en San Mateo 7, en San Lorenzo 5 y en Santa Marianita 5, para aquello los estudiantes de Trabajo Social realizan pasantías en los lugares de tratamiento y rehabilitación de drogodependientes llámense clínicas, comunidades terapéuticas y otros sitios adecuados para estos fines.
Esta capacitación y pedagogía en la que tanto empeño ha puesto Olga Vélez de Mendoza busca integrar entidades y personas en su programa de prevención para desembocar en una conclusión categórica, el problema no es la droga ni su existencia, sino el individuo con sus realidades insatisfechas quien la busca, sin duda el gran problema social siempre será el comportamiento o conducta de las personas, la práctica de valores, su educación formativa, el poder contar con una sociedad que lo motive y no que lo deprima.
Justamente sobre estos temas, dos de nuestros más sobrios y auténticos catedráticos nos entregan aportaciones de un valor incuantificable, el Dr. Abelardo Ronquillo, nos ofrece lecciones de moral y ética en un libro que debe ser incorporado como texto obligatorio para ser leído y estudiado en Universidades y en todos los niveles educativos, queda muy claro sin la observancia de principios éticos y morales nada tiene ningún valor. El Lic. Guido Vásconez, nos nutre y orienta con la profundidad de su acerbo de conocimientos genuinamente académicos sobre lo que deben pensar y realizar las Universidades, que nadie discute deben buscar inalterablemente su mejoramiento, su excelencia, el encuentro con los nuevos desafíos y las propuestas para superar los grandes problemas que nos presenta el mundo contemporáneo, para ello debe revisar, y renovar su malla curricular en su parte formal y real, articular el trabajo académico para poder avanzar en la formación interdisciplinaria y transdisciplinaria, que viabilicen un conocimiento holístico de un mundo globalizado donde todo interactúa y para ello hay que poseer un conocimiento de las distintas variables y aristas de la compleja y heterogénea problemática social.
El libro Ciudades Preventivas incorpora también las vivencias y versadas opiniones de Franklin Alcaray del Castillo de Bolivia, de Beatriz Velásquez Muñoz de México, del Lic. Carlos Arriaga, de Luis Viale de Argentina, todos contribuyendo a reforzar la tesis de la prevención como la postura más eficaz para contrarrestar tan desbastador mal que sufre la humanidad como es el tráfico y consumo de drogas.
Julio 27/2010